Macri y Awada estuvieron con la sargento Villarreal y sus compañeros

La Plata, may 5 (DIB).- El presidente Mauricio Macri y su
esposa, Juliana Awada, visitaron hoy a la sargento Rocía Villarreal, que se
recupera en una clínica de Villa Crespo tras haber sido baleada en la localidad
el partido bonaerense de San Justo, el lunes pasado.

Macri y Awada estuvieron con Villarreal en el Centro Médico
Fitz Roy, donde el jueves la policía fue operada en la columna vertebral, donde
una bala le produjo lesiones muy serias, y también con los tres efectivos que
estaban con ella cuando se produjo el ataque.

“Vino con su esposa Juliana Awada y por supuesto que
esto provoca en un policía que está herido una enorme alegría, que el
Presidente y la gobernadora vengan a visitarla”, sostuvo el ministro de
Seguridad bonaerense, Cristina Ritondo, en alusión a que María Eugenia Vidal
había ido a ver a la sargento el martes.

Según Ritondo, “el Presidente habló con Rocío, estuvo
con ella charlando unos minutos, ella le pidió tomarse una foto” y,
además, el mandatario “habló con la familia (de la sargento) y con los
compañeros que estuvieron ese día cuando fue el ataque en la comisaría”.

Esos efectivos son el Oficial Subinspector Adrián Antonio
Barreto, el Oficial Subinspector Javier Alejandro Pérez y el Oficial
Subinspector Diego Carlos Manuel Méndez, 
los tres compañeros de la joven en la seccional 1° de San Justo, en La
Matanza.

Por su parte, el director de la clínica, Mario Shusterhoff,
también presente en la visita de Macri, aseguró que la paciente “estaba bien
ayer y hoy está aún mejor de ánimo, que es muy importante en este tipo de
afecciones”.

“Están sus compañeros, que son los que se salvaron de la
balacera. Ella les da ánimo a ellos como nos da ánimo a nosotros. La verdad que
es un ejemplo de vida esta chica, ojalá siga así porque no se ven muchos
casos”, afirmó el médico.

En ese marco, fuentes allegadas a la joven explicaron que
tienen expectativas de que Rocío pueda volver a caminar a pesar de los graves
daños que causó una bala en su columna vertebral, según pudieron constatar los
médicos en una intervención quirúrgica que le practicaron el jueves.

Es que en buena medida esa posibilidad depende del trabajo
de rehabilitación que haga la joven.

El ataque en el que fue herida Villarreal fue perpetrado el
lunes último, a las 5 de la madrugada, cuando un grupo de al menos cuatro
personas vestidas de policías y con una herramienta cortacandados entró a los
tiros e intentó copar la seccional 1ª de San Justo para liberar al detenido
Leandro Aranda (22).

El hecho fue resistido por los cuatro policías de la oficina
de guardia, entre ellos Villarreal, y los delincuentes tuvieron que escapar sin
poder concretar el rescate.

Como consecuencia del tiroteo, la sargento recibió un balazo
en el pecho que le lesionó varios órganos, le destruyó una vértebra y afectó la
médula.

Por el caso, están detenidos la novia de Aranda, Zahira
Bustamante (19), presunta ideóloga del intento de rescate; y quienes la habrían
acompañado: su primo, Bruno Postigo Marullo (19); Gonzalo Fabián D” Angelo
(22); Daniel Alberto Rodríguez (32); Noé Nicolás Castillo (30) y un adolescente
de 15 años.

Los mayores de edad quedaron acusados de “homicidio en
grado de tentativa agravado por ser la víctima miembro de una fuerza de
seguridad”, en tanto que el chico pudo haber tenido una participación
menor.

Además, ayer fue apresada como “partícipe” del hecho la
abogada de Aranda, Leticia Tortosa (37), porque durante una visita le habría
entregado un teléfono celular a su cliente para planificar la fuga con su novia
y el resto de los cómplices.

En una carta difundida ayer por el abogado de Bustamante,
Jorge Irineo, la joven aseguró que no planificó el ataque ni intervino en él y
argumentó que su “única culpa” fue haberse “enamorado” de
Aranda, con quien tiene un hijo de 8 meses.

“Yo soy Zahira Ludmila Bustamante y quiero aclararle a
la población que no soy jefa de banda alguna, que no planifiqué la fuga de mi
marido, que no conseguí armas ni uniformes y que mi única culpa fue haberme
enamorado de Leandro, que tenía miedo que lo mataran en un penal y por eso yo
le prometí: quedate tranquilo mi amor, yo te voy a sacar”, escribió la
joven.

Según Bustamente, la detuvieron a media cuadra de la
comisaría “engañada” porque la habían autorizado a ver a su novio y luego
también apresaron a su primo, que la había llevado a la seccional en un auto
Volkswagen Vento presuntamente utilizado el día del ataque. (DIB)