La Rioja, reconocida tanto por su potencial productivo como por sus impresionantes paisajes, atrae cada año a miles de turistas. Sus rincones no solo cautivan por su belleza natural, sino que también ofrecen una profunda conexión con la cultura local, convirtiéndola en un destino imperdible para quienes buscan disfrutar de la esencia de la región.
Y si bien todo el año es ideal para visitarla, Semana Santa ofrece una oportunidad única para disfrutar de la provincia en un marco de tranquilidad, con temperaturas agradables y propuestas que combinan naturaleza, historia y cultura. Además del reconocido Parque Talampaya, Patrimonio de la Humanidad y una de las Maravillas Naturales de Argentina, la provincia invita a recorrer otros destinos imperdibles.
“La Rioja es una de las provincias que más ha crecido en materia turística en los últimos años. Y no lo digo yo, sino que lo confirman los números y estadísticas. Cada vez más gente viene a conocer los muchos atractivos naturales, con el Parque Nacional Talampaya como el más emblemático”, destaca José Rosa, secretario de Turismo provincial.
Quienes buscan experiencias en contacto con la naturaleza pueden visitar la Laguna Brava, un sitio RAMSAR ubicado a 4500 msnm, rodeado de montañas y hogar de flamencos y otras especies protegidas. Para los más aventureros, el Cráter Corona del Inca, a 5500 msnm, ofrece un escenario imponente de aguas cristalinas entre glaciares y cumbres andinas.
Otra opción es recorrer Chilecito, una de las ciudades más importantes de la provincia, ubicada en el Valle Antinaco-Los Colorados, entre la sierra de Velasco y la sierra de Famatina. Su historia minera se refleja en el Cable Carril, una obra de ingeniería única en el mundo, mientras que su entorno natural invita a realizar senderismo, cabalgatas y visitas a bodegas.
A pocos kilómetros, la localidad de Famatina se destaca por su producción agrícola y su imponente paisaje de montaña, con rutas ideales para el turismo de aventura. Tanto la Laguna Brava como el Cráter Corona del Inca requieren el acompañamiento de guías locales habilitados, debido a la dificultad de los caminos y la altitud extrema en el caso del Cráter.

Relax, cultura y sabores riojanos
Para quienes prefieren un plan más relajado, La Rioja cuenta con termas, alojamiento para todos los gustos, desde hoteles hasta cabañas, además de museos y sitios históricos. La fauna autóctona también es un atractivo especial: en distintos puntos de la provincia es posible avistar cóndores, llamas, maras y zorros en su hábitat natural.
La gastronomía y el enoturismo también son protagonistas en Semana Santa. La provincia es la tercera productora de vinos del país y su Torrontés Riojano es un clásico indiscutido, aunque también se elaboran excelentes tintos. Algunas bodegas, como Tres Cruces, Chañarmuyo o Sacavino Arrieta, incluso cuentan con servicio de alojamiento, ofreciendo una experiencia completa que combina sabores y paisajes inolvidables.
Los más pequeños también tienen su lugar con propuestas vinculadas al mundo de los dinosaurios: parques temáticos y zonas de exploración permiten descubrir fósiles y aprender sobre la riqueza paleontológica de la región. (DIB)