Nuevas derivaciones en la manipulada causa por la muerte de Facundo Astudillo Castro, el joven que desapareció el 30 de abril de 2020 y cuyo cuerpo fue encontrado el 15 de agosto de ese año en un cangrejal cerca de Bahía Blanca.
Sin duda, la piedra angular del entramado fue el perito “trucho” Marcos Herrero, a quien en abril la Justicia Federal condenó por su acción para desviar la investigación. Pero Herrero, sin complicidades, por acción u omisión, no hubiese podido llegar tan lejos. De acuerdo con el portal bahiense La Brújula 24, hubo más personas que trabajaron para instalar la teoría de una desaparición forzada. Una de ellas es la médica forense Virginia Emma Creimer, investigada por el caso del médico Pablo Ghisoni, acusado por su hijo tras la manipulación de su madre. El “peritaje clave” para que el armado tuviera éxito fue el de Creimer.
La profesional tuvo apariciones en la causa Facundo. Su debut fue durante el hallazgo de los restos del joven en el cangrejal. De arranque sostuvo que el cuerpo podría haber sido sometido a un tratamiento con ácido o cal. La ciencia demostró que eso era absolutamente falso, consigna La Brújula 24.
Luego, durante la realización de la autopsia supervisada por la jueza federal Gabriela Marrón y llevada adelante por numerosos profesionales del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), peritos de la Corte y científicos de distintas universidades, Creimer generó un escándalo al negarse a firmar las conclusiones del resto de los profesionales que por unanimidad dijeron que Facundo no tenía lesiones pre-mortem, que se había ahogado en el mismo lugar donde había sido encontrado y no había habido participación de terceras personas.
La perito sostuvo que la aparición del fenómeno del “diente rosado” era una característica inequívoca de criminalidad. Nadie acompañó su teoría. En paralelo, los abogados que habían contratado a la perito cumplían la función mediática de desacreditar al EAAF.
Durante el juicio contra el “peritrucho”, Marta Maldonado, perito odontóloga forense perteneciente al Cuerpo Médico Forense de la Corte que había sido atacada por Creimer, explicó que “el fenómeno conocido como ‘diente rosado’ es producto de procesos post mortem, derivados de la degradación cadavérica: los gases de descomposición expulsan sangre hacia los dientes, otorgándoles una tonalidad rosada”. Preguntada por el fiscal federal Gabriel López Da Silva sobre la escandalosa actuación de Creimer durante la autopsia, Maldonado señaló que le había llamado poderosamente la atención que los cuestionamientos los hiciera alguien que no era odontóloga forense.
Luego, sigue el informe especial de La Brújula 24, en una conferencia de prensa la perito de la querella insistió en que Facundo había sido víctima de homicidio. No solo por su teoría del “diente rosado”, sino porque las posibilidades de muerte del joven por accidente o suicidio eran imposibles. Según La Brújula 24, hay dos opciones: “O Creimer es una inepta e irresponsable o, sencillamente, aterrizó en el caso para falsear la realidad y los datos duros”.
El medio publica declaraciones y testimonios del entorno cercano de Facundo Astudillo Castro que pintan un cuadro de angustia emocional en los meses previos a su desaparición. Su madre, amigos, familiares y su exnovia coinciden en describirlo como una persona deprimida, afectada por la ruptura amorosa. Se citan también cartas escritas por Facundo, en las que expresa desesperación, arrepentimiento por su comportamiento en la relación y una marcada pérdida de sentido vital.
A lo mencionado, se suma un paper interno que elaboró el antropólogo y director de la Dirección del Registro de Personas Desaparecidas de la provincia, Alejandro Inchaurregui. En julio de 2020 confeccionó un informe donde consigna que desde su oficina se comunicaron con la madre de Astudillo. En ese momento, la mujer reiteró lo mismo que manifestó en su primera declaración y antes del desembarco de la querella. Y volvió a mencionar la depresión de su hijo. El informe expone la perspectiva que la señora Castro tuvo del caso antes y después de la invasión de peritos de parte y abogados.
El 18 de febrero de 2021 se produjo un episodio tal vez menos conocido, pero no menos significativo. Ese día trabajaron en conjunto Marcos Darío Herrero y Virginia Creimer en el puesto policial de Origone. Se trataba de un lugar rastrillado e inspeccionado donde ocho meses antes, Herrero -o un cómplice- había plantado una vaquita de San Antonio para hacer creer que Facundo había estado allí. Ningún otro perito, ni experto, ni científico, ni forense, ni guía canino había descubierto vinculación alguna con el desaparecido.
En el juicio de abril pasado, que terminó con la condena a siete años de cárcel para Herrero, testigos recordaron la conducta de Creimer respecto de otra de las diligencias de la causa. La Brújula 24 describe un procedimiento de búsqueda de pruebas relacionado con la desaparición de Facundo en el que participó personal de Gendarmería, abogados querellantes, Creimer y un perro rastreador guiado por Herrero. El gendarme Rodrigo Pintos relató que, aunque el perro no marcó objetos relevantes, Herrero afirmó lo contrario y que finalmente Creimer halló una pequeña piedra negra que la madre de Facundo identificó como una turmalina que su hijo llevaba al desaparecer. El fiscal federal Gabriel González Da Silva, al cerrar su alegato, acusó a Creimer de posible complicidad con Herrero en la maniobra y pidió que se investigue penalmente tanto a ella como a la madre de la víctima.
Bajo la lupa en un resonante caso
El médico Pablo Ghisoni fue denunciado por Andrea Vázquez, la madre de sus hijos, por el delito de abuso sexual. Pasó tres años preso y la Justicia lo absolvió en dos instancias. Hace unos días, hubo conmoción pública cuando uno de los hijos realizó un video confesando haber sido manipulado por su progenitora.
Ahora un fiscal investiga no solo a Andrea Vázquez por falsa denuncia, sino también a Virginia Creimer, que actuó como perito de parte. Crecen las sospechas sobre una posible asociación ilícita, compuesta por profesionales (incluidos abogados). Entre otras cuestiones, los investigadores quieren determinar si Creimer cobró dinero para firmar un peritaje falso.
Creimer se promociona como docente universitaria de Medicina legal y da clases de “Ética en el Ejercicio Profesional”, consigna sobre el cierre de su informe La Brújula 24. (DIB) GML