martes 11 de noviembre de 2025
7 de julio de 2019 - 15:48

Panorama político bonaerense: la campaña, grado cero

La Plata, jul 7 (Por Andrés Lavaselli, de la redacción de
DIB).- La crucial campaña electoral bonaerense comienza hoy con puntos de
partida diferentes para los dos contendientes de fondo: mientras María Eugenia
Vidal, que corre de atrás, se ilusiona con una mejora ???aún incipiente- de la
intención de voto de Mauricio Macri, Axel Kicillof suma a Sergio Massa como
activo estratégico y busca terminar de alinear a los intendentes peronistas del
Conurbano, entre quienes persisten las resistencias a su figura.

Si bien en la semana circularon trabajos de diverso alcance,
con números divergentes, hay una cierta coincidencia básica, a ambos lados de
la grieta: por primera vez en mucho tiempo, Macri mejora no solo en imagen sino
también en intención de voto en la provincia, el territorio, en promedio, más
esquivo para él. En la gobernación lo cuantifican así: el presidente acortó
tres puntos la distancia con los Fernández y Vidal uno con Kicillof.

Se trata de un movimiento incipiente, que podría agotarse en
sí mismo o ser el inicio de una tendencia. Por ahora, no alcanza para revertir
el cuadro de derrota de Juntos por el Cambio, pero es esperanzador por Vidal
por una cuestión esencial para ella: sólo puede imaginar un triunfo en octubre
si Macri, aunque no se imponga, mejora su perfomance bonaerense, de modo que
reduzca la tracción negativa que, hoy, le sigue imponiendo su figura.

En la mesa política de la gobernadora ???que abre esta noche
la campaña con una entrevista con Jorge Lanata, preludio de una intensa
actividad mediática- son por estas horas menos optimistas que en la Rosada:
calculan que la posibilidad de derrota en las PASO es cierta, sobre todo
porque, datos históricos en mano, no esperan un corte de boleta significativo.
Igual, el clima es mejor que hace unos días: el pequeño repunte alimenta la
idea de que la elección “se puede dar vuelta”.

De hecho, en ese núcleo se plantea una estrategia muy
similar a la que se desplegó en 2015 y en 2017. Se trata de arrancar la carrera
aceptando que se “corres desde atrás”, para luego poner sobre la mesa la “épica
del repunte”. El objetivo es doble: estimular a los “propios” para que nadie se
relaje y, al mismo tiempo, enviar a la sociedad un mensaje perentorio, cuya
traducción sería que en la provincia la vuelta de La Cámpora al poder es una
posibilidad cierta.

 

¿Hay deshielo?

Del otro lado, la reunión del jueves en la sede bonaerense
del PJ entre Massa, Kicillof y un grupo de intendentes bonaerenses, precedida
de un encuentro privado entre el candidato a diputado y el postulante a la
gobernación, funcionó como la marca del ingreso formal del tigrense a la
campaña del Frente de Todos. Cumplirá un rol específico: traccionar votos en
distritos “grandes” y en otro gobernados por representantes de su espacio,
todos del interior provincial.

Esa función de Massa responde a un viejo diagnóstico del
cristinismo, reseñado acá, que atribuye parte de las últimas derrotas en las
urnas a la fuga de votantes de Massa, sobre todo en el interior provincial. De
ahí, también, el foco de Kicillof en esa zona de la provincia, que es donde
manda Cambiemos y tiene una composición electoral bien distinta al Conurbano,
sobre todo oeste y sur, bastión de la Expresidenta.

A la vez, el encuentro en el PJ buscó ser un hito en el
proceso de deshielo entre Kicillof y los intendentes. En parte, lo logró y, en
parte, no: algunos alcaldes que ante los micrófonos apoyan, por lo bajo
persisten en sus críticas. Se trata de una postura que, en líneas generales, de
una postura que sostienen alcaldes de la primera sección electoral que al
malestar por lo que les tocó en el reparto suman objeciones a cierta
“improvisación” en la campaña.

Es una forma indirecta de decir que ven contradicción en que
por un lado Kicillof se esfuerza por mostrarse “moderado” (aunque las señales
sobre un control de cambios puedan espantar a la clase media) y por el otro
Fernández visite a “Lula” Da Silva en Brasil. Es una objeción similar a la que
habría deslizado el santafesino Omar Perotti, otro peronista alineado con el
oficialismo que advierte sobre las particularidades del voto en la zona centro
del país.

Por ahora, los cuestionamientos no pasan del nivel del
susurro y no se explicitan en público ¿Pero qué pasaría con el apoyo de esos
intendentes si en las PASO Kicillof no obtiene una ventaja amplia? ¿Apoyarían
igual en octubre? Esa amenaza latente es otra ratificación de la estratégica
centralidad de las primarias en provincia. (DIB) AL

 

 

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