En el corazón de la provincia de la Buenos Aires, donde la llanura expone de la mejor manera las tradiciones de estas tierras, Tapalqué se erige como defensora de sus raíces en un ambiente que estalla de tranquilidad y paisajes fascinantes, en medio de una naturaleza atrapante. Con 161 años de vida, el pueblo se viste de fiesta entre el 7 y el 9 de noviembre y abre sus puertas a los visitantes para que participen de todas las actividades, además de aprovechar la escapada para conocer las termas.
La historia de Tapalqué y sus orígenes se encuentra directamente relacionada con los pueblos originarios, especialmente los Mapuches, que habitaban tierras, actualmente tapalquenses, en los años de gobierno del general Juan Manuel de Rosas.
La llamada “frontera interior” llegaba al Salado y se abría al mal llamado desierto, ocupado por los primeros habitantes, los pueblos originarios, estigmatizados por los prejuicios de la pertenencia propietaria, ya que se consideraba tierra virgen que se debía incorporar al “progreso y cultura” de la civilización, lo que ha ocasionado un verdadero genocidio.
La caída de Rosas tras la batalla de Caseros contra las fuerzas de Urquiza en 1852, produjeron cambios en la política de la frontera. El partido de Tapalqué sufrió ataques y saqueos que llevaron alarma e inseguridad a los pobladores. Y recién en 1863 todo cambió. el gobernador Mariano Saavedra firmó un decreto el 7 de noviembre de 1863 creando el actual pueblo de Tapalqué en los campos de propiedad pública marcados con el nombre de “Juarra”.
Cultura y naturaleza
La cultura gaucha, lo natural y la gastronomía tradicional son la base de la propuesta estival de la comuna, junto a una agenda de actividades recreativas, culturales y deportivas. La costanera, el camping y el balneario municipal, paseos guiados por el casco histórico y un clima de paz y serenidad atraen numerosos turistas a este pueblo de unos 9.000 habitantes, recostado sobre el arroyo Tapalqué.
Su trazado cuadricular alrededor de la avenida principal, ofrece todo lo necesario para pasar un fin de semana espectacular. Comer bien, disfrutar del aire libre más allá del balneario sobre el Arroyo Tapalqué y conocer la cultura ancestral bonaerense son apenas algunos detalles que hacen de Tapalqué algo más que un pueblo de totorales, como lo conocían los pueblos originarios araucanos que lo habitaban antes de la llegada de los españoles.
El balneario es el atractivo estrella durante el verano: un espacio verde con todos los servicios para disfrutar de distintas actividades al aire libre. Allí, el camping con todos los servicios es ideal para pasar unos hermosos días con la mejor atención en un entorno de tranquilidad y seguridad para el acampante.
En el mismo parque, los visitantes pueden disfrutar de una pileta climatizada cuya arquitectura es moderna y sustentable. La costanera se extiende por 5 kilómetros desde el Club de Pesca hasta el Salto de piedras Don Regino hacia el norte y hacia el sur, se recorre otra distancia similar por un paseo de bicisenda hasta la pista de ciclismo.
En el corazón del pueblo, la Plaza Alsina recibe al visitante combinando grandes arboledas, jardines sembrados con flores que le otorgan gran colorido y senderos prolijamente diseñados. A pocos metros, la Parroquia San Gabriel Arcángel y el Palacio Municipal sorprenden con su arquitectura romana y centenaria respectivamente. Además, esta localidad conserva gran parte de su pasado en la Estación del Ferrocarril, medio que fuera vital para el desarrollo y la comunicación. Allí se pueden admirar las instalaciones y la maquinaria de antaño.
En el museo hay piezas de la cultura gaucha y la historia de los pueblos bonaerenses desde el Siglo XVIII, como prendas, armas blancas y de fuego, junto a hallazgos arqueológicos y paleontológicos. Otro lugar ineludible es el Cantón, en donde se encontraba el fuerte de defensa.
Más allá de la amplia variedad gastronómica, una visita obligada es la pulpería “San Gervasio”, apostada en un antiguo edificio de aproximadamente 1850 que era posta de carretas, diligencias y carros. También hay parrillas, pizzerías, buffet y cervecerías. Pero lo más original son las famosas “tortas negras”, que incluso dan origen cada año a la Fiesta de la Torta Negra, que tiene lugar el segundo fin de semana de enero de cada año.
A la hora de experimentar la naturaleza, el arroyo Tapalqué es un eje importante de la actividad turística, junto al cual se instaló una pileta climatizada de diseño moderno, que los visitantes pueden disfrutar todo el año. El curso de agua está bordeado por una costanera de unos cinco kilómetros, desde el Club de Pesca hasta el Salto de Piedras Don Regino, otro de los atractivos naturales del pueblo.
A todo esto se suma la oferta termal, ideal para disfrutar de unos días de relax. Dentro del Complejo Termas Tapalqué, hay locales de comidas rápidas, heladería y cafetería, kiosco, artesanías, productos regionales, alquiler de batas y espacio de relax. También se brindan servicios de reflexología, masajes, dermocosmética y terapias holísticas. (DIB)