miércoles 03 de diciembre de 2025

Enfermedad ocular tiroidea: una condición poco conocida que impacta en la visión y la calidad de vida

En el marco de la semana de concientización de la enfermedad, profesionales de la salud se unen al llamado global para dar visibilidad a esta condición autoinmune que sin un abordaje interdisciplinario es difícil diagnosticar a tiempo.

La enfermedad ocular tiroidea (TED) es una condición autoinmune que afecta la visión y la calidad de vida de los pacientes. Se trata de una enfermedad progresiva en la que el sistema inmunitario ataca por error los tejidos grasos y musculares detrás de los ojos causando inflamación, enrojecimiento e hinchazón y dañando los tejidos que rodean el ojo. Como consecuencia, aparecen cambios muy visibles como proptosis (efecto de ojos saltones), estrabismo (desalineación o desvío de los ojos) o visión doble. De hecho, hasta un 9% puede sufrir incluso pérdida de visión.

Sin embargo, llegar al diagnóstico puede resultar una odisea. Es por eso, que en el marco de la Semana de Concientización sobre la Enfermedad Ocular Tiroidea (TED, abreviatura de Thyroid eye disease en inglés), que se llevó a cabo en el pasado mes de noviembre, profesionales de la salud se unen al llamado global para darle visibilidad.

Relación con el hipertiroidismo

La TED, también conocida como “Oftalmopatía de Graves”, si bien está estrechamente relacionada con la enfermedad de Graves (hipertiroidismo), puede manifestarse también en personas con función tiroidea normal o incluso hipotiroidismo.

De acuerdo con la doctora Anabela Zunino, médica especialista en endocrinología y médica de planta en el Hospital Ramos Mejía, “entre el 25% y el 50% de las personas diagnosticadas con Graves desarrollarán algún síntoma de TED”.

Por su parte, el doctor González Barlatay Joaquín, jefe de la Sección de Oculoplastia del Servicio de Oftalmología del Hospital Italiano de Buenos Aires y jefe del Departamento Plástica Ocular del Instituto Zaldívar, agregó: “Del total de personas con TED se estima que aproximadamente el 90% corresponden a pacientes con la enfermedad de Graves, mientras que el resto no tiene problemas de tiroides o son hipotiroideos”.

En hombres y mujeres

La TED puede presentarse en hombres y mujeres. Aunque son las últimas quienes más la padecen, las manifestaciones más severas de la enfermedad se dan en hombres mayores.

“En términos de incidencia, mientras que la relación en las mujeres es de entre 2,67 y 3,3 por cada 100 mil mujeres, en los hombres este número desciende a entre 0.54 y 0.9”, comentó la doctora Mariana de Virgiliis, médica especialista en Neurooftalmología, jefa de Docencia e Investigación del Hospital Oftalmológico Pedro Lagleyze y coordinadora de Neurooftalmología del Hospital Universitario Austral.

Síntomas

Los síntomas más comunes que presentan las personas con TED incluyen sensación de sequedad o “arenilla” en los ojos, lagrimeo excesivo, enrojecimiento e hinchazón persistente de párpados, retracción palpebral, visión doble (diplopía), dificultad para mover los ojos y dolor o presión detrás de los globos oculares.

Como sucede con muchas otras enfermedades, llegar al diagnóstico puede demorar más de lo deseado. Esto se debe, entre otras cosas, a que sus principales síntomas se asemejan a otras afecciones como alergias, ojo seco y conjuntivitis. “Es importante que la comunidad médica cuente cada vez más con información sobre qué es la TED y qué síntomas corresponden con esta afección, sobre todo en las guardias oftalmológicas, para colaborar con la llegada más temprana al diagnóstico”, explicó Gonzalez Barlatay.

Diagnóstico temprano

La TED es una enfermedad bifásica: tiene una fase activa (inflamatoria) y una fase inactiva (secuelas). Es por ello que, según los expertos, el diagnóstico y tratamiento oportuno durante la fase activa son cruciales para reducir la inflamación, limitar el daño estructural y evitar la necesidad de cirugías complejas en el futuro.

El diagnóstico suele llegar luego de la visita al endocrinólogo o al oftalmólogo. “Cualquiera sea el caso, el diagnóstico de la TED es un trípode que consta de la clínica del paciente, estudios por imágenes y el laboratorio. El paciente es diagnosticado con TED cuando es positivo en dos de las tres pesquisas. En ocasiones, puede pasar que el paciente presente alteraciones oculares y cambios en los estudios de imágenes, pero no tenga hipertiroidismo. Estos casos son los menos frecuentes, pero suceden”, sumó Gonzalez Barlatay

“Si quien recibe al paciente es un endocrinólogo, lo derivará a un oftalmólogo. Cuando el paciente llega al oftalmólogo sin diagnóstico de hipertiroidismo previo, la indicación es derivarlo al endocrinólogo. Ahí se da inicio a un tratamiento interdisciplinario que nos permite acompañar al paciente a lo largo de todo el recorrido”, aclaró por su parte Zunino.

Enfoque interdisciplinario

Debido a su naturaleza autoinmune y su doble impacto (hormonal y ocular), el manejo exitoso de la TED exige la colaboración de varios especialistas. El equipo médico debe estar conformado por un médico endocrinólogo (para controlar y estabilizar la función tiroidea), un neurooftalmólogo (quien monitoriza la actividad de la enfermedad en el ojo, mide la protrusión ocular y coordina tratamientos específicos) y un médico oftalmólogo especializado en Oculoplastia (cirugía de órbita, párpados y vía lagrimal).

El trabajo interdisciplinario es fundamental para promover la detección e inicio del tratamiento de manera temprana. En nuestro caso, los servicios de órbita, neuroftalmología y estrabismo trabajan conjuntamente con los endocrinólogos y también con la guardia oftalmológica”, detalló De Virgiliis.

Terapia

Por otra parte, debido a los cambios físicos visibles, como el exoftalmos (ojos saltones) y la hinchazón, los pacientes con TED pueden experimentar baja autoestima, por ello, resulta vital el acompañamiento de un terapeuta que ayude al paciente a gestionar sus emociones.

La TED puede impactar notablemente en la calidad de la vida de los pacientes y esto lo vemos habitualmente en nuestros consultorios. Como la TED afecta al músculo y la grasa de la órbita del ojo, muchos pacientes experimentan visión doble y esto les impide, por ejemplo, conducir. Obviamente estas cuestiones pueden afectar su autoestima, además de generar cambios en sus rutinas”, agregó De Virgiliis.

Tratamiento personalizado

El manejo de la TED se ajusta a cada paciente y está orientado a mejorar factores de riesgo modificables, mantener el eutiroidismo y evaluar el estado clínico, por supuesto según la clasificación y fenotipo de la TED. “El tratamiento debe ajustarse a cada paciente. Luego de evaluarlo, junto a oftalmología, le ofrecemos la mejor alternativa terapéutica”, dijo la doctora Zunino.

En los casos de una oftalmopatía leve, el tratamiento se enfoca en medidas de soporte y alivio de síntomas, como el uso de lágrimas artificiales y pomadas lubricantes. Cuando la oftalmopatía es moderada a severa (sin compromiso visual), el tratamiento de primera línea suele ser los corticoides endovenosos para reducir la respuesta autoinmune; y en segunda línea aparecen las terapias biológicas y, en ciertos casos, la radioterapia orbitaria.

Por último, cuando la oftalmopatía es severa (con compromiso visual) se lo considera una urgencia médica y requieren tratamiento antiinflamatorio intensivo e inmediato para prevenir la pérdida de visión permanente.

Un proceso largo

Las personas que quedan con secuelas de ojos saltones y alteraciones palpebrales pueden requerir más de una cirugía con un cirujano oculoplástico para restaurar una mirada más natural y parecida a la etapa previa a la enfermedad. Las que tengan visión doble, pueden requerir una cirugía de estrabismo.

Lo importante es que los pacientes sepan que el tratamiento es un proceso largo que incluye una etapa de tratamientos antiinflamatorios y luego una serie de cirugías para lograr la mejor rehabilitación posible.

Fuente: Agencia DIB

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