Tensión con los trabajadores por el cierre preventivo del zoológico de Luján

Las autoridades nacionales llegaron al lugar, tras varias denuncias por el maltrato animal.

El Ministerio nacional de Ambiente y Desarrollo Sostenible concretó este lunes la clausura preventiva total del zoológico de Luján en medio de diversas denuncias por maltrato de los animales y ante la falta de respuestas a las autoridades.

En medio de horas de tensión, los funcionarios nacionales encabezados por el secretario de Control y Monitoreo Ambiental, Sergio Federovisky, llegaron al lugar para avanzar con la clausura. Fue allí cuando los trabajadores del lugar mantuvieron un fuerte cruce con las autoridades, quienes tras unos minutos se retiraron del lugar y ante la intervención de la Policía.

“Hay peligro inminente en la preservación y el bienestar de la fauna en el establecimiento”, dijo Federovisky, y destacó que no pudieron ingresar al predio ya que los dueños no lo permitieron.

“El Ministerio de Ambiente considera que, en función de no haber llevado a cabo el proceso de reconversión que se le indicó en el mes de febrero, se procede al cierre del zoológico, dado que tampoco está cumpliendo con la marcación y la colocación de chips para la adecuada identificación de su plantel faunístico”, aseguró.

Además, aclaró que con la decisión se busca “garantizar que un zoológico que no responde a la normativa vigente, ni a la ética que la propia sociedad reclama, se reconvierta y no siga explotando la peor faceta de la exhibición y el contacto con los animales”.

La medida se implementó a través de una resolución ministerial, luego de transcurrir los diez días establecido por una previa intimación para que el establecimiento regularice su situación, sin que el zoológico haya dado una respuesta positiva.

Años de irregularidades

La primera advertencia al Zoo de Luján por parte de la cartera nacional de ambiente llegó hace más de un año, cuando en julio de 2019 se cerraron celdas, jaulas y recintos donde los visitantes podían alimentar a tigres, leones, elefantes y guacamayos.

El decreto que reglamenta la ley 12.238 de la Provincia de Buenos Aires, sancionada en 1997, estableció la “prohibición del contacto directo entre el público y los animales que se encuentren en los zoológicos”. Aunque se dispusieron fajas y precintos para evitar el paso, en febrero una inspección comprobó que los visitantes seguían ingresando a las jaulas de los animales.

En agosto, luego del cierre por el aislamiento preventivo y obligatorio por la pandemia del coronavirus, el Ministerio volvió a visitar el zoológico. “Jamás han cumplido con las exigencias de las normativas”, advirtió Federovisky y señaló que “a eso se le agrega la aberrante situación de promover un establecimiento a partir de atractivos como darle la mamadera a un león, que vulneran toda ética y además están prohibidos”.

Además de las irregularidades en cuanto a la identificación de las especies, que deben tener colocado un microchip o bien identificadas de alguna manera para que las autoridades pertinentes puedan realizar el seguimiento, en las inspecciones se encontraron “diversas inconsistencias entre el plantel relevado y el plantel declarado, como así también aquellas que surgen del análisis del libro de altas y bajas de especies presentadas por el inspeccionado”. En este sentido, Federovisky explicó que “tenemos severas sospechas de que hay animales que son vendidos, trasladados o que mueren sin estar registrados”.

El predio de Luján, ubicado en el kilómetro 58 del Acceso Oeste, se destacó, desde su inauguración en 1994, por la propuesta del contacto cercano y la interacción de los visitantes con los animales. (DIB) FD

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