Una vuelta por el norte bonaerense

San Nicolás, Pergamino, Ramallo y San Pedro, cuatro destinos de la provincia para hacer una escapada reparadora.

San Nicolás, tierra de peregrinos

Desde la gambeta impredecible con las medias caídas de Enrique Omar Sívori, pasando por las aventuras de “Hormiga Negra” hasta llegar a la aparición de la Virgen del Rosario que congrega cada año a miles de fieles en sus calles, la ciudad de San Nicolás de los Arroyos esconde secretos entre el río y las barrancas.

En 1748, el matrimonio de Juana Paulina de Ugarte y Rafael de Aguiar fundó San Nicolás con el Río Paraná como testigo en sus costas, y que debe su segunda parte de su nombre, de los Arroyos, a la geografía que la delimitaba. La ciudad ofrece a los visitantes múltiples y variadas actividades para disfrutar de un fin de semana distinto, con un circuito histórico que se puede realizar en el bus turístico que parte de la Plaza Mitre y recorre los puntos más importantes que cuentan su historia, sus mejores vistas y los espacios favoritos de los turistas.

Algunos de ellos son la Iglesia Catedral, la zona del antiguo puerto de cabotaje o el Museo Santiago Chervo. El centro de la ciudad se distingue también por sus murales que, plasmados en las paredes, crean un paisaje urbano único y especial, como por ejemplo en la calle Sarmiento, donde se puede ver una obra del artista Martín Ron, elegido como el mejor del mundo en 2021 a través de la plataforma Street Art Cities.

El turismo religioso también encuentra una parada imperdible en el Santuario Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás. Con una cúpula imponente, los 25 de cada mes convoca a los creyentes católicos de todo el país que se acercan a este templo para venerar a la Virgen María y sus reiteradas apariciones en las cercanías del predio.

A pocos kilómetros del casco histórico, la Iglesia del Espíritu Santo, que se distingue entre el paisaje del barrio Somisa con su estructura realizada totalmente de acero y vitrales, tiene forma de cruz y los techos a dos aguas que rozan el piso.

Más allá del turismo religioso, San Nicolás cuenta con edificios emblemáticos. El Museo y Archivo Histórico Municipal “Primer Combate Naval Argentino”, que se detecta a pocas cuadras de la mencionada Casa del Acuerdo; el Pequeño Colón de 1908, como llaman al Teatro Municipal Rafael de Aguiar; el muy interesante Museo Internacional del Mosaico Contenporáneo; y el icónico Colonial, hotel de época cerrado a fines de los 80 y reinaugurado con todos los brillos en 2001.

Otro paseo imperdible de esta ciudad es el Ecoparque, donde diferentes especies de animales y plantas conviven convirtiéndolo en un lugar privilegiado. La regla en este paseo, es disfrutarlo con la mayor calma posible para relajarse y observar un entorno rodeado de verde. El sendero de 5 kilómetros que lo atraviesa puede recorrerse a pie o en bicicleta, y además de bicicletas de paseo, mountain bike, BMX y eléctricas, se pueden alquilar kayak, Stand Up Paddle (SUP) para navegar en el agua.

A través de un camino guiado por el curso del arroyo Yaguarón, se recorren las cuatro lagunas, siendo Esmeralda la más grande, pero que antes de alcanzarla se recomienda prestar atención al mirador para apreciar el atardecer entre ceibos y sauces criollos. Según la leyenda, dentro del arroyo Yaguarón vive una criatura con cabeza de perro y cuerpo de serpiente, algo así como un monstruo tenebroso. La presencia del río Paraná y sus arroyos es muy importante en esta ciudad, ya que su identidad está relacionada con el agua.

Si la intención es mantenerse con los pies en tierra firme, los miradores del río ofrecen vistas para deleitarse sin salpicarse, aunque los lugareños recomiendan vivir la experiencia desde el agua.

Pergamino, tradición y pueblos rurales

Pergamino es una buena opción para el fin de semana. (Turismo Pergamino)

Con una enorme riqueza patrimonial, el municipio de Pergamino ofrece actividades para el esparcimiento al aire libre y rememora costumbres y tradiciones camperas que lo posicionan como un gran centro turístico de fin de semana.

