Por Gastón M. Luppi, de la redacción de DIB.
Runners sí, o runners no. Mientras tanto, y solo a modo de ejemplo, Lionel Messi alcanzó la barrera de los 700 goles, la Fórmula 1 volvió a las pistas este fin de semana y el tenis mundial va diagramando su nuevo calendario. Frase trillada: Europa va adelante en la película. Por ello, el fútbol argentino podrá seguir de cerca los protocolos que se aplican en el “Viejo Continente”, y lo mismo para el automovilismo y el tenis.
La judoca Paula Pareto, medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 2016, en Río de Janeiro, está alcanzada por la decisión administrativa que autorizó la circulación de aquellos deportistas clasificados para los Juegos de Tokio, que se realizarán el año que viene. “La Peque” no figura en el listado de los 143 argentinos que ya tienen su lugar asegurado en la máxima cita. Sin embargo, y por cómo se definen las plazas del judo, es casi un hecho que la bonaerense tendrá su lugar. Así, como “proyección olímpica” Pareto pudo regresar semanas atrás al Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard). Hasta ese momento toda la actividad física se había desarrollado –e improvisado- en la casa, y compartida en las redes sociales.
No obstante, el caso del judo no es equiparable con los deportes mencionados en el primer párrafo. “Para el judo es mucho más difícil porque es un deporte de contacto”, afirma Laura Martinel, entrenadora de Pareto. “En esta primera etapa estamos haciendo un poco de testeos físicos, los que se pueden hacer en relación con la fuerza, y de a poquito ir pisando el tatami, que hacía mucho que no lo hacíamos. Pero: ¿qué vamos ganando con este regreso? Más que ganar diría que tratamos de no ir para atrás”, explica Martinel a la Agencia DIB. “Lo que uno puede ir trabajando es para que cuando se salga de esta situación, cuando podamos volver a entrenar, no nos lleve tanto tiempo el reacondicionamiento”.
– ¿Qué está sucediendo con el judo en aquellos países que ya han superado el momento más crítico de la pandemia?
– Están haciendo trabajos sin contacto. O si no se aíslan, que es también lo que estamos pensando para un poco más adelante; se aíslan y hacen concentraciones, después de ser testeados y confinados. No hay prácticas normales ni mucho menos. Obviamente no hay competencias, está todo muy parado.
– O sea, ¿no se corre de atrás por estar en Latinoamérica?
– No. Hay países donde sí están entrenando, pero son los menos, y no son los que más nos complican. Y en principio las competencias se van a abrir si es que se asegura la participación de todos los países del planeta. Eso a nosotras nos deja tranquilas, porque no es que va a haber algunos que ya empezaron a competir; ahí te sacarían mucha ventaja. La Federación Internacional nos aseguró que las competencias se van a abrir cuando las condiciones estén dadas a nivel global.
– Así y todo, tomar contacto con el tatami debe de ser importante desde lo motivacional.
– Sí, claro. Más allá de que no se pueda entrenar con un compañero, es el ámbito donde nosotros hacemos nuestro deporte. Después de tres meses de no poder estar en contacto con eso, obvio que es algo que te suma.
– Volver al tatami es reencontrarse con el “dojo”. ¿Qué es el “dojo”, qué representa?
– Vendría a ser el gimnasio donde se encuentra el tatami, que es el piso. Tiene una simbología fuerte para nosotros, es un lugar donde hay mucho respeto. Tenemos colgada la foto del sensei Jigoro Kano, creador del judo, y siempre se lo saluda con una reverencia, como hacen los japoneses. Se hace una reverencia hacia donde está la foto del sensei y también entre nosotros. Todo marca una ambiente diferente.
Nuevo punto de partida
Tras los Juegos Panamericanos de Lima (no pudo afrontar su combate por la medalla de bronce) y el Mundial de Japón (fue séptima) del año pasado, Paula Pareto se sometió a una operación para poner punto final a una hernia cervical. “Después de muchas noches sin dormir o despertándome con dolores por elegir entrenar a mi 100% […] Hoy elijo este paso por el quirófano con un objetivo claro: llegar de la mejor manera a Tokio 2020”, posteó “La Peque” en octubre, en Instagram.
