Arequipa es el destino perfecto para disfrutar de unas vacaciones llenas de naturaleza, aventura, historia y deliciosa gastronomía si uno, como viajero, decide ir hasta Perú.
Nombrada como Patrimonio Cultural de la Humanidad, este destino, conocido como “la Ciudad Blanca” es, sin duda, uno de esos lugares que hay que visitar al menos una vez en la vida.
La razón de su apodo es que las casonas e iglesias que adornan sus calles fueron construidas con sillar, una piedra de color blanquecino y de origen volcánico que se encuentra en la zona. Con este material se erigieron edificios de estilo colonial que le otorgan un encanto especial a esta ciudad fundada en 1540.
En el casco histórico se encuentra la Plaza de Armas y la Basílica Catedral de Arequipa, de estilo neoclásico, que cautiva por su belleza, por sus torres campanario y sus 107 metros de longitud. Además, cuenta con un museo en el que se lucen antiguas piezas de oro y plata.
En pleno centro se encuentra una de las grandes obras arquitectectónicas del Perú colonial. Se trata del Monasterio de Santa Catalina, un convento de clausura construido en el siglo XVI y que cuenta con más de 20 mil metros cuadrados que podrás explorar de punta a punta.
Pero además, Arequipa tiene uno de los destinos más impresionantes para los viajeros más atrevidos: el Misti, un volcán de 5.822 metros, con más de 800 mil años de antigüedad y que se encuentra entre los 16 volcanes activos y potencialmente activos del Perú. Si el viajero busca un plan de máxima aventura, es recomendable realizar el ascenso al volcán, una travesía de dos días rodeada de increíbles paisajes, acampando a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar y con una llegada a la meta totalmente única: la vista del cráter.
Entre los grandes lugares naturales para visitar en los alrededores de Arequipa se encuentra la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca. Se trata del hogar de los majestuosos volcanes arequipeños que mencionamos anteriormente, de animales típicos del altiplano andino como la llama, la alpaca, la vicuña y el guanaco y de grandes lagunas en las que habitan aves como los flamencos.
Más allá de sus tesoros arquitectónicos y naturales, la ghastr0onomía también dice presente. De hecho, el Rocoto relleno de Arequipa es una experiencia moderna pero combinada con las costumbres ancestrales de su región.
Su origen se remonta a las tabernas de chicha, una bebida en base de maíz fermentado, y han perdurado hasta nuestros días por más de 400 años. En sus cartas es posible encontrar la cocina peruana tradicional, pero no el ceviche y el pisco, sino más bien el chupe (una sopa), el cerdo, el cuy y el rocoto relleno.
Utilizado tanto como entrada como plato principal, el rocoto se rellena con carne, aceituna, queso, porotos y gran cantidad de aderezos. Se puede degustar en las más de 80 picanterías que tiene la ciudad de Arequipa y que cuentan con el sello de Patrimonio Cultural de la Nación. (DIB)