En las últimas horas se conoció el fallecimiento de Lumpen Bola, nombre artístico de Eduardo Alcántara, uno de los referentes del muralismo en la ciudad de La Plata. Su sorpresiva muerte caló hondo entre amigos, colegas y seguidores. “Vuela muy alto y descansá en paz, querido amigo”, escribió Rocambole en una de las primeras despedidas públicas.
El artista iba a inaugurar en pocos días Taller 321, un centro cultural que estaba remodelando con la misma entrega con la que pintó cientos de paredes. Hasta este sábado no se conocían las causas de su fallecimiento.
Homenaje al rock
Según recuerda El Día, Alcántara comentaba que no había empezado en las paredes, sino “en la pintura de caballetes, de bastidores, de dibujo”. Pero su vida cambió en Olmos, su barrio natal, cuando la fábrica Maffisa atravesó un conflicto laboral que movilizó a la comunidad. Una agrupación llamada Sien volando llegó para apoyar a los trabajadores y lo invitó a pintar con ellos. “Así me fui enganchando en el traspaso de imagen a escala”, contaba.
Tras la disolución del colectivo, formó junto a otro reconocido artista urbano platense conocido como Luxor un proyecto más vinculado a lo artístico que a lo político. Allí encontró una voz propia: el homenaje al rock.
Lumpen Bola pintó en el barrio de La Loma de la capital bonaerense cerca de 40 murales dedicados a Luca Prodan, Luis Alberto Spinetta, Patricio Rey y los Redonditos de Ricotta, Gustavo Cerati y otras tantas figuras de la música popular.
“La gran galería”
Alcántara definía su obra como una forma de democratizar el arte: “La calle es la gran galería. Hace que cualquiera pueda tener accesibilidad al arte. Las paredes son una piel constante de épocas y sucesos”.
El artista, que pintaba entre 40 y 50 murales por año, dejó obras que marcaron hitos en la ciudad: su representación del patrimonio platense en 6 y 46, su mural por los 40 años de democracia en la UNLP con Ricardo Alfonsín y Ernesto Sábato, o su reciente mural “bien argentino” en Altos de San Lorenzo con Lionel Messi, Diego Maradona, Evita, René Favaloro, las Abuelas de Plaza de Mayo y las Islas Malvinas.
Entretantos
En los últimos años había tejido una sociedad artística y afectiva con Entretantos, una banda de rock con la que viajó por distintos rincones del país, intervino espacios, acompañó causas y dejó murales que celebraban la música y la comunidad.
Los músicos lo definían como parte de una “cofradía de amigos”. De hecho, parte de la banda, encabezada por Rodrigo Zito, se encontraba en Chile en una causa cultural de la que también formó parte Lumpen Bola.
Desde Valparaíso recibieron la noticia. “Con el corazón destrozado”, escribieron.