La segunda jornada del Foro Mundial de Derechos Humanos que se desarrolla en la Argentina reunió a ex presidentes progresistas de Latinoamérica y decenas de dirigentes que conforman el denominado Grupo Puebla en el Centro Cultural Kirchner, en una jornada que marca la tercera intervención pública de Cristina Kirchner en 10 días.
La Vicepresidenta fue la última oradora y en su discurso esgrimió las ya clásicas críticas a la Justicia y los medios de comunicación: “Las sentencias se escriben en los medios de comunicación y después un juez o fiscal suscribe la sentencia. El lawfare no se explica sin los medios”.
Luego, la ex mandataria unió el rol del Poder Judicial y las políticas de derechos humanos llevadas a cabo durante sus presidencias y la de Néstor Kirchner, pero hizo hincapié en que “el golpe del 1976 marca a fuego y destruye el modelo de país”.
“Era modelo no solo económico, también cultural. Era posible creer que si estudiabas y laburabas te iba a ir bien. Era la Argentina. Ahí surge y se reafirma la economía bimonetaria en Argentina. Todo lo que pasa y se sufre y las persecuciones tienen que ver con la economía. Tiene que ver con esa argentina que un 25 de marzo de 2003 vino a reconstruir lo que yo denominado el estado democrático institucional”.
Al respecto, sentenció: “En esa reconstrucción hubo reconstrucción de memoria verdad y justicia. Parte de esta persecución, porque yo represento a esa política, se encarniza conmigo. No solamente es la economía, sino también lo que pudimos construir en materia de derechos humanos en la Argentina. No nos lo van a perdonar nunca”.
El cónclave empezó a las 17 en el Salón de la Ballena Azul del palacio donde funcionaba el correo. Están presentes los principales dirigentes del entorno de la Vicepresidenta y en el escenario se ubican los ex presidentes de la región que supieron ser afines durante sus mandatos a Néstor Kirchner y que hoy denuncian una persecución político-judicial contra su esposa. Uno a uno, fueron exponiendo y ratificando a lo largo de las dos primeras horas la hipótesis de la confabulación de los Poderes Judiciales y los medios de comunicación para avanzar sobre los gobiernos populares.
Por caso, el chileno Marco Enríquez-Ominami, uno de los fundadores del Grupo de Puebla, se refirió directamente al “acoso judicial” que sufre la exmandataria argentina (2007-2015) y agregó que “el desafío de la Justicia no es complicado, sino complejo”.
El exdiputado se refirió a la reciente creación en Chile del Grupo Libertad y Democracia, todos líderes políticos de centroderecha, de los que dijo que nacieron con el propósito de “armarse contra el Grupo de Puebla” y a los que propuso, en cambio, “un debate de ideas”.
Por su parte, el expresidente colombiano Ernesto Samper comentó que el ‘lawfare’ (guerra judicial) contra dirigentes progresistas “obedecen a la misma película, montada desde Estados Unidos”.
“Desde 1975, cuando vieron que ya no podían intervenir con los marines en nuestros países, que ya no podían improvisar juntas militares para que torturaran a los civiles, diseñaron un sistema judicial”, indicó el también exsecretario general de la Unasur.
En su opinión, la “alianza terrorífica” entre grupos económicos y de comunicación que generan noticias falsas o falsos testigos contribuye a esa persecución judicial, que tiene por objetivo “trancar el progreso social de estos países”.