A un mes del asesinato de Matías Paredes en Mar del Plata, el policía Juan Molina declaró este miércoles ante el fiscal Alejandro Pellegrinelli y afirmó que disparó contra el automóvil en el que viajaba la víctima porque creyó haber visto “algo plateado” que interpretó como un arma de fuego.
El principal acusado del crimen finalmente compareció en Tribunales y, tras reunirse con su abogado, decidió exponer su versión de los hechos ocurridos en la madrugada del 7 de febrero, en la intersección de Polonia y Fortunato de la Plaza. Durante su declaración, Molina admitió que, horas antes del episodio, la Jefatura Departamental había ordenado intensificar la búsqueda de Cristian “El Guachín” Monje, el asesino del kiosquero Cristian Velázquez, quien aún se encontraba prófugo.
Según fuentes extraoficiales consultadas por el diario La Capital, el detenido explicó que la directiva fue comunicada a todos los efectivos de la ciudad tras una reunión encabezada por “el nuevo jefe”, en referencia al comisario Edgardo Vulcano, quien asumió el cargo luego del asesinato de Velázquez y la remoción de Luis Senrra.
Durante la indagatoria, Molina reconoció que disparó su arma reglamentaria contra el vehículo de Paredes tras observar “algo plateado” en su interior y escuchar un estruendo. No obstante, para el fiscal Pellegrinelli, ese ruido habría sido causado por un disparo efectuado por Emilio Flores, compañero de Molina y también detenido en el marco de la causa.
Al ser cuestionado sobre su accionar, Molina reconoció que no había indicios previos ni sospechas que justificaran la persecución del automóvil emboscado, al igual que lo manifestaron los otros tres efectivos imputados. Hasta el momento, nadie ha podido explicar por qué decidieron seguir ese vehículo en particular. Asimismo, el acusado afirmó que su disparo fue “en forma intimidatoria” y que, pese a haber visto el objeto plateado, no llegó a percibir “ningún fogonazo” proveniente del interior del coche, siempre de acuerdo con La Capital.
Molina, junto a Emilio Flores, Julio Rufino Gerez, Héctor Murray y Yancamil Masia, permanecerán detenidos mientras avanza la investigación. De acuerdo con la autopsia realizada por la asesoría pericial, Paredes recibió dos impactos de bala que le causaron tres lesiones: una bala ingresó por la escápula izquierda, atravesó la clavícula y rozó su rostro, mientras que la otra impactó en el tórax. Ambas balas ingresaron desde el lado izquierdo del Fiat Palio en el que viajaba la víctima, lo que sugiere que los policías dispararon desde ese sector mientras el auto intentaba escapar.
Los peritajes apuntan a que los siete disparos que impactaron en el vehículo provinieron de las Bersa Thunder de Emilio Flores y Juan Manuel Molina, aunque también se están analizando las armas de los oficiales Javier Yancamil Macías, Julio Rufino Gerez y Héctor Murray.
Las cámaras de seguridad registraron que el episodio comenzó el jueves 7 de febrero a la 1.36, cuando el Fiat Palio rojo en el que viajaban Paredes y sus amigos, Emanuel Astete (25) y Cristian Pizarro Novas (27), circulaba por Polonia tras asistir a la presentación del plantel del Club Atlético Alvarado, equipo del que eran hinchas.
A la altura de Tripulantes del Fournier, una Ford Ecosport gris oscuro comenzó a seguirlos. Al llegar a Polonia y Fortunato de la Plaza, un Volkswagen Bora plateado salió de una estación de servicio y les bloqueó el paso. Asustado, sin entender quiénes los interceptaban ni por qué, Astete, el conductor, dobló hacia Goñi y, al llegar a la calle 37, “fue interceptado por un patrullero”, según detalló el fiscal Pellegrinelli en conferencia de prensa.
“Un Fiat Palio color rojo con tres jóvenes a bordo es interceptado por dos vehículos no identificables. No venían en persecución, el auto intenta evadir, se bajan dos hombres del coche, que serían personal policial, disparando”, explicó el investigador, citado por La Capital, sobre la base de las imágenes obtenidas por las cámaras de seguridad.
En medio de la balacera, Astete y Pizarro Novas lograron huir corriendo. Astete sufrió heridas en la espalda y fue hospitalizado más tarde. Paredes, en cambio, no tuvo la misma suerte: quedó en el asiento trasero del vehículo con dos disparos en su cuerpo, heridas que hicieron imposible su supervivencia. (DIB) GML