España, con su extraordinaria diversidad de paisajes, cultura y gastronomía, se erige como un destino inigualable para disfrutar de la Semana Santa. Desde las solemnes procesiones de Andalucía y la riqueza histórica de Castilla y León hasta las idílicas playas de las Islas Baleares, cada rincón del país ofrece experiencias únicas e inolvidables. A continuación, se presentan cinco destinos destacados, si bien existen muchas más opciones igualmente fascinantes.
Sevilla: tradición, esplendor y exquisitez gastronómica
Para quienes aprecian las tradiciones y desean vivir una experiencia inmersiva en la historia y la espiritualidad, Sevilla se erige como un destino ineludible.
Durante la Semana Santa, la ciudad se transforma en un escenario de fervor religioso y belleza incomparable. Desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección, sus calles acogen solemnes procesiones, envueltas en el aroma del incienso y el canto de las saetas, que generan una atmósfera mística y conmovedora.
No obstante, la Semana Santa sevillana no se limita al ámbito religioso. Pasear por su casco histórico, admirar la imponente Catedral, ascender a la Giralda para disfrutar de vistas panorámicas únicas y recorrer en barca el canal de la Plaza de España constituyen actividades imperdibles.
La gastronomía también desempeña un papel central en esta festividad. Entre los platos más emblemáticos destacan las pavías de bacalao, el potaje de vigilia y las tradicionales torrijas, que se disfrutan mejor acompañadas por los excelentes vinos de Jerez. Para una experiencia aún más completa, se recomienda visitar Jerez de la Frontera y explorar sus afamadas bodegas.
El Camino de Santiago: naturaleza, historia y deleite gastronómico
Para los amantes del senderismo y la naturaleza, la Semana Santa representa una excelente oportunidad para emprender el Camino de Santiago. Esta ruta, que combina espiritualidad, tradición y paisajes impresionantes, ofrece múltiples itinerarios adaptados a diferentes niveles y disponibilidades de tiempo.

Una opción ideal para recorrer en los seis días festivos es el Camino Portugués por la costa, el cual permite completar los 100 kilómetros necesarios para obtener la Compostela. Este trayecto transcurre por la costa gallega, brindando vistas espectaculares del Atlántico y las encantadoras Rías Baixas. Para quienes disponen de más tiempo, resulta recomendable iniciar el recorrido en Oporto y explorar los 280 kilómetros que conectan la costa gallega y portuguesa.
A lo largo del Camino, se puede disfrutar de una variada oferta gastronómica, que incluye la tortilla de Betanzos, los pimientos de Padrón, las empanadas de atún y el bacalao con pasas. Además, en cada localidad es posible degustar especialidades como el pulpo a feira y diversas carnes de excelente calidad, como el lacón con grelos y el churrasco gallego.
Al llegar a Santiago de Compostela, resulta imprescindible recorrer la emblemática Plaza del Obradoiro, visitar su majestuosa Catedral y explorar el Monasterio de San Martín Pinario, así como el Museo del Pueblo Gallego, que ofrece una fascinante inmersión en la cultura e historia de la región.
Burgos: historia, patrimonio y gastronomía
Para aquellos que buscan una experiencia marcada por el patrimonio y la tradición, Burgos se presenta como un destino idóneo. Su impresionante Catedral, joya del gótico español, constituye una visita obligada, recomendándose recorrerla en las primeras horas del día para apreciar su belleza en un ambiente más íntimo y tranquilo.
Tras una jornada de exploración cultural, la gastronomía burgalesa invita a deleitarse con su variada oferta culinaria. En el Mercado Norte se pueden degustar exquisitos pinchos, como los famosos “cojonudo” y “cojonuda” de Casa Pancho, así como otros bocados tradicionales que reflejan la riqueza gastronómica de la región.
Para quienes deseen complementar su visita con una escapada natural, el Parque de Las Fuentes Blancas ofrece un entorno perfecto para el descanso. Asimismo, los alrededores de Burgos albergan parajes de singular belleza, como el Desfiladero de La Yecla y el Monasterio de Santo Domingo de Silos, donde la historia y la espiritualidad se entrelazan de manera única.
Santander: un equilibrio entre mar y montaña
Cantabria, con su combinación de gastronomía, patrimonio, playas y montañas, se erige como una de las regiones más atractivas del norte de España. Su capital, Santander, destaca por la majestuosidad de su Catedral y la riqueza de sus espacios culturales, como el Museo Marítimo del Cantábrico y el Centro Botín.
El Paseo de Pereda, con sus vistas a la bahía, y el Mercado del Este, donde se pueden degustar productos locales de gran calidad, constituyen paradas obligatorias para quienes visitan la ciudad.

Más allá de Santander, Cantabria ofrece innumerables atractivos naturales, como la Ruta de las Cabañas Pasiegas y las espectaculares playas de Langre, El Puntal y El Sardinero. Asimismo, una visita a las Cuevas de Altamira permite conocer de cerca uno de los tesoros arqueológicos más importantes de España.
Mallorca: un refugio en el Mediterráneo
Para quienes buscan una escapada tranquila en Semana Santa, Mallorca se presenta como un destino ideal. La isla ofrece una variada gama de playas, desde calas escondidas hasta extensas franjas de arena dorada, entre las que destacan Ca Los Camps y Es Trenc.
La Sierra de Tramuntana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, brinda la posibilidad de recorrer pintorescos pueblos como Valldemossa, Sóller y Banyalbufar, cada uno con su propio encanto y oferta cultural.
La gastronomía mallorquina también cobra protagonismo en esta época del año, con especialidades como las panades, los cocarrois y los dulces robiols y crespells.
En Palma de Mallorca, la Catedral de La Seu y el Castillo de Bellver constituyen hitos arquitectónicos de gran relevancia, mientras que los patios mallorquines del casco antiguo ofrecen una muestra del legado histórico de la isla.

En definitiva, España ofrece una multiplicidad de destinos donde la historia, la cultura y la gastronomía convergen para brindar experiencias inolvidables en Semana Santa. (DIB)