El Reducto Fortificado, declarado Monumento Histórico Nacional y Provincial, ubica a Pergamino en un territorio fundamental de lo que se conoció como la frontera que separaba a los criollos de las comunidades originarias. El edificio que data de 1730 dio origen al primer núcleo poblacional de la zona.

Con sus típicas calles de tierra, los doce pueblos rurales que integran el distrito guardan historias del trazado ferroviario, de las primeras instituciones y de las personas que los habitaron. Además, presentan grandes cascos de estancias rodeados por la flora y fauna de la llanura bonaerense y por sembradíos que ofrecen postales diferentes en los distintos momentos del año.

A una cuadra de la plaza, en El Socorro se encuentra el viejo almacén de ramos generales rebautizado como boliche “de Tato”, una tradicional esquina donde los vecinos se reúnen, a la hora del mediodía o rumbo a la nochecita, en una animosa conversación. “Siempre hay una larga mesa tendida, cargada de sabrosas preparaciones, y en todo momento el aroma de la cocina despierta el apetito de quienes andan por allí”, aseguró Romina Viale, titular de la Dirección de Cooperación Internacional y Turismo.

También merece hacerse una escapada hasta Mariano Benítez, un bucólico y encantador pueblo del partido que reúne pocos habitantes pero mucha magia. Las Batallas de Cepeda de 1820 y 1859 y el sitio arqueológico ubicado a la vera del arroyo; la Casa Villanueva, antiguo almacén de ramos generales en donde hoy funciona el Museo Batallas de Cepeda; la antigua panadería “La Vencedora”; la Capilla Nuestra Señora de la Merced; la estación de ferrocarril; el vivero y selva “Doña Juli”; el Club Social; entre otros forman parte de la visita.

El municipio se caracteriza por ofrecer una variada carta gastronómica en todas sus localidades: platos salados y dulces, comidas caseras y especialidades gourmet para degustar antes o después de recorrer su arquitectura e historia.

Ramallo, playas y sueños señoriales

La parroquia San Francisco Javier, de un estilo neogótico. (Turismo Ramallo)

Ramallo, también en el norte bonaerense, ofrece playas seguras para los meses de verano y una serie de atractivos que convierten a la ciudad en un imperdible para realizar una escapada.

Las playas son las de los balnearios Municipal y Costa Pobre, aunque además hay otros atractivos como la Cascada del club Independiente, las islas Lechiguanas, el puerto, el Club Ramallo, el arroyo Las Hermanas, el castillo Rafael Obligado, la estancia el Oratorio y el Club de Vela Barlovento. Todo para disfrutar en cualquier época del año.

El Paseo Costanero, que está desarrollado sobre la avenida San Lorenzo, es una zona de pequeñas barrancas con vistas panorámicas del río Paraná y sus islas, y donde comienza una extensa playa de arena que se disfruta en los meses de calor.

Otro sitio de interés para los turistas es la plaza José María Bustos, que abarca cuatro manzanas completamente arboladas, que en el centro tiene una réplica de la Pirámide de Mayo y un viejo cañón utilizado en las batalles navales libradas en la zona. También tiene mucha fuerza el segmento del turismo rural en establecimientos de campo de pueblos como El Paraíso o Pérez Millán.

La parroquia San Francisco Javier, de un estilo neogótico donde sobresalen sus pináculos que decoran a una única torre con un vistoso reloj, y el edificio del Palacio Municipal, de características modernas, son otros sitios imperdibles para los visitantes que gustan de la arquitectura.

En los recorridos urbanos no puede faltar una visita al Museo Histórico Municipal, que fuera la sede del Gobierno municipal hasta 1969 y que cuenta con cuatro salas donde se exponen objetos y documentos sobre la historia de Ramallo y mobiliarios que pertenecieron al poeta Rafael Obligado.

Las cascadas naturales ubicadas sobre el arroyo Las Hermanas, a dos kilómetros de la ciudad, con un caudal torrentoso a pesar de ser un riacho de llanura, que desemboca en el Paraná, es otro sitio de interés de Ramallo.

