La búsqueda del embarazo que no llega provoca sentimientos y emociones que son difíciles de transitar como la tristeza, la ansiedad, la culpa, el enojo y la incertidumbre. El contexto de Covid-19 generó más ansiedad en los pacientes, y todos los sentimientos que experimentaban comúnmente se vieron exacerbados por la pandemia.
Según el estudio “Ansiedad en pacientes de Técnicas de Reproducción Asistida en el contexto del Covid-19” realizado en 2020, del cual fueron autores los especialistas del centro de reproducción asistida WeFIV Fernando Neuspiller y la María Villamil, entre otros profesionales, los resultados muestran que la ansiedad ha aumentado un 31% en el contexto del Covid-19, en las personas que buscan un embarazo, con relación a tiempos anteriores.
“Con respecto a los miedos vinculados con el embarazo, el 67,5% de las pacientes respondió no creer que el Covid-19 pudiera afectar a su bebé. El 85,8% contestó no creer que, si se embarazaba, pudiera tener más riesgo de contagiarse. El 61,5% de las pacientes no creía que el Covid-19 podría afectar el embarazo”, señalaron los especialistas en el estudio.
La investigación sostiene que “las pacientes que suspendieron sus tratamientos aumentaron los niveles de ansiedad en el contexto del Covid-19; sin embargo, manifestaron querer retomar los tratamientos, a pesar de no haber acabado la pandemia”.
En este sentido, María Villamil, jefa de la Unidad de Apoyo Emocional de WeFIV, sostiene: “La interrupción de tratamientos, sumada a los miedos relacionados a contraer la enfermedad o a sufrir problemas en el embarazo desencadenaron en trastorno de ansiedad y trastorno del estado del ánimo en muchos pacientes”.
Cómo controlar las emociones negativas
La ansiedad es una respuesta normal de adaptación del individuo que está ligada al instinto de conservación de la especie. Es una percepción de la persona frente a una amenaza o peligro dónde se produce una respuesta automática que nos prepara para la huida. Cuando la ansiedad tiene una intensidad exagerada o dura más de lo necesario, se denomina “patológica” o, mejor dicho, disfuncional.
La ansiedad tiene su base en la emoción del miedo y la preocupación excesiva. Está relacionada con la incertidumbre que es la falta de confianza y de certeza sobre algo determinado. Muchas veces, viene acompañada de síntomas físicos.
La ansiedad se puede medir a través de cuestionarios que investigan acerca de la sintomatología de dicho trastorno. Según Villamil, para poder detectarla “Indagamos tanto en los síntomas psicológicos como en los síntomas físicos”.
“Dentro de los síntomas psicológicos se encuentran la preocupación excesiva, los pensamientos negativos, la inquietud y el estado de alarma constante. Dentro de los síntomas físicos, los mareos, dolor de cabeza, contracturas, dificultades en el sueño, opresión en el pecho”, y agrega: “podemos distinguir si la ansiedad es por el Covid o por el tratamiento de Técnica de Reproducción Asistida (TRA) o por ambas, teniendo en cuenta el momento de aparición de los síntomas”.
Para controlar la ansiedad en los tratamientos de Reproducción Asistida, se le recomienda al paciente buscar momentos de dispersión, dónde encuentre placer.
También se sugiere poner los sentimientos en palabras, hablar con personas de confianza para canalizar la energía y evitar mayores trastornos. Es importante reconocer, aceptar, habilitar las emociones y sentimientos que genera el no poder lograr el embarazo. Una buena opción es realizar prácticas de relajación, ejercicios de meditación, para llevar un mayor control de la ansiedad (por ejemplo, pueden ser prácticas de mindfulness o yoga) y practicar actividad física.
La infertilidad afecta todas las áreas de la persona: la social, la emocional y la física. Por eso, es importante que los pacientes puedan encontrar un espacio de contención con profesionales para transitar el desafío reproductivo en el contexto que sea, conservando la calidad de vida. (Vida y Salud Hoy/DIB)