Santiago Urbani, un caso que despertó a la sociedad y un fallo inédito contra el menor que disparó

El joven músico tenía 18 años cuando fue asesinado en su casa de Tigre en 2009. El autor directo del crimen, un menor al momento del hecho, recibió 27 años de prisión en un fallo sin precedentes.

Infografía: DIB
Infografía: DIB

Santiago Urbani había cenado con sus amigos. Ya en horas de la madrugada del 10 de octubre de 2009, estacionó el Chevrolet Corsa azul frente a su casa de la avenida Liniers del partido bonaerense de Tigre cuando cuatro delincuentes lo sorprendieron. Con un revólver y una escopeta recortada lo obligaron a entrar a la casa, donde dormían su madre, Julia Rapazzini, y su hermana, Florencia Urbani. El padre había muerto hacía poco tiempo de un accidente cerebrovascular. Fue algo más de una hora de terror, donde la locura pudo más. 

Mientras los ladrones juntaban los objetos de valor y los cargaban en el auto de Santiago, el joven músico fue asesinado en el cuarto de su hermana de un escopetazo en la cabeza. Los delincuentes escaparon con 2.000 pesos, alhajas, electrónicos, electrodomésticos, dos guitarras eléctricas que eran del adolescente de 18 años y calmantes medicinales. Pero el descontrol de los delincuentes fue tal que hasta se llevaron un collar de plástico y un control remoto de un televisor.

“Santi murió en mis brazos, me tendrían que haber matado a mí, no a él”, contó horas después del hecho la mamá, que era bioquímica y ex directora del Hospital zonal de Tigre. Y relató que tras escuchar la explosión que retumbó en esa casa, uno de los asaltantes, menor de edad, entró a su pieza y le exigió que le entregara pastillas de “Rivotril”. 

Sin embargo, lo que más llamó la atención y generó la indignación de una sociedad conmovida por el caso fue que mientras Santiago agonizaba frente a su madre, uno de los delincuentes le sacó unas fotos con la misma cámara que le acababan de robar al joven. Una locura más de una madrugada espantosa. Y otra vez el debate nacional sobre la edad de imputabilidad. 

Santiago estudiaba Musicoterapia en la Universidad Maimónides. Trabajaba además en una empresa de insumos hospitalarios y dedicaba muchas horas a ayudar a chicos discapacitados. En un mes iba a viajar a Beijing, por un premio que había ganado con su colegio secundario tras presentar dos proyectos sobre ecología y medio ambiente.

Esa historia caló hondo en la sociedad y tuvo una rápida intervención de la política. De hecho, el por entonces joven intendente de Tigre, Sergio Massa, acusó a policías que tenían que estar haciendo patrullaje en la zona de estar dormidos. Por ello el ministro de Seguridad, Carlos Stornelli, los separó del cargo y hasta el gobernador Daniel Scioli se involucró y en muy poco tiempo estaban identificados los autores del crimen.

En una de las pesquisas realizadas apenas a horas de esa madrugada fatídica, se encontró incendiado el auto Chevrolet Corsa con el que los ladrones escaparon después del robo. Mientras tanto, la Policía Científica avanzó con el estudio clave de las huellas dactilares encontradas en la escena del hecho y en el auto Renault 18 que habían robado previo al ataque y que dejaron abandonado en la puerta de los Urbani. 

Juicios y fallo inédito

Menos de un año después del crimen, en julio de 2010 -lo que demuestra que cuando quiere la Justicia puede ser medianamente rápida-, dos adolescentes fueron condenados por el hecho. Uno de ellos, Cristian Villafañe (16 años), reconoció que hizo el disparo aunque dijo que se le escapó. 

Si bien el Tribunal de Responsabilidad Penal Juvenil Nº 3 de San Isidro declaró penalmente responsables a los imputados por los delitos de “robo calificado por el resultado de homicidio en concurso ideal con portación ilegal de arma de guerra”, se resolvió diferir la imposición de la pena a ser aplicada hasta que hayan cumplido los 18 años de edad y cuenten con al menos un año de tratamiento resocializador. Hasta ese tiempo, debían seguir encerrados. 

En 2011, en tanto, el Tribunal Oral 6 de San Isidro condenó a 27 años de prisión al que consideró líder de la banda, Oscar “El Pelado” Pérez Graham (43 años) y a 20 a Emiliano Herrera (21 años), al encontrarlos culpables del delito de “homicidio en ocasión de robo”.

Pasaron cinco años, hasta que en noviembre de 2016 hubo un fallo inédito en el país. Fue en ese momento cuando un tribunal condenó a Villafañe a 27 años de prisión, logrando una sentencia ejemplar e inaudita para la Justicia de menores en la que las penas suelen ser atenuadas. Por la calificación, podría recuperar su libertad recién en 2036. 

En mayo de 2022, la madre de Santiago, ya a esta altura referente de la lucha y compromiso por la Justicia y la seguridad, falleció. En ese momento, legisladores, famosos y periodistas la despidieron en redes sociales. (DIB)  FD

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