Por Ana C. Roche de la redacción de DIB
El 23 de septiembre se conmemora el “Día Nacional de los Derechos Políticos de la Mujer” en coincidencia con la sanción de la Ley 13.010, en 1947. Para ahondar en los interrogantes que propone la fecha, la Doctora en Historia Adriana María “Indi” Valobra (ver recuadro) reflexionó en una charla con DIB sobre la historia de las luchas por los derechos políticos de las mujeres en Argentina y trazó un perfil de las figuras más sobresalientes, cuyas acciones, a principios del siglo XX, tuvieron impacto nacional y en ciudades del interior bonaerense.
¿Se puede hablar de un movimiento sufragista en Argentina que accionó para llegar a la sanción de la Ley 13.010 de 1947?
Hay que pensarlo en términos de movimiento, porque más allá de que hay una disputa política sobre qué gobierno sancionó la ley, y no es menor considerar la voluntad política que lo logró en su contexto, en los debates políticos cada partido intentaba apropiarse de la lucha por el sufragio femenino. A este movimiento sufragista sería más correcto llamarlo movimiento por los derechos políticos de las mujeres, ya que también estaba implicada la lucha por la representación, aunque con menos fuerza. En este movimiento, sus integrantes no estaban unificadas en un solo criterio sobre cómo debía ser ese voto femenino. Muchas pensaban que debía ser por etapas, es decir, primero en el nivel municipal, después en el nivel provincial, después a nivel nacional. Otras, creían que debía ser en todos los niveles como el masculino. Algunas creían que universal, otras, calificado. En fin, muchas posiciones distintas, que no impidieron una lucha conjunta.
Era un movimiento heterogéneo.
Es una de las cosas más interesantes. Algunas se llamaban feministas; otras no. Algunas se asumían sufragistas y otras que eran feministas, no necesariamente estaban a favor del voto. No obstante, estas maneras de pensarse o de denominarse necesitan ser más investigadas, porque tenemos una especie de mapa de quiénes eran estas mujeres, de algunas de las organizaciones en las que participaban, pero necesitamos trabajar e investigar más en detalle sus ideas, sus definiciones y cómo fueron cambiando.
Hay reformulaciones desde el feminismo del presente que tal vez simplifican estas cuestiones.
Es cierto. A veces, se etiqueta a estas mujeres que no se percibieron feministas en su contexto histórico. También, tenemos que pensar que no necesariamente el feminismo es la única manera de liberación de la mujer. Muchas voces actualmente insisten en decir que Eva Perón era una feminista y Eva no se denominó nunca como feminista, habiendo podido hacerlo. Por eso tenemos que restituir el sentido histórico para no caer en una lectura ahistórica, y también pensar que podemos hacer una operación teórica, metodológica, definiendo qué entendemos por feminismo y viendo si estas mujeres a pesar de que ellas no se pensaron así y no tuvieron inserción en el feminismo de su época, pueden ser llamadas feministas. Este ejercicio fundamental, aún falta.
Nombres propios
En la historia de la lucha por los derechos políticos, civiles y sociales de las mujeres hay nombres emblemáticos y figuras que llevaron acciones potentes en otros territorios. Muchas tuvieron gran injerencia en ciudades del interior bonaerense y, como sostiene Valobra, aún hay mucho por descubrir y estudiar sobre ellas.
¿Quiénes fueron estas mujeres en lucha?
Alicia Moreau de Justo, Julieta Lanteri y Elvira Rawson fueron una especie de tríada de fines del XIX y principios del siglo XX, más allá de que además de llevar acciones en conjunto, de ser las tres contemporáneas y médicas de profesión, tuvieron diferencias entre sí, sobre todo en tres puntos: en sus estilos de dirección política, en sus estrategias de intervención y de organización. En cuanto a las mujeres de la provincia de Buenos Aires o pueblos más pequeños fueron una urdimbre para procesos muy importantes. Nuestra tarea tiene que ver con recuperar los hilos que construyen esa urdimbre, no por no reconocer lo que proyectaron las mujeres que estaban en la ciudad de Buenos Aires, sino porque ellas estaban muy entramadas entre sí.
Elvira Rawson es una figura muy interesante. Ella nació en Junín, en 1867, venía de una familia muy tradicional. Decidió estudiar medicina torciendo lo que se esperaba para las mujeres de su época. Ella fue una de las primeras defensoras de los derechos políticos de las mujeres, no es la única, pero pensando en quienes vienen de otros recorridos y en lo que llamamos el interior de la provincia, es una de las líderes indiscutidas de esos primeros años del siglo XX. De hecho, ella es la que le acerca al diputado radical Rogelio Araya el primer proyecto de ley nacional por el voto femenino en 1919.
Julieta Lanteri es otra figura muy efervescente. Ella organiza el Partido Feminista Nacional y postula que ese partido va a existir hasta que exista la ley de derechos políticos para las mujeres. Además logra votar en unas elecciones municipales en 1911, presentando documentación que omitía aclarar expresamente que las mujeres no podían votar. Era italiana y vino a vivir a Argentina, y residió entre La Plata y Buenos Aires y terminó sus días en Berazategui.
También está María Abella de Ramírez, uruguaya, que viene a la Argentina y en la ciudad de La Plata escribe una de las revistas que más tempranamente se asume como feminista, la revista Nosotras, en 1902. Es una revista maravillosa, de alto voltaje, que dura poco tiempo. Luego, crea la revista La nueva mujer, que dura un par de años. Ella participó, además, en el Primer Congreso Femenino Internacional. De Bahía Blanca, en esas primeras décadas, la figura de Luisa Gladel resulta también muy interesante.
Otra figura importante es María Luisa Coutouné de Butiérrez. Ella vivió en La Plata y creó el Centro Feminista Radical “5 de Abril” después de que los conservadores anularan las elecciones porque había ganado el radicalismo, en 1931. En ese contexto, impulsa la organización y la denomina 5 de abril porque ese día habían sido las elecciones. Sabemos que lograron hacer una sede en Trenque Lauquen del centro “5 de Abril”. Tenían muchísimas socias y la propia María Luisa junto a militantes radicales y socialistas, incluida Alicia Moreau, fueron a la Casa de Gobierno a pedir el voto femenino.
También, está Raquel Messina, de quien estamos relevando información actualmente. Era hija de padres italianos y vivía en la localidad de Ranchos. Fue una figura muy importante en el socialismo temprano. Creemos que tuvo vínculos con Julieta Lanteri y con María Abella de Ramírez, aunque todavía no podemos confirmarlo.
La historia de las mujeres de nuestra provincia sigue siendo una cantera abierta para la investigación. Conocer mejor ese pasado, es conocernos mejor en nuestro presente.
Perfil
Adriana María Valobra es Doctora en Historia Investigadora Independiente CONICET/UNLP. Es Directora del Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Género (CInIG FaHCE-UNLP); Fundadora, Ex-Directora y actual integrante de Descentrada. Revista interdisciplinaria de feminismos y género. Es también Fundadora y actual vocal suplente de la Comisión Directiva de la Asociación Argentina para la Investigación en Historia de las Mujeres y Estudios de Género (AAIHMEG) perteneciente a la International Federation for Research in Women’s History.
Buenas tardes, creo que Raquel Messina pudo ser hermana de Juan Genaro Luis Messina, quien es antepasado mio. Yo tengo registo que ambos son hijos de los Italianos Antonio Messina y Antonia Angelinetti. Ellos son de Ranchos. Yo estoy en busqueda del lugar y fecha de defuncion de Juan Genaro Luis Messina, puede que segun cuentan en mi familia pudo haber pertenecido a la logia de los Masones.