Por Gastón M. Luppi, de la redacción de DIB
Faltan menos de cinco meses para los Juegos Olímpicos de París. En un contexto complicado para la preparación de los deportistas argentinos -los ya clasificados y los que buscan la clasificación-, una de las cartas fuertes de la delegación será sin duda el seleccionado masculino de rugby seven, que por estos días domina el circuito mundial de la especialidad.
El presente de los “Los Pumas” es alentador. Pero además, los argentinos ganaron en Tokio 2020 -en 2021- la medalla de bronce. Wing de aquel plantel era el bonaerense Felipe del Mestre. Retirado hace ya un par de años, sin embargo el ex Pucará vivió el último diciembre un momento de mucha emoción: recuperó aquella medalla de bronce que ganó en Japón.
Del Mestre es oriundo de Adrogué, cumplió 30 años en septiembre, vive en España y ahora se dedica al diseño gráfico. Después de haber logrado la medalla con “Los Pumas”, jugó un tiempo más en la Selección hasta que sintió que “era momento de dar un paso al costado”. Priorizó su carrera como diseñador, dado que como rugbier no estaba hecho, ni iba a estarlo.
Pero en mayo de 2022 todavía jugaba. Tenía un torneo y se dio la posibilidad de que su familia viajara a Europa para visitarlo. Todos reunidos en Londres, sus padres recibieron un llamado telefónico desde Argentina. Sin saber de qué hablaban, Del Mestre notó la cara de preocupación. “Nos entraron a robar a casa”, era la noticia. “En lo primero que pensé fue en la medalla”, le cuenta Del Mestre a la agencia DIB. “Fue mi primer temor, era lo más valioso, en el sentido del valor que tiene para uno mismo, que no tiene reemplazo”. Y le llegó la confirmación, siempre vía telefónica: “Estaba el estuche de madera, divino, pero faltaba la medalla”.
En aquel robo “dieron vuelta todo. La medalla estaba en un cajón, medio escondida, y se la llevaron”. Y allí, un dilema bien argento: “Me daba cosa tenerla escondida, no poder mostrarla; tenerla para tenerla guardada”.
En su contexto, Del Mestre admite que, de regreso de Tokio, en algún momento pensó en la posibilidad de que le robaran la medalla a alguien. “Sin ponerme en víctima, porque hay gente que sufre robos y la pasa mal en serio”. Y al poco tiempo le robaron la medalla de plata a la ex “leona” Sofía Maccari, subcampeona olímpica en Tokio. Maccari tenía la medalla en su auto cuando se la robaron. Encima, hasta tuvo que lidiar con críticas por llevar la medalla con ella.
Del Mestre, exjugador de Pucará, de Burzaco, cuenta cómo es la experiencia de regresar al país como medallista olímpico. “Cuando llegás, es un furor. Te invitan de todos lados, vas a los medios, te llama el intendente. Es muy lindo vivir todo eso. Además, cuando nos fuimos a Japón, no éramos candidatos, no éramos el Seven de ahora. Encima, el Seven es un nicho medio criticado y, a la vez, chico. Y el volver de un Juego, es todo lindo: te llama todo el mundo, tenés un nivel de exposición terrible. Y uno se deja llevar por todo eso. Me invitaban de todos lados, pero no les importaba que fuera yo u otro, querían que fuera la medalla, verla de cerca, ponérsela, cuánto pesaba; flasheaban”.
Cuando le robaron la medalla, Del Mestre apeló a las redes sociales. Pero también echó mano a aquellos contactos de periodistas y autoridades con los que había estado un año antes. “Estuve toda una mañana llamando a los canales, a productores, a conductores, los noticieros… Y recibí una cantidad increíble de mensajes, más que cuando había ganado la medalla. Pero llegó un momento en que me di cuenta que estaba tomando un tinte más político, ya no era: ‘Pobre pibe, le robaron la medalla, vamos a mostrarlo’. Ahí la corté: ya había hablado con un montón de gente, ‘salí por todos lados, la gente ya se enteró, ya está’”. Se desentendió del teléfono y retomó las vacaciones familiares.
Del Mestre y la medalla recuperada
Del Mestre se puso en contacto con Sofía Maccari y asesorado por la exjugadora de hockey inició el pedido de restitución de la medalla ante el Comité Olímpico Argentino (COA). Y en unos meses supo que el Comité Olímpico Internacional (COI) había accedido a la solicitud. Desde Suiza llegó una nueva medalla de bronce para Del Mestre, quien en diciembre del año pasado, durante los festejos por los 100 años del COA, en Buenos Aires, recibió -nuevamente- su presea. “Fue un momento muy lindo, compartido además con un montón de deportistas muy grosos”.
Del Mestre recibió la medalla en diciembre pero ya sabía desde hacía unos cuantos meses que tenía su nueva presea. “Generaba ansiedad recuperarla. Pero también cierto temor: ‘¿Y ahora qué hago, dónde la guardo?’ Si me roban la réplica, no creo que me den otra”.
De hecho, cuenta que cuando recuperó su medalla, a modo de humorada que poca gracia le causó, un reconocido entrenador de básquet le dijo: “Tené cuidado cuando salgas de la cena”.
El sueño olímpico
El rugby estuvo presente en los Juegos Olímpicos de París 1900, Londres 1908, Amberes 1920 y París 1924. Luego, quedó fuera del programa olímpico y volvió recién en Río de Janeiro 2016, de la mano del seven. Del Mestre pudo haber estado en los Juegos cariocas -fue preseleccionado-, pero algunas lesiones lo relegaron. “Para esos Juegos, con veinticorto de años, estaba mucho mejor que para Tokio, más cerca de los 30”.
Después de Río, se barajó y se dio de nuevo, y Del Mestre regresó a la Selección rumbo a Tokio. En ese proceso sufrió una nueva lesión y encima la pandemia. “Medio desanimado”, desde Adrogué se iba a entrenar a Ingeniero Maschwitz. “A nivel mental, fue todo muy desgastante”. Decidió “hacer un tiro” hasta Tokio. Con ese objetivo, se entrenó y por más que pareciera “desmotivante”, todo lo contrario: “Ese esfuerzo, en pandemia, a puertas cerradas, todo una locura, me sirvió para encontrarle un sentido: ‘Si estoy haciendo todo este esfuerzo, tiene que valer la pena’. Eso me ayudó para pelear hasta el último minuto’”.
Para del Mestre resultaba “histórico el poder estar en un Juego Olímpico”. Y tras el tercer puesto de “Los Pumas” en Tokio [Argentina perdió en semifinales con Fiji, 26-14, y superó por el tercer puesto a Gran Bretaña, 17-12], sentimientos encontrados: “Cuando recibíamos la medalla, tuvimos una charla de cierre de gira y fue: ‘Estamos muy contentos, pero también tristes porque sabemos que quizá no se vuelva a dar este equipo’. Son procesos, tienen su fin”.
Del Mestre continuó un año más junto a “Los Pumas” y fue parte del equipo que ganó en 2022 el primer Seven de Vancouver -los argentinos acaban de consagrarse tricampeones-. Dos años después, cree que podría seguir jugando. “Pero, la verdad, no me pica. El Seven está en un momento increíble, siento que agarré el principio de ese momento increíble”.
En unos cinco meses, Del Mestre tal vez esté en París, aunque como espectador de varios excompañeros. “En algún momento, si no tenía la medalla, tal vez hubiese pensado en hacer un intento por estar. Pero bueno, ahora ya la tengo conmigo”.
La primera medalla de Tokio
“Los Pumas” ganaron la medalla de bronce el 28 de julio y fueron la primera medalla para Argentina en unos Juegos Olímpicos de Tokio que venían complicados para la delegación. Luego llegaría el bronce del vóleibol y la plata de “Las Leonas”.
“Cuando llegamos ese día a la Villa, estaba todo el mundo esperándonos. Me acuerdo que uno de los surfistas me dijo: ‘Hoy sos Dios’. Nosotros en el rugby estamos acostumbrados a algo totalmente diferente, y es cierto que en nuestro deporte ‘el’ evento es el Mundial de 15. Pero en ese momento, me acuerdo que fue: ‘Mierda, boludo, hasta ahora son los únicos que ganaron algo’. Ahí empezamos a vincular con gente de otros deportes, genuinamente. Es increíble lo que se vive en una Villa Olímpica”. (DIB) GML