Mala alimentación y poco deporte, una constante entre jóvenes

La plata, oct 15 (DIB).- No cumplir con las cuatro comidas
principales; abusar de las golosinas y no consumir verduras; realizar poca
actividad deportiva. Todos esos aspectos se repiten en la vida de muchos jóvenes
en la provincia de Buenos Aires y debe llamar la atención de las autoridades.  

Así surge del último relevamiento realizado por el
Observatorio de Consumos Problemáticos, a cargo del Defensor del Pueblo Adjunto
de la provincia de Buenos Aires, Walter Martello. El estudio mostró que el 71%
de los adolescentes y jóvenes de hasta 25 años que fueron consultados reconoció
nunca haber recibido consejos nutricionales por parte de profesionales.

De acuerdo a los datos, el 47% afirmó que se saltea el
desayuno y el 30% admitió que consume golosinas y/o snacks “todos” o “casi
todos” los días de la semana. A su vez, el 54% dijo que no practica ningún
deporte ni realiza actividad física 

El estudio de la Defensoría también arrojó que el 60% no
come diariamente verduras, mientras que el 66% no consume frutas. A su vez, el
72% reconoció que le agrega sal (“siempre” o “a veces”) a las comidas una vez
que son servidas, mientras que el 36% dijo beber diariamente gaseosas y/o jugos
industriales (light o azucarados).  Y el 68% admitió que consume
alcohol: el 12% de los consultados (es decir, uno de cada diez aproximadamente)
sostuvo que toma bebidas alcohólicas “todos los días” o “casi todos los días”
de la semana.

El relevamiento del Observatorio se realizó mediante
entrevistas presenciales que se llevaron a cabo entre el 1º y el 12 de
octubre, en localidades del Gran Buenos Aires y La Plata, abarcando 442 casos al
azar, correspondientes a adolescentes y jóvenes de hasta 25 años de edad. Los
resultados coinciden con las recientes advertencias de la ONU en relación a “la
monotonía de la dieta argentina”, la falta de aplicación efectiva de las
regulaciones para limitar la publicidad de comida chatarra y el alto consumo de
productos alimenticios altamente procesados.

“Realmente, los resultados nos hizo encender una luz de
alarma. Por una parte, es evidente que la difícil situación económica influye
en el hecho de que no se pueda cumplir con las cuatro comidas diarias y en la
baja calidad nutricional de los alimentos que se consumen. Pero también hay
importantes factores culturales que impactan de lleno y que demandan acciones
urgentes desde los distintos niveles del Estado”, destacó Martello. 

Asimismo, remarcó que se debería avanzar en una nueva
política impositiva, que implique una mayor carga fiscal para aquellos
alimentos de nulo o bajo valor nutricional, e incentivar la producción y
comercialización de aquellos que aportan los nutrientes esenciales que
necesitan los jóvenes. (DIB) FD