Fiestas populares que vuelven a escena

Luego de más de un año complejo por la pandemia, este verano habrá importantes y tradicionales celebraciones a lo largo del país. Para entrar, se pedirá vacunación completa.

Tras casi dos años de pandemia, con grandes pérdidas en todo sentido, las principales fiestas populares tendrán nuevamente artistas en escena. A lo largo del país, los organizadores han preparado los protocolos correspondientes y además exigirán para participar esquema completo de vacunación contra el coronavirus. Un repaso por algunas de estas celebraciones:

Córdoba, a puro baile

Fusión de patrimonio cultural y tradición y ubicada a 50 kilómetros de la capital cordobesa, Jesús María es una de las localidades más importantes del norte provincial. Ubicada a la vera del camino real, la atraviesa un manso río y cuenta con hermosos paisajes.

La ciudad que los pueblos originarios denominaron Guanusacate, “agua muerta o bañado”, contó con un asentamiento de la orden de los jesuitas que se estableció como sede de la Estancia Jesús María. Hoy Museo Jesuítico Nacional, es uno de los sitios imperdibles de esta zona, declarado Patrimonio de la Humanidad por Unesco.

Cada enero sus calles coloniales, sus negocios y restaurantes se llenan de visitantes por el Festival Nacional de Doma y Folklore, uno de los eventos más importantes de Latinoamérica en su tipo, contando con reconocidos artistas y una excelente gastronomía. Para este 2022 y ante una serie de críticas por una muerte en 2019, los jinetes deberán llevar elementos de protección, como casco y protector corporal, que ahora serán obligatorios para todos los participantes. Otra de las modificaciones, que involucra al público en general, es que se prohibirá la portación de facones.

Sobre el escenario estarán, del 6 al 17 de enero, los artistas más reconocidos del país, entre los que se destacan “Palito” Ortega, Abel Pintos y Tini, Las entradas están $1700. Se pedirá la vacunación completa.

En tanto, del 22 y al 30 de enero tendrá lugar el Festival de Cosquín, con entradas desde $1400 y artistas como Chaqueño Palavecino, Soledad, Abel Pintos, Luciano Pereyra, entre otros.

A orillas del río Cosquín -formado por la unión del río Yuspe y el San Francisco- y a los pies del cerro Pan de Azúcar, en verano, los turistas podrán elegir, además de respirar música, alguno de los variados balnearios para refrescarse y descansar en sus playas serenas. También podrán hacer trekking, pesca deportiva o avistaje de aves.

En tanto, para adentrarse en la historia de este pueblo, el más antiguo del Valle de Punilla, se pueden recorrer algunos de sus lugares más históricos. Uno de ellos es el Museo de los Artesanos, un refugio de piezas únicas que han sido elaboradas por los grandes orfebres de la zona. Puertas afuera, el visitante podrá recorrer el Paseo de las Estatuas, un homenaje a grandes músicos argentinos que cobra aún más vida durante las noches.

Por su parte, el paseo puede continuar por el Museo Camín Cosquín de mineralogía y, finalmente, culminar en la Confitería Europea, la más emblemática de la ciudad.

La Chaya riojana es un encuentro de raíces ancestrales. (Archivo)

La Chaya es todo color

La Fiesta Nacional de la Chaya, el festival de música popular y danzas folclóricas, se realizará entre el 10 y el 14 de febrero en La Rioja para agradecer lo recibido de la Madre Tierra durante el año. Se trata de una de las celebraciones populares de mayor tradición en la provincia y durante su desarrollo los habitantes, junto a miles de turistas que llegan para los festejos, recorren las calles de los distintos pueblos cantando coplas y arrojándose pequeñas cantidades de harina, agua y albahaca a manera de saludo cordial.

Es un encuentro de raíces ancestrales que conjuga tanto costumbres de los pueblos originarios que habitaron la región como hábitos europeos que se replicaron en el país tras la colonización. Se trata de un carnaval diferente en el que durante estos días se avistan coloridos desfiles, shows folclóricos y los tradicionales “topamientos” (acercamiento festivo) en barrios de la ciudad capital, donde pobladores y turistas intercambian saltos, bailes y gritos de alegría mientras se embadurnan con agua, harina, vino, albahaca, espuma y hasta algunas pinturas en el rostro.

En La Chaya estarán en esta oportunidad Luciano Pereyra, Abel Pintos, Jorge Rojas y La Konga, Sergio Galleguillo, Dale Q va, Los Palmeras y Soledad Pastorutti. Para poder asistir al festival será necesario el pase sanitario que acredite la vacunación. Es decir, no podrá ingresar nadie que no tenga la vacuna.

Corrientes es chamamé

Capital de la provincia homónima, la ciudad de Corrientes se encuentra en las orillas del río Paraná, con un ejido urbano que presenta una arquitectura de variados estilos, con edificaciones que integran las suaves formas del barroquismo colonial, con construcciones recientes y dinámicas que le otorgan al sector un aire de continua renovación entre sus calles y parques colmados de chivatos, ceibos, jacarandaes y naranjos.

Corrientes ofrece al turista un entorno paisajístico ideal para actividades como la pesca deportiva, en especial del dorado, y la práctica de deportes náuticos en las excelentes instalaciones del Balneario Municipal o del Club de Regatas.

