En Mercedes, la defensa de la tradición tiene forma de mesa larga y aroma a chacinados recién cortados. Cada septiembre, desde hace medio siglo, la ciudad bonaerense celebra la Fiesta Nacional del Salame Quintero, un encuentro donde el sabor se mezcla con la memoria y la comunidad se reconoce en un mismo ritual. Este 2025, del 12 al 14 de septiembre, el Parque Municipal Independencia volverá a encender esa mística con la 50° edición de un festejo que ya es emblema nacional.
El origen se remonta a fines del siglo XIX, cuando los inmigrantes italianos que poblaron las quintas trajeron consigo recetas y costumbres que se fundieron con la tierra mercedina. El salame quintero, con un 80% de cerdo, 20% de vaca, tocino cortado a cuchillo y granos de pimienta, se convirtió en la marca registrada de esas familias. Junto al vino quintero, cada banquete fue un acto de pertenencia, un modo de honrar la raíz y compartirla con otros.
La idea de transformar esa tradición en fiesta nació en 1969, en el almacén de Berterreix, en la esquina de 29 y 42. Allí, un grupo de amigos lanzó la propuesta y el entonces intendente Julio César Gioscio encomendó a Ulises D’Andrea la organización. En 1975 se concretó la primera edición en el Club Ateneo de la Juventud. Los años y la creciente convocatoria llevaron la celebración a escenarios más amplios, como el Polideportivo Municipal primero, y el predio Martín Rodríguez después, donde desde 2001 la fiesta encontró su casa.
Fiesta-del-salame-quintero-Mercedes
Uno de los momentos más esperados es el Concurso del Salame, donde unos 40 productores presentan sus mejores piezas. El jurado distingue a los ganadores y los ejemplares premiados se subastan, con la recaudación destinada a instituciones locales como los bomberos voluntarios o el hospital Blas L. Dubarry.
La fiesta creció hasta convertirse en un mosaico popular: patios de comidas, feria artesanal, espectáculos de primer nivel y miles de visitantes que llegan de toda la provincia. Solo la pandemia, en 2020 y 2021, logró interrumpir una continuidad que hoy se mide en décadas.
En la presentación de este año, el intendente Juani Ustarroz resumió el sentimiento que atraviesa medio siglo de historia: “Rescato el gran trabajo de las familias productoras. Siempre lo hacen con cariño, con responsabilidad y con amor, a pesar de las crisis o de los momentos difíciles”.
Cincuenta años después de aquella charla en un almacén de barrio, Mercedes sigue defendiendo la tradición de un salame que ya no es solo un producto, sino un símbolo. Este septiembre, la ciudad volverá a abrir sus puertas con el mismo espíritu de siempre: invitar a la mesa y brindar con lo propio.