En marzo de este año, y cuando los Juegos Olímpicos todavía estaban en pie, Pareto viajó a Rusia para competir en el Grand Slam de Ekaterimburgo. Sin embargo, estando allá el torneo se canceló por la pandemia y cuando volvió al país debió aislarse, al igual que Martinel. A los días se decretó la cuarentena generalizada y a partir de allí la historia es conocida.
“Rusia era el nuevo punto de partida tras el parate que tuvo para operarse, primero, y para recuperarse, después. Teníamos muchas expectativas, queríamos saber cómo estaba, cómo se sentía, si finalmente esa operación estuvo bien y si la ayudó. Eran muchas expectativas y era un Grand Slam. Nos quedamos con las ganas”.
– Algunos deportistas plantean que el parate, en cierta manera, les permitió bajar unos cambios. Con Paula todo lo contrario…
– Exacto, ese es el tema con Paula. Ella venía de haber parado, lo que necesitaba era arrancar. Así que fue muy duro eso, y también fue muy duro el aplazamiento de los Juegos. “Es un año más”. Por eso también fue duro…: “En agosto ya estaba y resulta que es agosto, plus doce meses”. Pero Paula también trata de sacar lo positivo de cada situación, más allá de lo mala que pueda ser. Primero le costó asumirlo, y una vez asumido dijo: “Listo, nos preparamos para el 2021 y vamos para adelante con eso”.
– ¿Cómo se trabaja cuando por delante no hay un calendario definido y los Juegos están rodeados de incertidumbre?
– Nosotras estamos pensando en los Juegos y en que hay posibilidades de que se abra el calendario de competencias en octubre o noviembre. Si los Juegos se suspenden o lo que fuera, no lo estamos tomando en cuenta porque no tiene sentido, es más tirarse para atrás que para adelante. Estamos pensando en que los Juegos se hacen, que se va a abrir el calendario y que vamos a retomar las competencias. Eso mantiene la motivación: si no tuviéramos absolutamente nada por delante, sería muy triste.
– Y con ese horizonte, ¿qué se planifica?
– Es un momento donde no se puede planificar, es imposible, es ver el día a día. Nosotros tenemos un plan, y todas las cosas de ese plan se fueron cayendo, cayendo, cayendo. Igual seguimos teniéndolo hacia adelante, y cuando llegue el momento en que se abra, tenemos algo planeado, que seguramente deberemos modificar.
– ¿Cuál tendría que ser el próximo paso?
– Poder entrenar normalmente. Estamos tratando de armar eso, creo que lo vamos a poder hacer pronto. Estamos tratando de organizarlo a modo de concentración, aislándonos.
La doctora Pareto
– ¿Cuánto ayuda que Paula sea médica, que conozca de primera mano qué está sucediendo a nivel sanitario?
– Más allá de la pandemia, siempre me facilitó mucho, ya como médica, o cuando estaba terminando la carrera. El saber le saca muchos miedos, sabe hasta dónde puede tirar. A veces me asusta ella a mí, porque le digo: “Vos si no te mata no importa”, porque es así. A mí me resuelve mucho, con Paula es un plus.
La última competencia mundial
“En marzo tuvimos una competencia acá en Argentina [el Abierto Panamericano, en Bariloche] que dio puntos en el ranking mundial de la Federación Internacional y que fue la última competencia que se realizó en el mundo”.
Laura Martinel
Laura Martinel es entrenadora de Paula Pareto (34) desde 2012, tras la participación de “La Peque” en los Juegos Olímpicos de Londres, donde fue quinta; en Pekín 2008 había sido medalla de bronce y en Río 2016 se consagró campeona, siempre en la categoría de los 48 kilos. Martinel (56) fue séptima en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 y medalla de plata en los Juegos Panamericanos de La Habana, en 1991, categoría 66 kilos, entre otros logros continentales. (DIB) GML