A 48 años de la muerte de Jim Morrison, el juglar maldito

La Plata, jul 2 (DIB).- “Vamos nena, enciende mi fuego”, es
una frase que hoy se despedaza en mil partes, por distintos motivos. No
obstante la crudeza de la poesía de fines de los sesenta  graficaba a una pareja en éxtasis sexual  y quién sabe si atrapado en algún tipo de
euforia producto del efecto de drogas, dejaba perplejos  a propios y ajenos entre la interpretación y
puesta en escena.

Por muchos años escuchar “Ligth my fire” fue símbolo
pasional, era rock, era todo eso que el mundo entiende como acto de rebeldía y
estandarte del floreciente movimiento contracultural norteamericano. Sólo un
intérprete podía hacerlo, y hacerlo bien. Sólo el “Rey Lagarto”, se redime con
su prosa desafiante.

El cantante Jim Morrison, vocalista del grupo de rock
psicodélico The Doors, poeta y compositor, era encontrado muerto por su pareja
Pamela Courson en la bañera de su piso del barrio de Le Marais en París,
Francia en una calurosa mañana del 3 de julio de 1971. Este miércoles es
recordado con motivo del 48 aniversario de su desaparición física, con algunos de
sus más importantes datos biográficos.

James Douglas Morrison, nombre completo del músico, nació el
8 de diciembre de 1943 en Melbourne, Florida. Es hijo de Clara Clarke y George
Morrison, un almirante de la marina estadounidense, motivo por el cual su infancia
la vivió en varias bases militares de Estados Unidos.

En 1957 comenzó la secundaria y ahí nació su hábito por la
lectura, figurando autores como  de la
generación beat como Kerouac y Ginsberg, o poetas malditos como Rimbaud,
Baudelaire entre muchos otros.

A los 19 años se marchó de su casa, siendo un muchacho alto,
fornido y desarrapado que podía utilizar la misma camisa día tras día, pues
prefería comprarse libros que ropa.

En 1961 ingresó a la universidad de Florida y tres años
después se trasladó a Los Ángeles, California, donde realizó estudios
cinematográficos. Durante esta época Jim comenzó a escribir poesía, actividad
en la que tuvo éxito.

Esta fue una época de descubrimientos para Jim Morrison. Por
un lado, el acercamiento a las drogas psicodélicas que tanto le fascinaban,
como el peyote, la marihuana y el LSD (según se dice, su favorita), cortesía de
autores como Baudelaire y Aldous Huxley, y por otro, el nacimiento de la
cultura hippie que florecía por doquier y de la que vivió rodeado

En 1965, tras graduarse, tuvo un encuentro casual con Ray
Manzarek, como un medio de difusión para su poesía. Pero esto tuvo un resultado
mayor, ya que aceptó formar junto con él en los teclados, Robbie Krieger en la
guitarra y John Densmore en la batería, el grupo The Doors.

En sus inicios, la banda difícilmente llegaba a los
escenarios y como no disponía de un amplio repertorio, alargaba los temas con
improvisaciones, mientras que Morrison recitaba sus versos.

Después de ofrecer muchos conciertos por locales de Los
Ángeles, consiguió un contrato para tocar en un bar conocido como “Whisky
a Go Go”. Durante una de estas presentaciones los músicos conocieron al
productor Paul Rotchild, quien también era dueño de la discográfica Elektra
Records, que les propuso grabar un disco de inmediato.

En 1967 lanzan su primer disco, “The Doors”, y lograron
colocar en la cima de las listas de popularidad temas como “Light my fire” y
“Hello, I love you”, al tiempo que su fama se incrementó día con día.

Mediante esas piezas y otras como “The end” y “Break on
through”, el disco contenía un aire teatral, influido por las actuaciones de
Morrison; en general, los temas de The Doors aludían al sexo y las drogas.

Pronto los seguidores del grupo se convirtieron en
verdaderos fanáticos y su gran aliciente en sus actuaciones era ver a Morrison
entrar en trance a la mitad de una interpretación, recitar poesía, o bailar
como un loco.

Endiosado por la multitud, Jim Morrison despreciaba a la
autoridad, e inclusive en el transcurso de un concierto se atrevió a mostrar
sus genitales en el escenario y fue detenido por escándalo público.

En los años 1967-68 Morrison subía al escenario bajo los
efectos del alcohol, de las drogas, o de ambos, y su imagen aparecía bajo un
manto de rebeldía que toda una generación adoptó como propia; sus conciertos,
entonces, no se podían programar, pues nadie estaba en condiciones de
adelantarse a los caprichos de la estrella del rock.

Sin embargo, hacia 1968 la banda lanzó “Waiting for the
sun”, producción discográfica en cuyas canciones se cambió el contenido sexual
por temas con mensaje social.

En 1969 los músicos editaron Morrison hotel, en alusión al
hotel elegido para la portada del disco, y en el que todos los temas estaban
compuestos por Jim, aunque para alguno de ellos contó con la colaboración de
sus compañeros.

Agobiado por las presiones y cansado de ser una estrella de
rock, sobre todo por la persecución de la prensa y de la policía, ese mismo año
Morrison decidió refugiarse en París, Francia, donde se dejó crecer la barba y
engordó varios kilos, por lo que resultaba prácticamente irreconocible.

Durante esta época y con su verdadero nombre publicó tres
libros de poemas: “The lords”, “The new creatures” y “An american prayer”.

En junio de 1971 la banda grabó “L.A. woman”, cuando
Morrison se encontraba en París. Un mes después, el 3 de julio, fue encontrado
muerto en la bañera de su habitación, víctima de un infarto.

Ante este panorama surgieron de inmediato las más
fantasiosas dudas sobre su deceso, más aún porque su ataúd estaba precintado,
es decir, nadie vio a Morrison muerto; su certificado de defunción era
prácticamente ilegible, además de que en casos de fallecimiento dudoso correspondía
hacer una autopsia y no se practicó.

 

A la tumba de Jim Morrison nunca le han faltado flores. Los
guardianes del Père-Lachaise afirman que es la más visitada del cementerio.
Tiempo atrás, esta tumba estuvo decorada con un busto de Morrison, pero alguien
lo robó. En su lugar hay una placa de mármol con la inscripción “James
Douglas Morrison, 1943-1971”, y en caracteres griegos la sentencia:
“Kata ton daimona eaytoy” (recuerdo del héroe llevado por su
demonio).

Actualmente su tumba, en el Cementerio Père-Lachaise, es la
cuarta atracción turística más visitada de París.

Morrison homenajeado en el arte

La banda Divididos hace una versión de “Light my fire” en
1989 en su disco “40 dibujos ahí en el piso”, recién separados de Sumo, y otra
versión en vivo en el disco “Viveza criolla”. Del 2000.

En 1991, bajo la dirección de Oliver Stone y con la
actuación de Val Kimmer como “El Rey Lagarto”, fue lanzada la
película The Doors, filme biográfico del cantante.

En 2018 un sentido homenaje a Jim Morrison llega en “27: El
club de los malditos” una película argentina de acción y comedia negra. El
filme protagonizado por Diego Capusotto, Sofía Gala, y Daniel Aráoz, contiene
un desopilante dialogo en donde este último le lanza en la cara al actor
español Willy Toledo, el cual interpreta a un viejo Jim Morrison, la icónica
frase “Morrison y la recalcada c??? de tu madre???.”,  llenándose la boca. DIB/MR