La Plata, jul 9 (DIB).- El grupo
solidario Corazones de Barro de la localidad de Olavarría realiza talleres para
toda la comunidad en los que enseña cómo se construye una estufa rusa, un
artefacto con muy bajo costo de producción, que sirve para calefaccionar
espacios cerrados en estos días de extremo frío, más aún en los distritos del
centro de la provincia de Buenos Aires donde las térmicas suelen ser más bajas
que en otras zonas.
Guillermo Lerchundi, miembro de
Corazones de Barro, contó a DIB cómo son las estufas y por qué surgió esta
iniciativa. “El año pasado empezamos a hacer las estufas rusas porque tenemos
familias muy carenciadas en Olavarría que pasan mucho frío, acá en el centro de
la provincia suele hacer mucho frío, y la idea surgió para ayudar a que las
personas para que puedan estar calentitas en su hogar”, explicó.
“Lo que siempre decimos cuando
hacemos los cursos es que ???cualquier salame la puede hacer???. Tengo una nena que
tiene 5 años y se pone a hacer las estufas, las revoca como si fuera un
profesional. O sea que lo puede hacer cualquiera”, señaló Lerchundi.
Básicamente, la estufa tiene una
estructura base en forma de “U”, lleva unas losetas, que hacen las veces de
serpentina, y un caño de salida. “Se hace con ladrillos colorados de adobe,
esos antiguos, después hacemos una mezcla de tierra con arcilla, paja, bosta,
agua, y con eso pegamos los ladrillos; una vez que pegamos los ladrillos, la
prendemos, y la estufa se empieza a cocinar, queda una pieza de cerámica
cocida”, detalló Lerchundi. Adentro, describió, se colocan unas losetas “luego
un caño de salida para afuera y queda como si fuera una salamandra”.
Para alimentar la estufa se usan
ramitas de poda, briquetas de cartón, que también enseña a hacer el grupo
Corazones de Barro, o también bosta de vaca. La estufa rusa llega a levantar 9
mil calorías. Es importante señalar que el tiraje de la estufa debe tener una
salida al exterior a los cuatro vientos para evitar que el monóxido de carbono
de la combustión quede dentro de los ambientes.
En cuanto al peligro que puede
suponer la estufa en el interior de una casa, Lerchundi explicó que “es segura y
no reviste peligro ya que tiene 70 cm de profundidad, entonces se ponen maderas
largas que se van empujando para adentro”.
El costo de la construcción de la
estufa es relativamente bajo. “A los ladrillos los sacamos de los basurales”,
señaló Lerchundi, y añadió que los caños es lo que más les cuesta conseguir y
apelan a la solidaridad de toda persona que se quiera sumar para
colaborar. “Son caños galvanizados
comunes, de 7 pulgadas, que vienen de un metro”, especificó, y añadió que para
darle una terminación, se le puede hacer a la estufa una especie de revoque y
“queda como una de pieza de cerámica”.
En
y para el Bioparque
Durante el fin de semana largo, los
talleres de estufa rusa fueron realizados en el Bioparque Municipal de la
ciudad de Olavarría. Corazones de Barro confeccionó dos estufas para los
trabajadores de ese espacio: una para el Grupo Ilusiones, que tienen la
calesita, y otra para los guardias que cuidan el parque, y que literalmente “se
estaban muriendo de frío”, expresó Lerchundi.
Corazones
de Barro
La agrupación Corazones de Barro se
formó hace alrededor de un año. Se dedica a realizar tareas solidarias, a la
bioconstrucción y a promover la soberanía alimentaria. Para contactarse con sus
miembros se puede buscar la fanpage de Facebook Corazones de Barro Olavarría. (DIB)
AR
