Una investigación de científicos de la Universidad de Pittsburgh, EE.UU., estaría avanzando en el camino hacia el desarrollo de una vacuna para combatir el COVID-19.
Según publicó la revista especializada The Lancet, este prototipo de vacuna, que llevaría varios meses en poder utilizarse en caso de comprobarse su efectividad, tendría una forma de administración sencilla, a través de un parche del tamaño de la punta de un dedo, que se pega sobre la piel.
Los científicos estiman que la técnica sería menos dolorosa que las habituales, y además requeriría menos materiales (no se usan agujas ni jeringas) e incluso personal médico en caso de producirse masivamente.
En tanto, la nueva vacuna está en fase experimental y fue testeada solo en ratones. En esas pruebas, se demostró que “produce anticuerpos específicos para el SARS-CoV-2 en cantidades que se consideran suficientes para neutralizar el virus”, indicó la universidad en un comunicado.
El informe detalla que la vacuna generó una oleada de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 dentro de las dos semanas posteriores al pinchazo de las microagujas que contiene el parche.
Según detallaron, está previsto que pronto la vacuna entre en su fase 1 y se pueda probar en personas que se ofrezcan voluntariamente. Los autores del trabajo están en el proceso de solicitar la aprobación correspondiente a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los Estados Unidos.
El desarrollo de una vacuna efectiva puede tardar muchos años, incluso décadas. De acuerdo a lo que afirman la mayoría de los especialistas, el mundo no tendrá una vacuna efectiva contra el díscolo COVID-19 al menos hasta dentro de 12 ó 18 meses. (DIB) AR