Mató al empleado que le reclamó una deuda, enterró su cuerpo y lo condenaron a perpetua

Se trata de Luis Mieres de 71 años. Fue condenado por el crimen de Jorge Daniel Zagari, a quien enterró en un pozo en el fondo de la propiedad.

Un pizzero que hace dos años mató y enterró en su comercio del partido bonaerense de Ituzaingó a uno de sus empleados para no pagarle el dinero que le adeudaba, fue condenado este jueves a la pena de prisión perpetua por un tribunal que consideró que el crimen fue cometido por “codicia”.

El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5 de Morón condenó a la pena máxima a Luis Mieres (71) como autor del delito de “homicidio agravado por codicia”, en perjuicio de su empleado Jorge Daniel Zágari (53). Además, los jueces condenaron a Martín Silva Albornoz (25), hijastro de Mieres, a dos años de prisión, que ya cumplió por el tiempo que estuvo en prisión preventiva.

Al momento de alegar, el fiscal pidió a los magistrados Julia de la Llana, Marcos Lisa y Gabriel Sotelo la perpetua para Mieres por el delito de “homicidio calificado por codicia” y descartó el agravante de la “alevosía” por la que también había llegado acusado. Mientras que los abogados que representaron a la familia de la víctima, habían pedido seis años para Albornoz, por lo que ahora podrían apelar ya que el fallo le dio solo dos años y los consideró ya cumplidos por la preventiva. 

Zagari trabajaba en la pizzería y rotisería de Mieres. Le debía $30.000 de sueldos, el haber de noviembre de 2020 por $56.000 y el aguinaldo. El 9 de diciembre de 2020, la víctima le reclamó a su jefe lo adeudado, y como respuesta recibió una puñalada y golpes con una barreta en la cabeza hasta matarlo.

Al ser detenido, el asesino confesó lo sucedido y explicó el plan para enterrar el cuerpo en el patio de su casa de Ituzaingó. Seis días después de que Zagari le pidiese lo adeudado a Mieres se encontró el cadáver. El cuerpo estaba enterrado y tapado con una carpeta de cemento en el fondo de la vivienda.

El Peugeot 405 bordó de la víctima fue abandonado e incendiado por el hijastro, y el asesino al principio solo reconoció este delito.  Albornoz no fue imputado por los daños al auto.

Finalmente, Mieres tuvo que reconocer lo sucedido porque gracias a las cámaras de seguridad y testimonios se confirmó que el acusado había pasado por ese lugar poco antes en su camioneta Ford EcoSport. (DIB)

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí