El joven de 19 años que había sido rociado con nafta y prendido fuego por un amigo el jueves pasado en Villa Gesell murió el lunes a raíz de las quemaduras sufridas, que le habían afectado el 95% del cuerpo. Si bien la Justicia tiene como principal hipótesis que el hecho se trata de un homicidio, el acusado aseguró que fue un accidente.
La víctima Ian Franco González, de 19 años, se encontraba internado en el Hospital Bicentenario, de la localidad bonaerense Esteban Echeverría. Por el crimen se encuentra detenido su amigo, Elián Ciuffi, de 23 años, imputado por el delito de homicidio agravado. Según se defendió en la indagatoria, dijo que fue un “accidente” y que “jamás cometería un asesinato”
El trágico episodio ocurrió durante la tarde del jueves en un taller mecánico de la ciudad balnearia. “Estaban en la casa de la abuela del pibe arreglando la bici juntos y ahí empezaron a discutir”, contó Viviana Rotela, la madre de Ian Franco, en diálogo con TN.
“No sé qué le pasó, son amigos desde los ocho años, a él lo echaron de su casa y lo tuvimos en la nuestra. Creemos que fue por una campera que le perdió mi hijo. Se empezaron a pegar y en un momento Ian le dijo ‘listo Elian, ya está’ y fue ahí cuando el pibe agarró un bidón de nafta y le tiró por la espalda”, completó.
La causa fue caratulada inicialmente como “tentativa de homicidio agravado por el empleo de un medio idóneo para crear un peligro común”. Tras la muerte de González, la imputación cambió a homicidio consumado.
El acusado, que permanece detenido, contó en su descargo que habían ido a buscar una bicicleta a la casa de su abuela, que a él se le trabó una pierna en un pozo y que a su amigo se le cayó un bidón de nafta encima. Según explicó, el fuego se inició luego por una chispa producida por un cable.
Además, dijo que no quiso escapar del lugar, sino que trató de ayudar a la víctima, a quien dijo conocer “de toda la vida”. En ese sentido, dijo que le echó agua y arena, pero que luego salió corriendo a buscar a su madre.
En tanto, un testigo que declaró en la causa señaló que escuchó a la víctima decir “Elián, ¿por qué me hiciste esto?”, mientras las llamas lo envolvían en la vereda del taller. A partir del hallazgo de una caja de fósforos en su campera, el acusado aseguró que la prenda no era suya sino que se la habían prestado, y que ignoraba que ese elemento estuviera en un bolsillo. (DIB)