En tanto, el Castillo de Obligado, situado a 20 kilómetros de la localidad, sobresale por su tipo de construcción. Es el sueño convertido en realidad del poeta Rafael Obligado en honor a su esposa. La construcción refiere al típico castillo europeo de tres pisos con ventanales ojivales. Consta de tres plantas, con 24 habitaciones y seis baños. Un gran hall preside la entrada, con tres juegos de escaleras hacia lo alto.

La Estancia El Oratorio., de unas 5 mil hectáreas, es otro atractivo del partido. Fue construida por Manuel José de Guerrico (h), entre los años 1850 a 1860, a la vera del antiguo Camino Real y el arroyo Ramallo. Su casco se levanta en lo que fuera el oratorio privado del Presbítero Juan Gregorio Solla y es puesta bajo la invocación de la Virgen del Carmen.

San Pedro, con la puerta abierta

La Vuelta de Obligado es una visita imperdible en ese partido. (Archivo)

Las riberas agrestes y sus vistosas e históricas barrancas sobre el río Paraná, hacen de la ciudad bonaerense de San Pedro un atractivo destino para el turismo de escapadas, donde los visitantes podrán disfrutar de propuestas relacionadas con la naturaleza, el descanso, la pesca y las actividades náuticas.

La cultura y la historia de esta ciudad, las playas, las visitas guiadas por el casco histórico, una variada gastronomía y una interesante oferta de actividades al aire libre completan la oferta turística de San Pedro, una comunidad que siempre tiene la puerta abierta para el viajero.

Los paseos, que se pueden realizar a pie o en bicicleta, recorren sitios como los museos Casa Fernando Curten, Paleontológico y Pato Morresi, el parque artístico El Sueño del Tano, el Vía Crucis de las Barrancas y el hito histórico nacional de la Vuelta de Obligado.

En el centro de la ciudad, donde se ubica una gran cantidad de locales comerciales y se ofrece una variada oferta gastronómica como pescados de río y otros platos artesanales típicos de la zona del Delta, se percibe en esta época del año el perfume de los tilos, jazmines y naranjos.

El museo Curten es un espacio donde nació, realizó toda su obra y vive actualmente el escultor contemporáneo Fernando García Curten, quien elabora sus obras a partir de deshechos. En tanto, el museo Paleontológico Fray Manuel de Torres, desarrollado en una vieja casona del siglo XIX, exhibe los huesos fósiles encontrados en las inmediaciones del partido de San Pedro desde 1998 y cuenta con más de veinte especies de mamíferos fósiles en muestra permanente.

Es otros de los atractivos de la zona, donde se pueden visitar pueblos como Río Tala y Santa Lucía, recorrer la campiña de los periodistas Mónica Cahen D’Anvers y César Mascetti, o bien navegar en cruceros por el río y el Paseo de los Túneles. Este último es un lugar de interés cultural que ofrece una reseña histórica de los tres hitos más importantes de los orígenes industriales de la ciudad, que son la alcoholera La Estrella, Ferrocarriles y Elevadores Depietri y el Puerto de San Pedro.

Otro lugar interesante para conocer en verano es la reserva forestal, que se desarrolla entre el arroyo Los Cueros y la ribera del Paraná, y que cuenta con un bosque de Temberatí y otras especies como centenarios algarrobos blancos, sombra de toro, espinillos, chucupí. ombúes y molles, además de una gran variedad de aves y fauna de la región.

Y por supuesto resulta irresistible una visita a la reserva municipal y refugio de vida silvestre de Vuelta de Obligado, paisaje que fue testigo del enfrentamiento fluvial acaecido el 20 de noviembre de 1845 y conocido como Combate de Obligado. Aún hoy se conservan en su extensión los cañones y parte del juego triple de cadenas de 360 brazadas, utilizadas para atravesar el río Paraná con el objetivo de detener las flotas enemigas anglo-francesas. (DIB)

  • Nota publicada en el suplemento De Viaje

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