Por Rodrigo Márquez, desde el Buenos Aires Lawn Tennis
Juan Martín Del Potro estaba 1-6 y 3-5 abajo, y no pudo sacar. Fue a la esquina, recibió la pelota en su raqueta, dio media vuelta y encaró a la posición de servicio, pero no pudo sacar. Las lágrimas fueron incontenibles. En ese momento, no existió un alma que haya permanecido en su asiento. El estadio entero se puso de pie para aplaudir y regalarle una ovación.
El resultado (1-6 y 3-6) y el análisis del juego, al margen. Anoche la gente no llenó el Court Central del Buenos Aires Lawn Tennis para verlo ganar, sino para decirle gracias. Gracias por la Davis; por las medallas olímpicas; por las batallas contra Federer, Nadal y Djokovic; por poner al tenis argentino en la cúspide del Mundo. Y gracias, sobre todo, por volver a una cancha tras 965 días.
Como si se tratase de un designio del más allá, el posible último partido de Del Potro fue contra Federico Delbonis, un amigo y compañero -entre otros- de la hazaña del 2016 en el Arena Zagreb.
Los cantos cayeron sin tregua sobre la noche de Buenos Aires. “Y pegue, y pegue, y pegue ‘Delpo’ pegue”, fue el hit más entonado. Tampoco faltó, claro, el “Olé, olé olé olé, ‘Delpo’, ‘Delpo’”. En un momento particular, el 2-2 del segundo set, el tandilense jugó un “globo” y ganó su mejor punto del encuentro. El Guillermo Vilas pareció, por unos momentos, más una popular de fútbol que una cancha de tenis.
“Ni se te ocurra, Fede”
Si bien fue la noche de Del Potro, del otro lado de la red había otro jugador, y no uno cualquiera. Se trataba de Federico Delbonis, aquel que le dio a la Argentina el punto decisivo para levantar la primera -y única- Copa Davis de su historia.
En un momento del segundo parcial, cuando el azuleño se encaminaba al quiebre que finalmente fue decisivo para el resultado final, alguien le lanzó una advertencia: “Ni se te ocurra, ‘Fede’”. Ese breve mensaje, que desató risas en cada rincón del estadio, representó el sentir de la gente, que quería más tenis, más “Delpo”.
“Es el único partido que gané y que me hubiese gustado perder. Me costó adaptarme, nunca viví algo así. Esperemos que haya Juan para rato porque todos lo queremos”, dijo Delbonis antes de abandonar la cancha.
La vincha a la red
Si anoche hubo una imagen a destacar, fue cuando Juan Martín Del Potro se quitó la vincha y la colgó sobre la red. Un gesto de retiro, para muchos, aunque el propio tandilense se encargó de aclarar que no está dicha la última palabra.
Otro momento para el recuerdo fue el aplauso final. El campeón del US Open 2009 extendió los brazos en alto y saludó a cada rincón del estadio. Lo hizo con parsimonia, tomándose el tiempo para saborear ese instante. Dejarlo grabado en la retina y también en el corazón.
Por otro milagro
“Creo que hice demasiado esfuerzo con la rodilla para poder remontar la situación y cumplir otro milagro como lo hice con la muñeca”, fue una de las frases que dejó Del Potro sobre el polvo de ladrillo de Buenos Aires.
El tandilense analizará en las próximas horas si estará o no presente en Río, pero lo que sí es seguro es que luego tendrá un alejamiento del tenis. “Un punto”, como él mismo lo definió. Habrá que ver si se trata de un punto y aparte o un punto y seguido.
En la conferencia de prensa posterior al partido, el doble medallista olímpico dejó la puerta abierta a un futuro regreso. Todo dependerá de su rodilla, claro, pero en su cabeza todavía cabe la posibilidad de volver a jugar. Es que aún no halló “un mejor lugar que una cancha de tenis”.
“Me puedo ir en paz”
Cuando el llanto mermó y le permitió hablar, Del Potro envió un sentido mensaje: “Es un momento que no quería que llegue nunca. La salud me lleva a tomar una decisión. A veces yo también puedo perder y no ser lo suficientemente fuerte”, arrancó el tandilense.
“He cumplido todos los sueños con el tenis. No es un trofeo, copa o ranking, sino el cariño de la gente. Di todo lo que tenía hasta el último punto. Ahora deseo poder dormir sin dolor en la pierna. Tengo toda una vida por delante y me puedo ir en paz”, cerró. (DIB) RM GML