Problemas de crecimiento: la adherencia al tratamiento es clave en niños de talla baja

Los expertos señalan que cuanto más temprano se identifique, mejor será la recuperación. Cuáles son las terapias disponibles.

La medicina explica que el retraso en el crecimiento infantil es un aumento de peso o estatura insuficiente o anormalmente lento en un niño menor de 5 años de edad.

Durante el reciente 11° Congreso Internacional de Endocrinología Pediátrica (IMPE 2023), llevado a cabo en Buenos Aires, se abordó extensamente esta problemática, condición que tiene su origen, entre otras, en las enfermedades endócrinas, desnutrición, diabetes, afecciones de algún órgano central (como corazón, riñón o pulmones) y restricción del crecimiento fetal (afección en la que el bebé no progresa adecuadamente en peso y talla durante el embarazo).

En algunas de estas condiciones, como la deficiencia de hormona de crecimiento donde el niño no produce adecuadamente la misma u otras condiciones, el tratamiento es en base a la administración diaria en forma subcutánea de una inyección con hormona de crecimiento humana biosintética. Esta indicación idealmente se inicia desde el momento del diagnóstico hasta que el niño finalizó con su etapa biológica de crecimiento (cierre de los cartílagos de crecimiento).

“Cualquier problema de retardo de crecimiento, cuanto más temprano se identifique, mejor será la recuperación. Sin embargo, tenemos que diferenciar los casos de niños que son bajos normales por razones de talla baja familiar, de aquellos que son bajos porque no están creciendo bien. La mejor forma de poder anticiparse a problemas de crecimiento es hacer los controles pediátricos de salud en todas las edades de la pediatría, no solo en los primeros años de vida y no solo cuando el niño está enfermo”, afirmó Ignacio Bergadá, médico endocrinólogo pediatra, copresidente del Congreso Internacional de Endocrinología Pediátrica (IMPE 2023) y vicedirector del CEDIE (Centro de Investigaciones Endocrinológicas) del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.

“El pediatra tiene el conocimiento y las herramientas para chequear si el niño no está siguiendo el patrón de crecimiento esperable que tiene que tener. Respecto de los padres, sin dudas deben estar atentos a los cambios en la talla de la ropa o el calzado o en comparación con otros niños o hermanos menores, son observaciones que podrán ser signos que ameriten la consulta”, agregó Bergadá.

Entre las herramientas que las nuevas tecnologías ponen a disposición de la terapia en base a hormona de crecimiento, en términos de ecosistema digital, los especialistas destacaron la disponibilidad de dispositivos digitales más amigables para la aplicación subcutánea, con agujas más pequeñas, inclusive con unas especiales para los niños de menor edad. Estos dispositivos permiten monitorear el cumplimiento de la administración de la medicación en tiempo real. Son instrumentos que contribuyen a mejorar la adherencia al tratamiento y ello se traduce en mejores resultados en salud y un mayor crecimiento del niño.

“La terapia en base a hormona de crecimiento implica un tratamiento diario, con inyecciones, que no deja de ser mínimamente invasivo y, en el inicio, algunas veces vemos que los niños y los padres pueden llegar a mostrarse temerosos, eso puede ser una de las razones de interrupciones del tratamiento. Mientras que, a lo largo del tiempo -tengamos en cuenta que son tratamientos que suelen durar 7 u 8 años- el niño crece, se convierte en un adolescente, ve que ya no es tan bajo porque creció y, como todo adolescente, puede expresar cierta rebeldía y no mantener una adherencia permanente; pero son algunos casos, no es siempre así”, graficó Bergadá, que también es investigador en Salud del CONICET.

Los estudios

Uno de los estudios que permitió cuantificar los beneficios del cumplimiento de la terapia fue el denominado ‘Adherencia al tratamiento con hormona de crecimiento usando un dispositivo de transmisión de datos en Latinoamérica: Estudio de exploratorio, descriptivo de evidencia del mundo real’ El trabajo analizó los datos de adherencia y crecimiento de 6.207 pacientes de entre 2 y 18 años de 12 países de Latinoamérica, incluida la Argentina, durante 4 años. Todos los pacientes enrolados contaban con un dispositivo que permitía un seguimiento a distancia y el control exacto en tiempo real de la confirmación de la aplicación del medicamento y de la cantidad de hormona administrada.

Casi 7 de cada 10 pacientes (68%) mostraron elevados índices de adherencia al tratamiento, un 25% reflejó una adherencia intermedia y solo el 7%, baja adherencia. Como conclusión, aquellos que mostraron mayor adherencia lograron en promedio un crecimiento de 1,1 cm por sobre los menos adherentes, durante el período que duró el estudio.

En opinión de Bergadá, “hay muchos trabajos hechos en Latinoamérica y en otras regiones que monitorean el cumplimiento con un sistema muy preciso, que es un sistema de plataforma tecnológica, que muestra que la proporción de pacientes que registran mayor cumplimiento es la que mejores resultados obtiene. Y, a la inversa, aquellos cuya adherencia es inferior, crecen menos. Es muy importante poder medir con datos objetivos cómo crece un paciente con elevado nivel de cumplimiento y cómo no lo hace el de menor adherencia, y eso ya está suficientemente demostrado”.

El ecosistema digital también cuenta con la disponibilidad de aplicaciones que mediante el celular ofrecen consejos saludables sobre temas como alimentación, nutrientes esenciales y actividad física.

“Otra posibilidad que brindan estas plataformas de monitoreo constante en tiempo real de la aplicación de medicaciones de alto costo es para los prestadores de salud, que ahora disponen de herramientas que les permiten confirmar que lo que están financiando tenga la eficacia que debe tener”, destacó el endocrinólogo pediatra. (DIB)

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí