Piriápolis, la joya cargada de leyendas en la costa uruguaya

Fundada por el enigmático Francisco Piria, la ciudad uruguaya que rivaliza con Punta del Este ofrece paisajes increíbles, toda la historia y la cultura, y una tranquilidad sin par.

Entre el mar y las sierras, entre el pasado y el presente, hay una ciudad llena de encanto en la costa uruguaya: Piriápolis. Ubicada a 35 kilómetros de Punta del Este y a 100 de Montevideo, sorprende por su personalidad y su pasión por la magia.

La historia de Piriápolis está cargada de leyendas que se revelan a cada paso. Es uno de los balnearios más antiguos del país, con cerros impresionantes, paseos culturales, construcciones históricas, movida nocturna y amplias y bellas playas.

Dos castillos (el de Francisco Piria, a quien le debe el nombre de la ciudad, y el Pittamiglio), el nuevo puerto, aerosillas, siete cerros, el mítico Argentino Hotel y la feria artesanal en el Paseo La Pasiva, son algunos de los atractivos que tiene este destino clásico de verano en la costa oriental.

También se puede recorrer la costa en barco, pasear a caballo, realizar actividades náuticas, practicar trekking por las sierras o contemplarlas en bicicleta. La propuesta turística es generosa y abarca todos los gustos, aunque mayormente es un lugar elegido por las familias debido a su belleza, pero también a su tranquilidad.

Playas doradas

La Rambla de los Argentinos es el lugar donde se concentra todo en Piriápolis: la playa, los comercios, los restaurantes y los hoteles. En ese centro geográfico está, además, la respuesta del porqué de los miles de visitantes argentinos que la eligen para pasar unas apacibles vacaciones: la tranquilidad y el hecho de que todo está a mano.

Los kilómetros de extensas playas culminan antes de llegar al puerto, donde las rocas impiden ver más allá, aunque permiten contemplar la majestuosidad del Cerro San Antonio, que desde arriba contempla y parece cuidar la ciudad.

Pasando el cerro San Antonio, se descubren las infinitas y casi desiertas playas de Punta Negra y Punta Colorada. En la primera se puede alternar entre la tranquilidad, la majestuosidad de la playa, practicar deportes, hacer cabalgatas y disfrutar de la vida familiar a pleno. Entre las rocas coloradas, y detrás de las altas dunas se pueden presenciar atardeceres asombrosos. Es un lugar encantador que vive ente la tranquilidad de los pescadores y la búsqueda de calma de quienes llegan hasta sus costas.

El alquimista

Vale la pena un párrafo aparte para el fundador de Piriápolis. Francisco Piria nació en 1847 en Montevideo, De cuna pobre, comenzó vendiendo baratijas en el mercado y más tarde se afincó como martillero. Antes de cumplir los 27 años, ya había comenzado a incursionar en la venta de terrenos a plazos, que fue el verdadero origen de su inmensa fortuna. Lo novedoso de su idea consistió en fraccionar tierras, crear barrios nuevos y vender a las personas de bajos y poca capacidad de ahorro, a largos años.

La cima de su carrera fue la fundación del balneario Piriápolis, pero también creó cientos de barrios en otras partes del país vecino y los uruguayos lo consideran como la persona que “le dio forma” a la capital, con sus remates y loteos.

Por otra parte, Piria era un estudioso de las ciencias herméticas y se consideraba un alquimista. Se cuenta que en sus palacios mandaba construir cuarto secretos donde instalaba talleres alquímicos. No sabemos si logró obtener la ansiada Piedra Filosofal, pero al menos le dejó al mundo la maravillosa ciudad que lleva su nombre. (DIB) MM

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí