Keisy Perafán, tras los pasos de Paula Pareto

La judoca de San Luis, nueva número 1 argentina en la categoría de hasta 48 kilos, inicia su ciclo olímpico con París 2024 en el horizonte.

Por Gastón M. Luppi, de la redacción de DIB

El Grand Prix Portugal 2022, el próximo fin de semana en Almada, no solo marca el comienzo del año deportivo para el judo. Esta primera cita europea pone en marcha, además, el acortado ciclo olímpico que tiene en el horizonte a París 2024, allá por julio y agosto de aquel año.

Para el judo argentino en particular, después de cuatro ciclos olímpicos consecutivos (desde el pos Atenas 2004), por primera vez no estará Paula Pareto, medalla de plata en los Juegos Suramericanos 2006, bronce en los Juegos Panamericanos 2007 y bronce en los Juegos Olímpicos 2008, siempre en la categoría de hasta 48 kilos. A nivel olímpico, “La Peque” compitió luego en Londres 2012, donde fue quinta, y en Río de Janeiro 2016 se convirtió en la primera mujer argentina en lograr una medalla olímpica de oro. El año pasado, a los 35 años y con un séptimo puesto en Tokio, le puso punto final a una laureada carrera que en mundiales incluyó un primero (2015), un segundo (2014) y un tercer lugar (2018), entre otros.

Keisy Perafán es de San Luis, tiene 25 años -cumple los 26 en febrero- y es una de las cinco judocas argentinas que el próximo fin de semana competirá en Portugal. Y será justamente ella quien lo hará en la categoría de hasta 48 kilos, aquella que tuvo a Pareto en los primeros planos internacionales durante unos quince años. Desde el 7 de este mes Perafán y el seleccionado femenino se entrenan en Château-Gontier, Francia. A primera hora del miércoles se trasladarán a Portugal, donde al otro día será el pesaje de la categoría y el viernes competirá.

“Es el primer torneo de cara a lo que va a ser este nuevo ciclo olímpico. Es un torneo muy importante, es el puntapié inicial para arrancar ya rumbo a París 2024. Así que estoy muy entusiasmada, aprovechando los entrenamientos para llegar de la mejor manera”, le cuenta Perafán a la Agencia DIB desde Château-Gontier.

Si bien este Grand Prix marcará el inicio del camino hacia París, lo cierto es que para ella el cosquilleo olímpico apareció a mediados del año pasado, cuando logró el quinto puesto en el Mundial de Hungría. “Empecé a sentir París 2024 más cerca después del Mundial. Ese resultado me hizo ver que estoy para muchas cosas y que un Juego Olímpico es posible: es un sueño que siempre tuve y ahora sé que lo puedo realizar”.

El clic. Quinto puesto para Perafán en el Mundial de Hungría, en 2021. – International Judo Federation –

Las burbujas

La puesta a punto para iniciar el ciclo olímpico rumbo a París se da en Francia. “Sí, claro, tiene otro sabor. El hecho de estar entrenando acá, con el profesor Rodrigue Chenet, antes de que empiece el calendario de competencias, me da otro panorama”, le explica Perafán a DIB.

Château-Gontier tiene unos 12.000 habitantes y está ubicada a poco más de 100 kilómetros de Nantes. En plena escalada de casos de coronavirus por la variante Ómicron, la selección femenina se entrena allí “casi sin contacto con la gente”, solo con el profesor y algunas otras deportistas de otros países que trabajan junto a ellas.

Inevitablemente, estos recaudos traen al recuerdo los difíciles meses de 2020, los momentos de cuarentena más estricta en Argentina. “Cuando estalló la pandemia estuvimos sin entrenar desde marzo hasta junio”, repasa la deportista puntana. Y cuando se autorizó el regreso a los entrenamientos para quienes estaban clasificados o con chances de clasificar a los Juegos Olímpicos, “se montó una burbuja con la que pudimos ayudar a Paula a prepararse para Tokio y nos fuimos a entrenar a Santa Teresita. Después nos trasladamos a Vicente López, en otra burbuja, desde septiembre hasta diciembre”.

Es que el judo, deporte de cuerpo a cuerpo, iba de contramano de aquellos estrictos protocolos que proponían, entre otras cosas, el distanciamiento. “No nos quedaba otra y por eso implementamos las burbujas. No podíamos salir ni tener contacto con nadie que no fuera del equipo. Íbamos a entrenar y nada más: no podíamos ir al súper a comprar, no podíamos ver a otras personas. Yo en ese momento estaba en pareja y no podía ver a mi novia, ni tampoco las chicas que tenían a sus familias en Buenos Aires… Fue bastante duro”.

