La crisis golpea a la obra pública: se licitan un 33% menos de obras que en 2017

La Plata, sep 23 (Por José Giménez, de Agencia DIB).- La
obra pública ha sido uno de los principales sostenes de Cambiemos: desde su
asunción a fines de 2015, tanto Mauricio Macri como María Eugenia Vidal
hicieron de ello su principal bandera de gestión, y en los primeros dos años de
Gobierno eso se tradujo en índices que le sonreían al oficialismo: el aumento
considerable de la actividad de la construcción, las ventas récord de asfalto y
otras variables reflejaban esta situación y empujaban un incipiente crecimiento
de la economía, que entusiasmaba a algunos analistas con los “brotes verdes”.

Sin embargo, el impacto de la crisis también pegó de lleno
en el sector: según estudios privados, en la provincia de Buenos Aires las
nuevas inversiones en obra pública cayeron un 33% en los primeros ocho meses de
este año, si se compara con igual período del año anterior.

Los datos surgen de un estudio de Gómez Nieto Consultores
Asociados, que se dedica a hacer un seguimiento mensual de los llamados a
licitación efectuados por los gobiernos nacional, provincial y municipal para
el territorio bonaerense. Según esta medición, hasta agosto de este año se
habían comprometido obras por $ 34.989 millones, lo que representa un 33% menos
que los $ 52.080 millones licitados en igual mes de 2017.

El total de dinero comprometido hasta el momento es un 38%
del registrado por la consultora para todo 2017, cuando se licitaron obras por
$ 91.286 millones, un número que por otra parte resultó excepcional, siendo un
34% superior al de 2016.

En lo referente a este año, Buenos Aires no escapa al nivel
general de caída, aunque en el territorio bonaerense se profundiza más que el
promedio nacional. Según el informe, las licitaciones de obras en el país se
redujeron un 21% en el período enero-agosto: pasaron de $ 191.293 millones en
2017 a $ 150.172 millones este año.

Con todo, la provincia gobernada por Vidal sigue al frente
del ranking de obras licitadas en todo el país, seguida por San Juan ($ 30.081
millones), la Ciudad de Buenos Aires ($ 26.843 millones), Santa Fe ($ 11.026
millones) y Córdoba ($ 9.890 millones).

 

Un dato que preocupa

La caída del nivel general de inversiones son el reflejo de la
crisis económica que atraviesa el país, y permiten predecir un “efecto dominó”
en la economía bonaerense, que el año pasado estuvo sostenida por un fuerte
incremento en el rubro de la construcción, impulsado por las obras públicas.

Como contó DIB la semana pasada, en 2017 el Producto Bruto
Geográfico (PBG) se incrementó un 2,2%, principalmente impulsado por la
construcción, que creció el 13,4% gracias a la mayor inversión real del Estado.
Esto provocó un “efecto derrame” en otros rubros asociados como la minería, que
creció un 9,1%.

Desandando ese camino, la caída del ritmo de obra pública
impactará negativamente en la economía provincial, que por ahora tampoco
encuentra sostén en la industria o el agro, los dos sectores tradicionalmente
más fuertes, también castigados por la crisis y la sequía, respectivamente.

 

Diferencias de criterio

Para Leonardo Nieto, uno de los responsables del informe, la
medición de las obras a partir de las licitaciones es la forma más concreta de
conocer la inversión real del Estado en esta materia. “La importancia de
analizar los llamados a licitación radica en que son un indicador confiable de
la expectativa de evolución de la obra pública. El llamado a licitación es el
primer eslabón en la cadena de contratación, que continúa luego con la
selección de la empresa contratista y el efectivo inicio de la obra”, señala en
el informe.

Para la consultora, la licitación marca la efectiva voluntad
del Gobierno de iniciar la inversión, por lo que resulta más concreta que, por
ejemplo, los datos expuestos en el Presupuesto, que no siempre se cumplen.

Sin embargo, desde el Gobierno provincial aseguraron que la
medición “no muestra la obra pública que actualmente se está ejecutando en la
calle”. Según los números oficiales, este año se encuentran en ejecución, solo
con fondos provinciales, $ 30.000 millones, de los cuales $ 22.000 millones
corresponden a obras licitadas e iniciadas el año pasado, que continúan éste. A
eso debe sumársele otros $ 4.000 millones comprometidos con organismos multilaterales
de crédito y otro monto similar de obra pública iniciada este año con fondos
propios.

Esto, para el oficialismo, es un indicio de que la marcada
caída de las licitaciones aún no se siente en la calle, pero a su vez apunta un
dato preocupante de cara al año próximo, cuando en plena carrera electoral se
haga patente la franca desaceleración en el ritmo de los trabajos. (DIB) JG