El pequeño pueblo de Sellano se eleva a unos 640 metros sobre el nivel del mar, enclavado en uno de los paisajes más pintorescos de los Apeninos de Umbría, Italia, bañado por las claras aguas del arroyo Vigi que desemboca en el río Negro.
Hoy en día Sellano con sus aires medievales sigue conservando la naturaleza pura e incontaminada del municipio de montaña, que se nutre de los alrededores: la madera, el carbón, los viñedos, los árboles frutales, la ganadería ovina y los cereales son todas las riquezas del lugar, junto con la antigua tradición de elaboración de limas y escofinas, comercializadas desde el siglo XVIII en toda la Italia central.
Una tierra fértil y genuina, que no dejará de sorprender al viajero con las indescriptibles maravillas de su entorno natural y paisajístico, para deleitar tus papilas gustativas con el fuerte sabor de sus productos típicos y emocionarte con la profunda devoción popular a los santos patrones.
Pero ahora hay un nuevo atractivo: el puente tibetano más alto de Europa. Bajo el lema “Sé valiente, respira y dejate llevar por tus sensaciones”, el municipio invita a conocer este puente que tiene 517,5 metros de largo y 1.023 escalones, con un tiempo estimado de recorrido de 30 a 45 minutos.
Y está a 175 metros del fondo del valle sobre el río Vigi, a medio camino entre las ciudades de Foligno y Spoleto.
El puente se recorre sujeto a un arnés y hay que medir más de 120 centímetros para vivir la aventura.
Para experimentar el cruce del puente Tibetano se requiere comprar ticket y reservar día y horario. Cuesta 25 euros por persona y se puede reservar en https://www.visitsellano.info/en