En los antiguos galpones de la ex fábrica textil La Bernalesa, que marcó una época en Quilmes desde los años treinta, hoy funciona un parque industrial que mezcla historia y tecnología. El predio, reconvertido desde 2008 por la empresa Valot, dio un nuevo paso en su desarrollo: el municipio actualizó la normativa que regula sus actividades, habilitando la instalación de sectores vinculados a la logística, la innovación y los servicios educativos.
“La normativa del PILB debía armonizarse con la legislación municipal”, explicó Leonardo Wagner, director ejecutivo del Parque Industrial La Bernalesa. “Durante años, algunas actividades vinculadas a la innovación o la logística eran consideradas accesorias. Hoy son parte esencial de la cadena productiva.”
Un marco más amplio y previsible
El cambio, impulsado por la dirección del parque y acompañado por la intendenta Mayra Mendoza, amplía la base de actividades autorizadas dentro del predio y otorga seguridad jurídica tanto a las empresas instaladas como a las que evalúan radicarse.
“Esto permitirá incluir áreas de investigación y desarrollo, laboratorios tecnológicos, proyectos de ingeniería y servicios de la economía del conocimiento”, detalló Wagner. La actualización se enmarca en el programa municipal Impulsar Quilmes, que busca fortalecer el entramado productivo local y promover condiciones de previsibilidad para las pymes.
Infraestructura, formación y sustentabilidad
El Parque Industrial La Bernalesa cuenta con el Certificado de Aptitud Ambiental otorgado por el OPDS, que garantiza que las actividades sean inocuas y compatibles entre sí. En paralelo, se ejecutan obras de infraestructura: ampliación de accesos, nuevas salas de reuniones y capacitación, refuerzo del suministro de gas y sistemas tecnológicos de control de ingreso.
“PILB no ofrece solo superficie, sino soluciones integrales para la gestión, la seguridad y el crecimiento de las empresas”, afirmó su director.
En el predio funcionan Quilmes Tech —desarrollado junto a la Universidad Nacional de Quilmes—, que destina más de 4.000 m² a la formación en ciencia aplicada, y el Centro de Formación Profesional N.º 413, a cargo de la UOCRA, especializado en oficios industriales.
Del pasado fabril al futuro productivo
El parque proyecta ahora un polo tecnológico de 25.000 m² orientado a laboratorios de innovación, investigación minera, biológica y tecnológica. “Apuntamos a crear el polo tecnológico más importante del sur provincial”, señaló Wagner, también integrante del departamento de Infraestructura y Parques Industriales de Uipba.
La nueva reglamentación consolida un proceso de reconversión iniciado hace más de una década, cuando la antigua textil fue recuperada como espacio productivo. “Nos permite acompañar la transformación tecnológica e industrial de Quilmes y ofrecer un marco competitivo a las pymes que apuestan al crecimiento”, concluyó Wagner.