La enfermedad psoriásica es una afección crónica, inflamatoria, no contagiosa del sistema inmunológico que puede afectar no solo a la piel (psoriasis), sino también a las articulaciones (artritis psoriásica). De acuerdo a una encuesta realizada a nivel nacional por la Asociación Civil para el Enfermo de Psoriasis (Aepso), cuatro de cada diez pacientes tuvo que suspender consultas médicas por motivos económicos.
“Psoriasis y artritis psoriásica son dos manifestaciones de la enfermedad psoriásica y los síntomas pueden diferir de una persona a otra. Cuando sucede a nivel de la piel, la enfermedad genera lesiones de distinta gravedad y aspecto. Son habituales síntomas como picazón, descamación o dolor, manifestándose en forma de lesiones rojas, cubiertas por escamas blancas, secas, que se localizan en codos, rodillas, tronco y cuero cabelludo. En los casos de aquellos pacientes que desarrollan artritis psoriásica, presentan síntomas como hinchazón, dolor articular y dificultad en el movimiento”, afirma Guillermo Berbotto, presidente de la Sociedad Argentina de Reumatología (SAR).
En Argentina, alrededor del 1,5% de la población vive con psoriasis y se estima que, de estos casos, aproximadamente el 30% podría desarrollar artritis psoriásica. En todo el mundo, unas 60 millones de personas viven con enfermedad psoriásica.
La Asociación Civil para el Enfermo de Psoriasis (Aepso) llevó a cabo un relevamiento nacional en más de 800 personas con el objetivo de analizar cómo los cambios en el sistema de salud han influido en los pacientes en lo referido a la accesibilidad a tratamientos, medicamentos y profesionales especializados. También los costos adicionales que han tenido que afrontar y cómo impactan esos ajustes en su calidad de vida
Cuatro de cada diez pacientes tuvieron que incurrir en copagos para acceder a servicios anteriormente cubiertos. El 42,2% de los encuestados necesitó ayuda financiera para cubrir gastos de salud. “No todos los pacientes pueden afrontar estos gastos extra y esto trae como principal consecuencia una demora en el diagnóstico y un abordaje no eficiente de su tratamiento” detalla Silvia Fernández Barrio, presidenta de AEPSO y agrega: “el impacto en sus gastos va también de la mano del tiempo dedicado a su enfermedad”.
Casi el 43% postergó o suspendió consultas por motivos económicos en los últimos meses y 4 de cada 10 pacientes tuvieron dificultad para encontrar profesionales que aceptasen su plan de salud. Varios pacientes manifestaron no poder realizar los estudios de laboratorio y/o imágenes indicados por imposibilidad de pago y falta de cobertura.
Casi el 50% tuvo inconvenientes en acceder a medicamentos; 2 de cada 10 pacientes no están realizando el tratamiento médico indicado por problemas económicos y el 38,2% tuvo que reducir o dejar de comprar los medicamentos recetados.
A cualquier edad
La enfermedad psoriásica puede aparecer en hombres y mujeres indistintamente y presentarse a cualquier edad, tanto en lactantes, niños y adultos. Puede ser dolorosa, interferir en el sueño y dificultar la concentración. Esta afección suele presentarse en ciclos, con brotes que duran algunas semanas o meses y luego disminuyen. Los factores desencadenantes comunes en las personas con predisposición genética a la psoriasis incluyen infecciones, cortes o quemaduras y determinados medicamentos, como así también es importante tener en cuenta que el tabaquismo y la ingesta de alcohol pueden agravarla.
“Los síntomas o signos más comunes de la enfermedad psoriásica son lesiones rojas descamativas en gran parte del cuerpo, piel agrietada y seca, picazón, ardor o irritación. No se conocen por completo las causas, pero se cree que es un problema del sistema inmunitario que hace que las células de la piel crezcan a un ritmo más rápido de lo normal; también la genética y los factores ambientales juegan un papel importante en el desarrollo de la enfermedad”, explica Cecilia Civale, médica especialista en dermatología y presidenta de la Asociación Argentina de Dermatología (AAD).
Seis de cada 10 pacientes afirmaron que la evolución de la enfermedad afectó su calidad de vida; algunos de ellos debieron realizar cambios de rutina -debido al avance de la enfermedad- que afectaron, mayormente, su capacidad de trabajo o estudio. Muchos de los encuestados dijeron tener un aumento del nivel de estrés, ansiedad o depresión y problemas para dormir.
Si bien la enfermedad no tiene una cura los tratamientos han evolucionado notablemente permitiendo a los pacientes una mejor calidad de vida, un control de la enfermedad y el camino hacia la remisión. El diagnóstico a tiempo, un tratamiento temprano y su correcto cumplimiento permiten evitar serias complicaciones, así como un mejor manejo de las mismas.
“El impacto continuo y acumulativo de la enfermedad psoriásica se traduce en un nuevo concepto llamado CLCI que hace referencia a la discapacidad progresiva que el paciente va acumulando durante el transcurso de su vida a causa de la psoriasis. El diagnóstico tardío de la enfermedad implica un mayor riesgo de enfermedades asociadas como artritis psoriásica, diabetes, eventos cardiovasculares y daño psicológico. Es por ello fundamental realizar un diagnóstico temprano, una adecuada intervención psicosocial y un tratamiento oportuno para evitar el sufrimiento a largo plazo”, confirma Kaplan, médica dermatóloga y presidenta de la Sociedad Argentina de Psoriasis (Soarpo). (DIB)