Pablo Vidal: “No soy de componer a nivel cósmico, me quedo con lo que veo”

La Plata, dic 3 (Por Martín Raggio, de la agencia DIB).- Los
Valses es una de las bandas platense con más proyección a nivel compositivo de
los últimos tiempos. En cuatro años pudieron amalgamar eficacia, profesionalismo
y vuelo poético-musical a partir de una ingeniería, primero pensada por Pablo
Matías Vidal, voz y guitarra y luego ejecutada por los músicos ??scar Trani en
batería, Santiago Peri en guitarra y coros, Gabriel Ricci en bajo.

En una etapa de presentación del segundo disco llamado “Asia
Menor” (2018), el grupo aborda el mayor desafío de su corta carrera, que es
expandir su universo narrativo hacia otros lares.

Pablo Matías Vidal charló con DIB, de cómo y por qué Los
Valses llegaron con “Asia Menor” a hablar de geografías remotas.

¿Cómo y cuándo nació Los Valses?

Yo venía de tocar en Orquesta de Perros unos cuantos años y
en 2014 decidimos separarnos. Luego de que me inundarme mal, como la mitad de
la ciudad de La Plata, me había ido a vivir solo por primera vez y estaba
haciendo canciones a borbotones. En ese momento me encontré con una cosecha
enorme de canciones que no quise grabarlas como solista. Así que con la idea de
armar otra banda, empecé a convocar a músicos con los que ya había tocado en
algunos casos. Empezamos con mi amigo Niyo Julianelli a maquetear las canciones
en la casa de él. Con esas maquetas terminamos ensayando y dándole la forma de
lo que fue el primer disco de Los Valses, que fue editado en noviembre de 2016.

¿Por qué le pusieron ese nombre?

Surge entre los integrantes, yo no tenía algo claro, si
quería que sea algo ligado a la elegancia. Otro nombre que me gustaba era “Los
Alpes”, se dirimió por ese lado. Lo que si tenía en claro era la estética
visual que era el de la tarjeta postal turística de los años 50 y 60, colores
pastel muy reconocibles que se hacían a mano, que me atraía mucho. Entonces
empezamos a trabajar con un diseñador gráfico que derivó en la estética de los
primeros años de Los Valses, que terminó siendo ese nombre por consenso y que
más o menos nos gustó a todos ??? aunque siempre hay un disidente trotskista
infiltrado que no lo quería.(risas)

¿Qué encontraste en esta banda, que no tenías en los
anteriores grupos en los que participaste?

Me relajé mucho, porque todos los integrantes de la banda
son músicos de la hostia. Hay mucha solvencia en el grupo. Cuando me pongo a
cantar, se que lo que tiene que estar garantizado para que la canción funcione,
con estos tipos está. Esto hizo que yo tenga que estar a la par de estos “monstruos”.

A la hora de componer, ¿cuál es el eje específico para esta
banda?

En un principio fue cronológico con lo que me estaba pasando
en ese momento de mi vida. La composición del primer disco y algunos temas del
segundo surgieron desde la soledad y aislamiento, metido en mi casa. Me pasaba
toda la noche tomando vino y haciendo canciones. En el primer disco hay mucha
referencia  de refilón a la ciudad de La
Plata, que en el segundo disco ya no se da. A la hora de componer a mi me han
atravesado mucho mis trabajos del momento, mi rutina y cotidianeidad que es lo
que siempre aparece en mis letras. Trato de darle un cauce a eso. A mí la
cotidianeidad me gusta reflejarlas en las canciones, no soy de componer a nivel
cósmico o volado. Me quedo con lo que veo todos los días.

¿Cuánto les llevó cranear “Asia menor”?

En algún momento de este año con Los Valses hicimos un
click. Fue exactamente después de una fecha que no vino ni el loro. Estábamos
cabizbajos y sacamos muchas conclusiones de porque la gente deja de ir a los
shows y un montón de factores.  A partir
de esto teníamos que hacer algo, ya hacía un tiempo que habíamos sacado “Los
Valses”  y contábamos con algunas
canciones, pero no estábamos pudiendo cristalizar la grabación y nos pusimos esa
meta de que de mayo a agosto (fecha con Valle de Muñecas en La Plata), teníamos
que presentar un nuevo disco. Entonces sacamos turno en el estudio y grabamos
todas las canciones. Muy a las chapas, pero era el empujón que necesitábamos,
nos hizo despabilar. La fecha hizo que el proceso sea ágil, no dormirnos y no
colgarnos.

También te pregunto por el nombre del disco

En las primeras charlas de cómo se debería llamar el disco
surgió “Asia Menor” y nos gustó a todos, que también es el nombre de una de las
canciones. Nos pareció una figura poética linda que le podía dar una identidad
al disco. Este segundo disco está plagado de referencias poéticas de otros
lugares del mundo, exóticos o más cercanos, pero es como una cosa que se aleja
de la ciudad de La Plata. Esta cuestión geográfica y abrir el juego narrativo a
otros lugares que pueden no conocerse, pero dentro de la fantasía del narrador
empiezan a aparecer otras locaciones del mundo y que el título tenga que ver
con esos lugares remotos es una síntesis de lo que pasa a nivel global en la
poética del disco en general.

¿Cómo ves el panorama sociocultural y la movida del rock?

No soy muy optimista. Vengo viendo una merma
grande, está cuesta arriba, mal, para los que tienen un proyecto como el
nuestro. Seguir haciendo buenas producciones en vivo con buena propuesta de
sonido, trabajos audiovisuales y poner gente trabajando para esto, tiene que
tener el acompañamiento del público, para que esto se vuelva sustentable. Y
este año se quemaron todos los papeles. Está complicado económicamente, no hay
plata. Y la gente lo primero que sacrifica es el ocio, lo sabemos todos. (DIB) MR