
Axel Kicillof aprovechó hoy la manifestación por el Día del Trabajador para mostrar hoy una foto de fuerte respaldo sindical, en la que apareció flanqueado por la cúpula de las tres grandes centrales, la CGT, la CTA y ATE, en la histórica sede de Azopardo de la primera de esas organizaciones.
Como hizo el año pasado, Kicillof fue a la marcha de la CGT y después se sentó en una mesa con los gremios junto a la vicegobernadora Verónica Magario y su ministro de Trabajo, Walter Correa, un dirigente del gremio de los Curtidores, encargado de articular políticamente con el sindicalismo. Del otro lado de la mesa, estuvieron los secretarios generales de la CGT, Héctor Daer, Carlos Acuña y Octavio Argüello; de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky; de la CTA Autónoma, Hugo Godoy; y secretarios generales de distintos gremios de trabajadores y trabajadoras.
“El punto de partida para ponerle freno a Milei es el movimiento obrero”, dijo Kicillof en una modulación del discurso con contenido electoral, que resonó en el marco de la interna que viene manteniendo con el cristinismo. “Como consecuencia de las políticas económicas del Gobierno nacional el tejido productivo de nuestra provincia está empezando a tener graves problemas”, agregó.
El Gobierno nacional va contra el trabajo, contra el salario, contra las jubilaciones, y está destruyendo a la industria” sostuvo el Gobernador y agregó: “Desde la Provincia enfrentamos este programa no solo por una cuestión ideológica y de convicciones, sino porque ataca todo lo que la Provincia representa y necesita para crecer.”
También estuvieron presentes el ministro de Gobierno, Carlos Bianco; la jefa de Asesores del Gobernador, Cristina Álvarez Rodríguez; el asesor general de Gobierno, Santiago Pérez Teruel; la directora ejecutiva del OPISU, Romina Barrios; el subsecretario de Economía Popular, Daniel Menéndez; e intendentes bonaerenses. (DIB)