Caen las consultas de pacientes con Esclerosis Múltiple por la pandemia

Advierten que muchos interrumpen tratamientos y anulan consultas por miedo al Covid-19.

Desde Esclerosis Múltiple Argentina (EMA) alertaron sobre abandonos en la toma de medicaciones e interrupciones en las terapias de rehabilitación a causa del Aislamiento Social Preventivo y obligatorio (ASPO).

Asimismo, señalaron que en muchos casos las obras sociales retrasan el suministro de medicamentos, y que se postergan controles de laboratorio absolutamente necesarios para el seguimiento de los tratamientos, especialmente cuando el paciente por el mismo aislamiento necesita extracción domiciliaria para tal fin.

“Esta situación es más preocupante cuando se trata de medicaciones más complejas por las cuales los pacientes deben cumplir con ciertos controles ya predeterminados”, indicaron desde la organización en la que recordaron que en la Argentina hay entre 9 mil y 12 mil personas padecen esclerosis múltiple.

Desde la Asociación Esclerosis Múltiple Argentina (EMA) se mostraron preocupados por los más de 1.500 llamados de pacientes que han recibido desde el inicio de la cuarentena con consultas que evidencian abandono de los tratamientos y falta de control y de seguimiento de la enfermedad.

“Las personas con esclerosis múltiple no deben dejar de realizar sus controles médicos de rutina, ni de hacerse aquellos estudios que se les indiquen. Es una enfermedad seria, que incluye la administración de medicaciones complejas y, en esta época de aislamiento, sabemos de pacientes que unilateralmente han preferido quedarse en sus casas en lugar de llevar a cabo sus controles. Deben saber que la consulta es segura y que los laboratorios de diagnóstico están preparados para realizar los análisis con todas las medidas de prevención que se requieren”, manifestó Adriana Carrá, médica neuróloga, Directora Médica de EMA.

“Sabemos, de acuerdo a la experiencia internacional y la propia, que tener el diagnóstico de esclerosis múltiple no implica mayor riesgo a contraer COVID-19, excepto que el paciente este inmunosuprimido con niveles bajos de linfocitos y/o presente alguna otra enfermedad que aumente el riesgo como la diabetes, hipertensión u obesidad, entre otras”, aclaró la especialista.

“Por lo tanto, si consideramos los riesgos de no asistir a los controles con el neurólogo o no recibir tratamientos por temor, hay que tener en cuenta que seguramente las consecuencias de estas decisiones serán mayores. Hoy por suerte contamos con el acceso a la telemedicina, que frente a una duda o consulta permite el rápido contacto con su neurólogo quien determinará la necesidad o no de la consulta presencial”, amplió.

Por su parte, Johana Bauer, psicóloga, Coordinadora General de EMA, destacó que las personas con esclerosis múltiple por tener el diagnóstico en sí, no integran los grupos de riesgo de Covid-19, y que la falta de rehabilitación física, y de atención médica está generando un retroceso de muchos cuadros de EM.

“Cuando hablamos de tratamiento, no solo nos referimos a la medicación, que si lugar a dudas juega un rol importantísimo en el control de la enfermedad, hablamos de terapias de rehabilitación física y de contención psicológica y de apoyo con la información adecuada en el momento apropiado”, indicó.

“En general, las personas con diagnóstico reciente son pacientes jóvenes, ya que la esclerosis múltiple es una enfermedad que se presenta entre los 18 y 40 años y mayoritariamente en mujeres. Son personas que trabajan, que tienen niños pequeños o que están iniciando un proyecto de familia. El temor al coronavirus no debe llevarlos a interrumpir los controles de una enfermedad que, si bien por el momento no tiene cura, bien tratada, siguiendo al pie de la letra las recomendaciones médicas, suele llevarse muy bien y con pronósticos alentadores”, completó Carrá.

Se estima que en la Argentina hay entre 9 mil y 12 mil personas con esclerosis múltiple (EM)1. Técnicamente, se la define como una enfermedad autoinmune y crónica del sistema nervioso central. Está considerada como la afección neurológica potencialmente discapacitante no traumática más común en adultos jóvenes, ya que generalmente se diagnostica entre la tercera y cuarta década de la vida, y en una relación de entre 2 y 3 mujeres por cada varón.

La forma más común de la EM se manifiesta por períodos de brotes y remisiones, y entre los principales síntomas que caracterizan los brotes, que muchas veces revierten y otras no, se destacan visión borrosa, visión doble, entumecimiento u hormigueo en brazos o piernas y trastornos motrices o de coordinación. (DIB) MCH

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