viernes 22 de agosto de 2025
22 de agosto de 2025 - 12:21

La California Argentina en Castelli: entre las manzanas y un castillo que giraba con el Sol

La histórica estancia en Castelli que alguna vez albergó cientos de hectáreas con plantaciones frutales abrirá sus puertas este mes para volver a brillar.

En Castelli, sobre el histórico trazado de la Ruta 2 y a unas dos horas de la Capital Federal, se alzan las ruinas de La California Argentina, una estancia que alguna vez fue orgullo continental. Entre paredes centenarias y campos que guardan historias de progreso, el lugar propone experiencias turísticas para disfrutar de este ícono rural de la provincia de Buenos Aires. Este mes abre sus puertas para celebrar y volver a brillar, con entrada gratuita.

Todo comenzó un siglo atrás. En 1925 Samuel Humberto Levi llegó a estas llanuras desde la lejana Francia y decidió apostar por algo distinto. Primero intentó con el cultivo de ajos y fracasó. Más tarde trajo injertos y semillas de frutales desde California y Australia y comenzó de nuevo. Así nació La California Argentina, que muy pronto dejaría de ser una simple estancia para convertirse en un verdadero imperio frutal.

Durante las décadas del ‘40 y el ‘50, sus 600 hectáreas de manzanos fueron las más grandes de América. En plena temporada, alrededor de 900 trabajadores llegaban desde distintos puntos del país para cosechar peras, duraznos, limas, limones y, sobre todo, manzanas de altísima calidad. Además, elaboraban sidras y dulces que alimentaban el orgullo productivo de toda la provincia de Buenos Aires.

Un castillo giratorio

Mientras tanto, en 1929 Levi mandó a edificar en el lugar una construcción montada sobre una base giratoria que seguía el recorrido del Sol durante el día. Hazaña que logró cumplir apenas una vez, debido al peso de su estructura, pero que fue suficiente para convertirla en leyenda.

La California Argentina fue sinónimo de innovación y trabajo, un motor de sueños que hizo brillar a Castelli en el mapa productivo del país: camiones cargados de fruta, el bullicio de cientos de cosechadores, las hileras interminables de manzanos y el castillo erguido en medio de la llanura crearon un paisaje que parecía de película.

Con el paso del tiempo y los cambios en la economía, ese legado y esplendor comenzó a apagarse. En los años ‘60 se desmanteló parte de la fábrica de sidra, los manzanos dejaron de ser cuidados y, de a poco, el predio fue perdiendo su ritmo productivo. El castillo vanguardista perdió el brillo y los caminos que vibraban con carros y voces se fueron cubriendo de yuyos.

La plantación más grande de manzanas de América quedó en silencio, pero la memoria colectiva nunca olvidó el lugar. Uno de cada diez pobladores de Castelli trabajó en La California, que motorizaba la economía de la localidad.

Se abre la tranquera

Ese castillo que alguna giró siguiendo al sol vuelve a ser protagonista de la mano de la gestión actual. Para el mes aniversario de la ciudad, la tranquera blanca volverá a abrirse el domingo 24 a las siete de la tarde y los jardines del antiguo casco se llenarán de música en un concierto al aire libre a cargo del Conservatorio de Música y reconocidos tenores.

Será una cita gratuita abierta en homenaje al pasado glorioso de la estancia, que anuncia un futuro distinto de cara a un proyecto de recuperación que quiere devolverle vida, cultura y encuentros a este ícono de la llanura bonaerense.

Esta apertura al público recupera un símbolo de trabajo, orgullo e identidad en Castelli. (DIB)

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