La medicina del futuro, hoy

La Plata, ene 30 (DIB/Opinión*).- La internación
domiciliaria se instaló en Argentina hace más de 30 años, como un método
superador para la recuperación de pacientes. Se trata de un sistema de atención
de la salud que tiene como objetivo brindarle asistencia médica al paciente
dentro de su hogar.

Las ventajas de la internación domiciliaria alcanzan a la
persona enferma, a su familia, y también al sistema de salud. En primer lugar,
hay que destacar que bajo este método se evita el desarraigo de un tratamiento
en un hospital o centro de salud. El hecho de estar en su lugar, rodeado de sus
pertenencias y contenido por su entorno ayuda a reducir los aspectos negativos
de los largos procesos de institucionalización, sobre todo el desgaste
psicológico y los altos riesgos de contraer infecciones intrahospitalarias que
agraven su patología original.

La experiencia demostró, luego de tantos años, que,
asegurando los estándares de calidad y de profesionalismo, una persona se
recupera o mejora su calidad de vida cuando está con su familia y bajo atención
médica personalizada.

Por otro lado, el sistema de atención en el hogar repercute
de manera positiva en todo el sistema de salud pública, ya que una
externalización genera una reducción del 40 por ciento de los gastos, además de
producir una liberación de camas y generación de más vacantes.

A pesar de que la internación domiciliaria nos suena como un
concepto moderno, su origen es antiguo ??? se remonta al Boston Dispensary
iniciado en 1796- y debe ser considerado como el resultado de un proceso de
profesionalización del cuidado que desde siempre los familiares, vecinos y
amigos les brindaron a las personas enfermas.

El caso de Boston fue una primera aproximación, ya que
comenzó a aplicarse de forma sistemática en el año 1947, en Estados Unidos. El
sistema fue pensado como una extensión del hospital en el domicilio del
paciente, ya que era imperioso descongestionar las salas de los centros de
salud. También hubo un segundo objetivo, que las personas enfermas se sintieran
en un ambiente más humano, lo que se demostró que resultaba favorable para su
recuperación. A partir de esta experiencia surgieron prácticas similares en
distintas partes del mundo.

Entre los primeros centros de salud de nuestro país que
implementaron la internación domiciliaria están el Hospital Privado de la
Comunidad de Mar del Plata y el área de Traumatología del Hospital Castex, de
San Martín. En ambos casos se utilizaron como una extensión hospitalaria.

A pesar de su poca difusión, el sistema de internación
domiciliaria está incluido en el Programa Médico Obligatorio (PMO) desde el año
2002, junto con las prestaciones básicas esenciales garantizadas por los
Agentes del Seguro de Salud. Desde ese entonces, proliferaron las empresas que
brindan cuidados con distintos niveles de complejidad.

Siete años después de que la actividad fuera contemplada
como una prestación básica, esencial, cubierta y garantizada, los miembros de
distintas empresas de internación domiciliaria comprendimos que era necesario
trabajar en conjunto para conseguir una meta común, que era promover y
concretar el desarrollo del sector. Con ese objetivo nació la Cámara de
Internación Domiciliaria y Actividades Afines de la Provincia de Buenos Aires
(CAMEID).

La idea fue articular mancomunadamente las posturas del
sector, en la relación con los financiadores y, al mismo tiempo, buscamos
facilitarle a las obras sociales y prepagas un interlocutor representativo y un
canal de diálogo abierto para abordar problemáticas del sector.

Hoy nuestros objetivos cambiaron, se ampliaron. Nuestra
misión es promover el desarrollo de todo el sector y al mismo tiempo buscamos
impulsar estándares de calidad.

Actualmente, la CAMEID representa a más veinte empresas que
operan en el territorio de la Provincia de Buenos Aires y brindan servicios de
internación domiciliaria.

Desde nuestro lugar como profesionales de la salud,
entendemos que la internación domiciliaria, es una alternativa joven con
potencial y soluciones a viejos problemas de la medicina actual. Es la medicina
del futuro, hoy.

*Por Nicolás Galoppo, Presidente de la Cámara de Empresas de
Internación Domiciliaria de la Provincia de Buenos Aires. (DIB)