Un informe televisivo le dio visibilidad nacional a una aplicación que había sido incorporada por el municipio de Trenque Lauquen el año pasado, pero que a partir de cuestionamientos profesionales se decidió dejar de lado. Se trata de la app “CUX, contame un secreto”, a la que en el noticiero “Telenoche” (Canal 13 de Buenos Aires) se la definió como “terapia artificial”.
En efecto, en octubre del año pasado “el municipio incorporó una innovadora plataforma digital basada en inteligencia artificial para los vecinos/as que necesiten acompañamiento y asistencia emocional”, según la gacetilla de prensa oficial. En aquella oportunidad, el entonces intendente Miguel Fernández -médico él- presentó la aplicación junto a la “comunicadora y emprendedora tecnológica” Constanza “Connie” Ansaldi, cara visible del desarrollo.
En el informe de Canal 13 se habla de “asistencia en salud mental exclusivamente a través de Inteligencia Artificial, sin la mediación humana”. Según dijo el intendente en octubre del año pasado, CUX es una “herramienta basada en Inteligencia Artificial para acompañar a mucha gente que hoy está padeciendo unos cuantos problemas de salud mental”.
Ansaldi estuvo en Trenque Lauquen cuando fue anunciado el servicio que incorporaba el municipio. “Es un día muy emocionante para mí, para todos los que estamos detrás de CUX, porque el propósito por el cual fue creada esta herramienta es democratizar el acceso a la salud mental en toda Latinoamérica”. En otro pasaje de la conferencia de prensa, Ansaldi destacó: “Trenque Lauquen es la primera ciudad en toda la República Argentina que va a tener acceso a CUX para todos sus habitantes”. Y detalló el servicio: “Hoy en día lo pueden usar de manera gratuita durante tres días, pero cuando se les acabe la prueba gratuita, el gobierno de Trenque Lauquen lo pone a disposición de ustedes junto con CUX”.
El informe televisivo difundido anoche le dio voz a la actual presidenta del Colegio de Psicólogos de Trenque Lauquen, Karina Carreño, quien expresó su rechazo por la aplicación, ya que “viola todas las leyes que amparan tanto el secreto profesional, los datos de las personas, o la complejidad que uno encuentra en la clínica trabajando con personas con padecimientos, con dolor”.
Desde el municipio, en defensa de la incorporación de la aplicación fue entrevistado Martín Borrazás, actual secretario de Gobierno en el municipio que ahora tiene como intendente a Francisco Recoulat; en aquel entonces era secretario de Gestión y Planificación. “Creemos que muchas veces desde las gestiones sirve innovar. Desde la gestión sirve trabajar con las nuevas alternativas que ofrece la tecnología y desde ese punto de vista nos pareció una herramienta más que desde la gestión se podía brindar a los vecinos”, explica Borrazás en el informe. “Nosotros lo ofertamos para mil usuarios. Fue una herramienta que se les ofreció a los vecinos que desean utilizarla”.
Según se explica en Canal 13, el contrato entre Ansaldi y el municipio duraba tres meses y se podía renovar. Sin embargo, ante la ola de cuestionamientos de varios colegios de psicólogos, la Municipalidad optó por cancelar el servicio de CUX. En el noticiero también se deja en claro que el dinero abonado no resultó una suma significativa (menos de US$ 2.500 una prueba de tres meses), sino que se pone el acento en cuán peligroso puede resultar reemplazar por una aplicación de teléfono a los profesionales de la salud mental.
A propósito, Canal 13 incorporó el testimonio de Adriana Sorrentini, médica psicoanalista y miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Según Sorrentini, la aplicación “simplemente no sirve para lo que se espera que sirva: curar a una persona que está sufriendo. Es una respuesta automática a eso, pero no hay tratamiento, no hay interpretación, no hay diálogo. Es unilateral. Si estuviera hablando con un médico, con un psicólogo o con el psiquiatra, tendría realmente un ida y vuelta, un clima emocional, y tendría una persona que lo está escuchando atentamente, tratando de entender y dilucidar de qué se trata y poder devolverle algo coherente”. En ese punto, sostiene Sorrentini: “No hay una contención, ni una terapia”. Y advierte: “Suena a crear dependencia. Repetimos, repetimos, ¿y un día lo cortamos? ¿Y con quién hablo ahora? Pagás y ahí está el negocio”. (DIB) GML