Panorama político: El trasfondo político del sermón de Mar del Plata

La Plata, jun 23 (DIB).-  Tres días antes del segundo paro nacional de
la presidencia de Macri y justo unas horas después de que el gobierno nacional
admitiera que, lejos de haber pasado, lo más duro del ajuste está por venir, la
gobernadora María Eugenia Vidal fue blanco de una crítica de intensidad
inesperada de parte de la Iglesia Católica. Es la institución a la que, solo
dos semanas antes, había recurrido en busca de señales de respaldo para la
estrategia preventiva de contención política del malestar social que busca
desplegar el oficialismo. 

Si Vidal llegó a la jornada de apertura de la Semana Social
de la Iglesia con la esperanza de que su postura contraria a despenalizar el
aborto y la conversación privada que mantuvo el 7 de este mes con Francisco
iban a atemperar los previsibles señalamientos eclesiales sobre el impacto del
ajuste, está claro que se equivocó. El titular de la Comisión de Pastoral
Social, monseñor Jorge Lugones, la acusó de falta de sensibilidad, en un
discurso con pocos antecedentes para un dignatario de su nivel por la
minuciosidad con la que fustigó la gestión.

En el gobierno quedaron estupefactos y furiosos. “Fue una
falta de respeto”, sintetizan muy cerca de la gobernadora, donde rescatan que
el presidente de la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina
(CEA), monseñor Oscar Ojea, que también habló, fue crítico pero “más
razonable”. La distinción, sin embargo, tal vez sea fútil: en una institución
como la Iglesia, es impensable que una intervención de ese calado sea producto
exclusivo de la voluntad -o la visión- personal de uno de sus representantes.

Lugones, que es obispo de Lomas de Zamora,  pertenece a una familia peronista: su hermano
Luis es el presidente del partido en La Plata, ciudad que su sobrino Pablo
Bruera gobernó hasta 2015. Su encumbramiento a la presidencia de la comisión
más importante de la CEA es producto exclusivo de la voluntad de Francisco, que
también colocó a Ojea al frente de ese 
organismo. Motivos suplementarios para remitir la intención detrás de la
intervención de ambos  hasta Roma.

Esa última posibilidad es lo que  en realidad 
inquieta al entorno de Vidal, donde varios suponían que desde el
Vaticano llegarían mensajes conciliadores para ayudar a transitar los “dos o
tres meses difíciles” que anunció nada menos que el ministro de Hacienda,
Nicolás Dujovne. La inquietud en La Plata es el mensaje que “baja” hacia
algunos movimientos sociales y sectores del peronismo que miran hacia El
Vaticano de una manera similar a como, hace 40 años, miraban hacia un suburbio
madrileño llamado Puerta de Hierro.

Mientras, Vidal se resignó a que deberá tensar la cuerda con
los gobernadores peronistas  que escuchan
al Papa y deben ayudar a garantizar la gobernabilidad en el período que se
inicia. Lo hará para intentar que no se materialice el pedido que hicieron para
que Buenos Aires asuma el déficit de Edesur, Edenor y AySA. Puede parecer una
batalla contraindicada en este momento, que comienza a definirse la letra chica
del ajuste y la gobernadora se queda sin alternativas: por este tema se pelea
con sus pares o lo hace con Macri.

El escenario elegido para lanzar esa batalla es la
Legislatura, donde el presidente de Diputados, 
Manuel Mosca, presentará un proyecto para repudiar al mandatario
cordobés Juan Schiaretti por haber lanzado la idea que tiene el obvio respaldo
de su jefa directa, Vidal. La argumentación del oficialismo apela a la
condición de bonaerenses de los opositores para presionarlos a apoyar. “La
plata que nos sacan es la que recuperamos hace un año y es de todos nuestros representados”,
es la idea fuerza.

Algunos intendentes peronistas ya acompañaron. Pero será
interesante ver la reacción del Frente Renovador. Los gobernadores del
peronismo federal redoblaron en los últimos días la presión a Sergio Massa para
que sea candidato a gobernador en un armado que excluya al kirchnerismo. Pero
el tigrense se aferra a su sueño presidencial, al punto que opera a través de
los medios una inverosímil postulación bonaerense de Marcelo Tinelli.

Paradoja del peronismo: en la argumentación de Massa es la
mejora de Cristina Kirchner en las encuestas lo que daría pasto a su
postulación, a la que presenta como el producto de un hipotético hartazgo
futuro de la acentuación de la “grieta” que sobrevendría con el nuevo ascenso
de la Expresidenta.  Sin embargo en los
últimos meses, en los últimos meses, la profundización del deterioro social ha
sido correlativa a la mejora de los índices de popularidad de la Expresidenta,
lo que finalmente podría generar la convicción de los gobernadores de que el
mejor lugar para el tigrense es la Provincia. – DIB –