Campanópolis y Castelforte traen la Edad Media a la provincia de Buenos Aires

Los misterios de la época de las Cruzadas se ven reflejados en construcciones realizadas entre los siglos XIX y XX en el territorio bonaerense.

Entre los siglos XIX y XX tuvo mucho impulso el estilo medievalizante o neogótico en la arquitectura mundial. Ese estilo se ve reflejado en nuestro país en muchas edificaciones y tiene en la provincia de Buenos Aires dos representantes muy particulares que son también atractivos turísticos: Campanópolis y Castelforte, en los distritos de La Matanza y Almirante Brown, respectivamente.

Recorrer estos lugares es como volver a la Europa de las Cruzadas, los señores feudales y las catedrales, pero sin dejar tierras bonaerenses. Son destinos ideales de miniturismo cuando se pueda volver a viajar.

La aldea escondida

La misteriosa Campanópolis, creada en los años 80 del siglo pasado. (Secretaría de Turismo bonaerense)
La misteriosa Campanópolis, creada en los años 80 del siglo pasado. (Secretaría de Turismo bonaerense)

La aldea Campanópolis está formada por un grupo de construcciones unidas a través de callejuelas adoquinadas, pasajes, recovecos y lugares secretos que representan estilos diversos del medioevo europeo.

Emplazada en González Catán, a 30 minutos de la Capital Federal, Campanópolis representa la creatividad de su creador Antonio Campana, quien hace más de cuarenta años encontró en su construcción un pasatiempo para paliar las consecuencias de una dura enfermedad que le tocó atravesar.

Tras el fallecimiento de Antonio, su hijo Oscar quedó al frente de la aldea, que es visitada asiduamente por turistas de todas partes.

“Mi padre tuvo un problema de salud bastante grave y, sin ser arquitecto, comenzó a construirlo. De su obra, siempre se destaca la perseverancia con la que la construyó y el hecho de haberlo logrado sin un plan previo ni arquitectos a su lado”, contó Oscar y detalló que la edificación tiene “techos con puertas y pisos con tejas, y está atravesada por la mezcla de estilos”.

Antes de la pandemia, el sitio recibía curiosos turistas de distintas provincias del país y público internacional, principalmente desde Brasil.

En la aldea se pueden recorrer las doce “Casitas del bosque”, rodeadas de fuentes, lagos, puentes de quebracho, pequeñas islas, muelles, un molino de viento holandés, una capilla colonial y una locomotora con vagones. Además se puede visitar el museo de “Las Rejas” o “Ferroteca”, el pasaje del Búho, el “Museo de los Caireles”, el cabildo, la “Cascina”, la casa Proa de Barco y numerosos espacios secretos.

El palacio veneciano

El imponente Castelforte fue hogar del arquitecto José Canale. (Eugenio Cornacchione)
El imponente Castelforte fue hogar del arquitecto José Canale. (Eugenio Cornacchione)

En 1874 el arquitecto genovés José Canale, quizás el más vanguardista de la época, inició la construcción de su propia casa. La misma, emplazada en el distrito bonaerense de Almirante Brown, es de estilo italiano y se la conoce como “Villa Castelforte”.

La obra está inspirada en un palacio de estilo bizantino, construido en el siglo XIII en Venecia, donde había vivido unos años. La edificación, de la cual sólo se conserva la parte llamada “Venezia”, está emplazada en el medio de un extenso parque limitado por las calles Cerreti, Brown y Rosales, protegida por una imponente combinación de muros y rejas.

En 1983, Castelforte fue adquirido por sus actuales dueños, la asociación sin fines de lucro “Nativos de Almirante Brown”, que ya habían evitado la destrucción del gigante en 1947 por considerarla una reliquia histórica “inigualable”.

En cada uno de sus ambientes el castillo guarda secretos, aquellos que pertenecieron a las familias Canale y Adrogué, que por algún motivo desconocido diseñaron un lugar de gran magnitud bajo tierra, donde aún se esconden confidencias, recuerdos de vidas pasadas, objetos y el espíritu de una época que marcó los primeros pasos de un pueblo.

Oscar Rincón, presidente de la asociación que tiene alrededor de 800 socios, contó que la premisa es “defender las raíces a través de un museo localista que antes de la pandemia podía visitarse cada viernes”. “El Castillo lo es todo”, dijo Rincón y destacó la curiosidad que despierta la construcción entre los más pequeños: “eso es lo que nos queda ante la modernidad que avanza, defender la historia y el patrimonio”.

Uno de los máximos atractivos de Castelforte son los túneles que construyó el propio Canale. Si bien hoy no tienen su extensión original de 100 metros iniciales, los 50 que aún conservan atrapan a los turistas y son escenario de miles de historias.

Los túneles de Castelforte atraen todas las miradas. (Eugenio Cornacchione)
Los túneles de Castelforte atraen todas las miradas. (Eugenio Cornacchione)

Hay muchas conjeturas sobre los túneles. Rincón relató que, según cuentan, “Canale recorría los 100 metros que lo depositaban en la plaza para lanzar cañonazos en fechas patrias, aunque todo indica que la idea de la obra fue recrear las catacumbas”.

Otra versión sostiene que el túnel unía Castelforte con el hotel Las Delicias, también construido por Canale a pedido de Adrogué, un lugar muy conocido porque el escritor Jorge Luis Borges lo elegía para veranear. (DIB)

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