martes 14 de octubre de 2025
14 de octubre de 2025 - 12:25

El mundo digital llega al bolsillo: cómo se adaptan los bonaerenses a las nuevas formas de manejar su dinero

La forma en que las personas manejan su dinero está cambiando, y no es solo una moda global: en cada rincón de la provincia de Buenos Aires, se siente este cambio de manera real. Cada vez son más los vecinos que dejan atrás el efectivo, le dicen adiós a las colas interminables en los bancos y se animan a probar formas más simples y modernas de organizar sus finanzas.

Ya no sorprende escuchar en la verdulería o en una charla de café palabras como “transferencia”, “cripto” o “bitcoin hoy ”. Lo que antes parecía reservado para especialistas o grandes inversores, ahora está en boca de todos: comerciantes, estudiantes, jubilados y emprendedores de toda la provincia lo están incorporando a sus vidas diarias.

Una provincia en plena transformación

Desde las grandes ciudades como La Plata y Mar del Plata hasta los pueblos más tranquilos del interior, se percibe una transformación. Comercios que aceptan pagos digitales con código QR, ferias donde se paga con billetera virtual, personas mayores que se animan a usar apps para cobrar su jubilación o pagar servicios, y chicos que aprenden de finanzas desde el celular.

Este cambio no fue repentino. En muchos casos, fue una necesidad la que empujó a la adaptación. La pandemia, por ejemplo, obligó a muchas personas a repensar sus formas de pagar y cobrar. El efectivo dejó de ser práctico, y las herramientas digitales se volvieron indispensables.

La juventud: protagonistas del cambio

Los jóvenes están liderando esta transformación. Para ellos, la tecnología es tan normal como respirar. No les genera miedo ni dudas: simplemente es parte de su día a día. Aprovechan esa relación fluida con lo digital para ir un paso más allá y aprender a manejar su dinero de forma más inteligente.

No lo hacen desde manuales ni cursos formales. Aprenden con videos de YouTube, siguiendo cuentas en Instagram o TikTok, chateando entre ellos. Descubren apps para ahorrar, plataformas para invertir y formas de cuidarse de las estafas. Lo hacen con naturalidad, con curiosidad y, sobre todo, con ganas de tener más control sobre su economía.

Emprender con tecnología: una salida concreta

Frente a la falta de trabajos estables o la inestabilidad económica, muchas personas decidieron emprender. Y lo hicieron con solo lo que tenían a mano: un celular, una red social y mucha voluntad. Así nacieron miles de pequeños negocios: desde venta de comidas caseras hasta servicios técnicos, todo gestionado desde el mundo digital.

Las herramientas digitales permitieron que estos emprendimientos se volvieran sostenibles. Aplicaciones para organizar los cobros, para promocionar productos o para hablar con clientes se volvieron parte de la rutina de muchos bonaerenses que, sin experiencia previa, aprendieron haciendo.

Educación financiera: una necesidad urgente

Pero no todo es tan simple. A medida que crece el uso de estas herramientas, también crece la necesidad de entenderlas. Poder usar una app no es lo mismo que comprender los riesgos de una inversión o saber qué hacer si alguien te pide tus datos bancarios por mensaje.

Por eso, algunos municipios ya están dando grandes pasos: ya ofrecen charlas en escuelas, talleres gratuitos en centros comunitarios o cursos en distintos espacios públicos. El objetivo es que nadie se quede atrás, que todos puedan por lo menos acceder a información clara y útil para tomar decisiones informadas.

Seguridad digital: el otro lado de la moneda

Con la tecnología también aparecen los riesgos. Las estafas virtuales, los fraudes y los engaños por mensaje o mail son cada vez más comunes. Tratar de protegerse es tan importante como saber sumar o leer. Desde las campañas públicas hasta posteos en redes sociales, se está intentando enseñar cosas simples pero vitales: no compartir claves, usar contraseñas seguras, desconfiar de ofertas que suenan demasiado buenas para ser verdad.

Comunidad: el verdadero motor del aprendizaje

Lo más valioso de todo este proceso quizás no esté en las grandes campañas ni en los anuncios oficiales, sino en los barrios. En muchos lugares de la provincia, son los propios vecinos los que impulsan el cambio. Organizan charlas informales, talleres caseros o simplemente comparten lo que saben en una ronda de mates.

Y eso tiene un valor enorme. Porque cuando alguien cercano te explica cómo funciona una app o te ayuda a hacer una transferencia, lo hace con paciencia, con un lenguaje familiar y con una cercanía que ningún tutorial en internet puede igualar.

Un camino que recién empieza

Lo digital llegó para quedarse, y eso no significa que todo lo anterior desaparezca. Se trata de sumar herramientas, de tener más opciones, de poder elegir cómo y cuándo usar la tecnología.

En la provincia de Buenos Aires, este proceso ya está en marcha y tiene una gran ventaja: la gente. Porque son los propios bonaerenses, con su empuje, su solidaridad y su capacidad de adaptación, los que están marcando el camino.

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