La Justicia de San Nicolás procesó a dos personas como responsables de comercio de animales de la fauna silvestre provenientes de la caza furtiva, en el marco de una causa por tráfico de aves y depredación del medio ambiente.
Al proveedor, oriundo de la localidad santafesina de Granadero Baigorria, le secuestraron veinte jaulas con especies como jilgueros dorados, reina mora, cardenales copetes rojo, corbatitas y varilleros congo, que luego eran vendidas a través una red social. Además, se incautaron cuadernos con anotaciones en las que figuraban precios, ventas, y una significativa cantidad de especies fallecidas.
De acuerdo con el Ministerio Público Fiscal, el procesamiento, sin prisión preventiva, fue dictado por el juez federal Carlos Villafuerte Ruzo y recayó sobre los imputados Darío MG y Sergio G por considerarlos, prima facie, autores del delito de comercio de especies protegidas, previsto y reprimido por el artículo 27 de la Ley 22.421 sobre Conservación de la Fauna Silvestre. Al primero se le trabó embargo por $ 600.000, y al segundo por $ 1.000.000, y se dispuso que, en caso de no tener bienes para cubrir esos montos, se proceda a la inhibición general de ambos.
“El bien jurídico aquí protegido es la fauna silvestre en sí misma, independientemente de que su preservación sea de utilidad para el individuo. La ley tiende a la protección, conservación, propagación, repoblación y aprovechamiento racional de las especies animales que habitan en nuestro país”, destacó el juez en su resolución, citada por el sitio “Fiscales”.
Tráfico y comercialización de aves en San Nicolás
La investigación del tráfico de las especies protegidas comenzó a mediados de 2023 cuando la Brigada de la División Unidad Operativa Federal San Nicolás de la Policía Federal Argentina (PFA) tomó conocimiento de que un hombre comercializaba aves en el barrio Plastiversal de esa ciudad bonaerense. Según el relevamiento, en la casa se vendían cardenales, chalchas, reina mora, boyero de pico blanco, carpintero blanco, y hasta tortugas pequeñas.
Además, se corroboró que el 4 de julio de 2023, a las 17.30, arribó al domicilio un vehículo con jaulas. Ese día se constató que en la red social Facebook, en un grupo de compra y venta de animales denominado “Gallinas San Nicolás”, el usuario Darío G publicó que recibiría aves de todo tipo.
Mediante tareas de inteligencia se observó que de una camioneta Renault Duster descendió un hombre de 60 años, aproximadamente, que abrió el baúl y extrajo del interior una jaula con aves, ingresó a la vivienda y los pocos minutos se retiró con la jaula vacía. Al mismo tiempo, a través de capturas de registros e interacciones en el grupo de Facebook se pudo relevar que una usuaria consultó si alguien vendía loros grandes que hablen, ante lo cual Darío G respondió que llegarían “loros amazonas”.
Siempre de acuerdo con el sitio del Ministerio Público Fiscal, tras constatarse las maniobras ilícitas de compra-venta de aves, y que el vehículo que las trasladó a San Nicolás pertenecía a Sergio G, con domicilio Granadero Baigorria, el fiscal pidió los allanamientos en los domicilios de las personas involucradas.
Allanamientos por el tráfico y comercialización de aves
El 1 de febrero de 2024 se allanó la casa de Darío G, en San Nicolás. En una de las habitaciones se encontraron cuatro jaulas de metal: en tres de ellas había ejemplares de cardenal y corbatita y tres aves sin vida. Las que pudieron ser rescatadas, fueron entregadas a la Brigada de Control Ambiental de la Subsecretaría de Ambiente de la Nación, y enviadas a la Fundación Temaikén, en el partido bonaerense de Escobar.
El otro allanamiento se concretó al día siguiente en Granadero Baigorria, en la vivienda de Sergio G. En un galpón del inmueble se encontraron 29 aves: 16 jilgueros dorados, una reina mora grande, dos corbatitas, un lonchura striata (ave manón), seis varilleros congo y tres cardenales copete rojo, distribuidas en un total de veinte jaulas. Asimismo, se secuestraron dos cuadernos con anotaciones y contactos.
Todas las aves encontradas pertenecen a la fauna silvestre y están protegidas por la Ley 22.421. Además, algunas están clasificadas como autóctonas, y especies como el cardenal copete y el ave manón, poseen el agravante de que se encuentran incluidas en el apéndice II de la convención que regula el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres. (DIB)