Sin embargo, cuenta Perafán ahora, “con las burbujas se armó un equipo muy lindo y muy sólido. En Francia somos un grupo de diez chicas que estuvimos trabajando con Paula hasta que se retiró. ‘Pau’ siempre ponía su ejemplo y nosotras tomamos todo de ella. Ella es nuestra ídola y nuestro ejemplo a seguir, siempre”. Y agrega sobre “La Peque”: “Con Paula en la burbuja jodíamos con que habíamos conformado nuestra propia familia, teníamos esa manera de bromear. Y la verdad que Paula es como nuestra hermana mayor. Yo la veo así, como una hermana mayor, una amiga, una guía, un ejemplo a seguir, mi ídola y mi rival a la vez. Son como un montón de sentimientos, todos juntos”.

En acción. Keisy Perafán en el Montreal Grand Prix 2019, donde fue quinta. – International Judo Federation –

La campeona olímpica

Perafán nació justo diez años y diez días después que Pareto. O sea, todo su recorrido en los -48 kilos del judo transcurrió con Pareto adelante. “Soy consciente de que deportivamente, y también como persona, crecí y pude tener los resultados que tuve, todo lo que logré, porque tenía a Paula adelante. No sé cuántas chicas tienen esa posibilidad en sus deportes de tener a una campeona olímpica en su categoría, alguien que te guía. Tener esa referencia todo el día entrenando me hizo crecer un montón e hizo que me exigiera muchísimo. De por sí ya soy de exigirme, pero el hecho de tener a Paula como referente y ejemplo me ha ayudado muchísimo”, analiza Perafán.

En los últimos Juegos de Tokio, la categoría de los -48 tuvo 28 participantes de 28 países, esto es, solo una representante por país. O sea, ya la sola presencia de Pareto dejaba sin chances de clasificación a Perafán. “En realidad, yo no estaba muy lejos, tenía muy buenos puntos, y según lo que entendí, porque tampoco quería investigar demasiado para no sentirme mal, tenía la cuota continental. O sea, yo podría haber clasificado”, explica. Sin embargo, “sé que las cosas pasan por algo y yo no estaba lista para ir a los Juegos. Creo que para París voy a estar mucho mejor. Lo charlamos bastante con mi psicólogo: es una edad de pico (NdR: tendrá 28 años), por eso voy a seguir entrenando y mejorando para llegar de la mejor manera”.

En este ciclo olímpico acortado por la reprogramación de Tokio 2020 -en 2021-, para París 2024 faltan apenas dos años y medio. Para algunos deportistas es un incentivo, para otros, una presión extra. En cambio, Perafán no lo piensa en esos términos: “Es lo que es y trato de estar enfocada en el día a día, en los entrenamientos diarios, en los objetivos más próximos, sabiendo que si voy cumpliendo los objetivos diarios, y después los de corto plazo, es el camino que tengo que recorrer. Si lo hago bien, voy a llegar, tengo esa convicción”.

Por lo pronto, desde junio de este año las competencias ya empezarán a tener importancia con vistas a la clasificación olímpica. Antes, el primer gran evento de 2022 será el Panamericano Senior, a mediados de abril en Perú. “Ahora tenemos estos torneos de preparación y si en Perú sacamos medalla, eso nos abre las puertas para un montón de torneos más a lo largo del año”, explica Perafán. En octubre serán los Juegos Suramericanos, en Asunción. Un año más tarde, los Juegos Panamericanos, en Santiago de Chile. Y en 2024, París.

Pero lo primero es Portugal, este fin de semana. “Como siempre charlamos con nuestro psicólogo, Gustavo Ruiz, y como nos ha enseñado Paula Pareto, voy lucha por lucha. Voy pensando que cada lucha es una final y pensando en dar lo mejor para llegar lo más lejos que pueda”.

La Selección

En el Grand Prix de Portugal competirán 379 judocas (221 varones y 158 mujeres) de 45 países de los cinco continentes. Y en el caso de la categoría de hasta 48 kilos, junto a Keisy Perafán habrá otras 26 deportistas. El resto de las argentinas son: Ayelén Elizeche (-52), Brisa Gómez (-57), Agustina De Lucía (-63) y Lucía Cantero (-78).

Grupo selecto

Carolina Mariani y Laura Martinel fueron, en Barcelona 1992, las primeras judocas mujeres de Argentina en Juegos Olímpicos, en el año en que se estrenó la rama femenina (en Seúl 1988 fue deporte de exhibición); el judo masculino había debutado en Tokio 1964. Mariani repitió en Atlanta 1996 -fue la abanderada argentina- y en Sídney 2000. En Australia tuvo su primera participación Daniela Krukower, que también estuvo en Atenas 2004, allí junto a Elizabeth Copes.

En Beijing 2008 compitieron Paula Pareto, Krukower y Lorena Briceño. En Londres 2012, Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020 la única mujer fue Pareto. De hecho en los últimos dos Juegos Olímpicos los únicos argentinos en judo fueron Pareto y Emmanuel Lucenti, quien al igual que “La Peque” estuvo presente en 2008, 2012, 2016 y 2020. (DIB) GML

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