Bajo el lema “Abrazo que enchamiga naciones”, en 2022 se llevará a cabo la 31° Fiesta Nacional del Chamamé, la 17° Fiesta del Chamamé del Mercosur y la 1° invitación abierta al mundo para celebrar este género musical de manera simultánea. Será durante 10 días, con actividades y contenidos de la cultura chamamecera, entre el 14 y el 23 de enero.

El chamamé, como otras expresiones artísticas, es, además de un núcleo generador de subjetividades, una rica trama de interacciones que configuran una industria cultural. Músicos, compositores, cantantes, poetas, artesanos, luthiers y bailarines viven en este ecosistema económico que crea canciones, bailes, festivales y tradiciones. Una cadena de valor rica, compleja y diversa que fortalece y hace crecer economías regionales, crea valor económico y trabajo.

Color, música y tradiciones en los carnavales jujeños. (Archivo)

Bajo el sol de San Juan

La Ciudad de las Estatuas, como ha sido llamada San Juan por sus numerosos monumentos en memoria de personalidades argentinas, combina la historia con una oferta de paisajes de gran belleza, entretenimientos y recorridos por importantes bodegas. La Casa Natal de Sarmiento, que presenta también un Museo Histórico y una Biblioteca y la Celda de San Martín, que conserva muebles y objetos que pertenecieran al prócer durante su permanencia en el lugar, son dos imperdibles.

Como lo es también, aunque a 300 km, el Parque Provincial Ischigualasto, conocido como el Valle de la Luna, donde habitaron los más antiguos reptiles. Pero San Juan tiene su fiesta, la del Sol, que se realizará del 20 al 24 de febrero.

La celebración 2022 vendrá con dos cambios comparándola con ediciones anteriores. El más significativo es que no contará con espectáculo final tal como se venía haciendo. Asimismo, la otra gran modificación está relacionada con la elección de la embajadora. En esta ocasión no habrá desfile ni presentación de las candidatas porque se pretende no centrar sus méritos en la presencia física.

La fiesta que se realiza desde 1993, es en honor al Sol y tiene por objetivo mostrar la cultura, las tradiciones y los personajes históricos de la provincia. Durante estos días se ofrecen una feria gastronómica, exhibición y venta de artesanías y productos regionales, un desfile de carruajes alegóricos e importantes espectáculos musicales.

Carnavales en suelo jujeño

La provincia de Jujuy vivirá un febrero a puro carnaval. En lo que es la capital de la provincia, la agenda detalla que la celebración “fuerte” comenzará el 17 de febrero con Jueves de Compadres; sigue con el Carnaval de Ablande los días 18, 19 y 20; el Jueves de Comadre el día 24; el Carnaval de Los Tekis los días 25, 26, 27 y 28 con el Carnavalódromo el sábado 26 y domingo 27.

San Salvador de Jujuy, además de estos festejos, tiene numerosos atractivos históricos, desde la Catedral hasta la Casa de Gobierno, la Iglesia San Francisco y el Museo de Arte Sacro. Además, está el Parque Botánico Municipal, para descansar y respirar aires norteños.  

En tanto, el Carnaval de la Quebrada de Humahuaca, una mezcla de la celebración introducida por los españoles durante la conquista de América y los cultos de los pueblos originarios, es uno de los que más turistas atrae.

En esta zona se pueden conocer la serranía del Hornocal, ubicada a 25 kilómetros de la ciudad de Humahuaca. Es parte de la formación calcárea llamada Yacoraite que se extiende desde la provincia de Salta, atravesando la Quebrada de Humahuaca y luego el Altiplano boliviano hasta Perú.

En Tilcara: Se ubica en el espectacular valle montañoso Quebrada de Humahuaca. Justo afuera de la ciudad están los restos reconstruidos parcialmente de

El Pucará de Tilcara, una fortificación prehispánica sobre un cerro en la ciudad homónima; el cerro de Siete Colores en las afueras de Purmamarca o las Salinas Grandes, a 65 km de esta ciudad, son otras de las maravillas de la zona.

Mano a la obra en Entre Ríos

La Fiesta Nacional de la Artesanía ya tiene fecha en el calendario turístico de Entre Ríos. El tradicional festival de la ciudad de Colón se realizará del 5 al 13 de febrero.

Como cada edición, en el encuentro se pueden apreciar los estilos y elementos de diversas culturas, como ser hilos, fibra vegetal, cerámica, platería, madera, cuero, hueso; y también las técnicas de producción, ya que los artesanos elaboran las piezas a la vista de los presentes. Por las noches, después de la exposición, se despliegan grandes espectáculos artísticos.

Y toda esta música es armonizada con las propuestas de Colón, que están teñidas de aventura y emoción. Muy cerca de la ciudad se halla uno de los pasos internacionales al Uruguay: el Puente General Artigas es un paseo que los que visitan la zona aprovechan para tocar tierra uruguaya y volver en el día.

Pero la mayoría de los que visitan Colón aprovechan para conocer una importante atracción de Entre Ríos: el Parque Nacional El Palmar. Su voluptuosa vegetación ocupa 8500 hectáreas de palmeras Yatay, siempre acompañada por una gran variedad faunística. Y otro sitio imperdible sin duda es el Molino Forclaz, un antiguo molino de viento harinero que lleva el nombre de su constructor, un inmigrante suizo llamado Juan Bautista Forclaz. Su construcción comenzó en el año 1888 y refleja el trabajo de los inmigrantes que llegaron a esas tierras. (DIB) FD

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