Por Andrés Lavaselli
El reordenamiento del tablero político en curso desde la llegada al poder de Javier Milei incorporó esta semana tres novedades importantes en la provincia de Buenos Aires, uno de sus escenarios centrales. 1) La cúspide de La Libertad Avanza se puso de acuerdo en encolumnarse detrás de la figura de José Luis Espert de cara al 2025, lo que condiciona la relación con PRO 2) El radicalismo parece encaminarse a una resolución traumática de su interna que potencie en suelo bonaerense la fractura que ahora se explicitó a nivel nacional 3) Axel Kicillof y Cristina Kirchner transitarán por senderos separados el tiempo que viene, aunque es probable que la elección en el peronismo nunca se realice.
“Te voy a dar una primicia, yo siempre te doy primicias”, le dijo el martes Milei a Alejandro Fantino. Fue un regalo invertido porque el que cumplía años era él y no el conductor, que con esa conversación sumó un puesto y quedó séptimo en el ranking de entrevistadores del Presidente que lidera Luis Majul con 8 charlas. “Espert va a reventar las urnas en la provincia de Buenos Aires”, era el anticipo presidencial, que su interlocutor dejó pasar sin más. Algunos vieron un adelanto de una postulación a la gobernación, pero quienes están más al tanto de la lucha por el poder en el mundo libertario dicen que fue un mensaje sobre las legislativas, pero destinado a tener impacto ahora.
Una escena posterior, del viernes, agrega información esencial. La protagonizó Espert en el predio de la obra que el municipio de La Matanza le suspendió a Mercado Libre por no cumplir con la normativa vigente sobre habilitaciones. El libertario rompió la faja e ingresó para “liberarlo”, gesto simbólico-ideológico de nulo impacto en la realidad, pero que encerró un menaje interno: lo hizo acompañado del diputado Agustín Romo y el secretario de Culto, Nahuel Sotelo. Ambos responden al híper asesor Santiago Caputo, lo que implica que tanto él como Karina Milei –con quien se mueven en tándem- aceptaron que Espert camine desde ahora con el traje de primer candidato a diputado nacional por la PBA.
Más que la concreción de una candidatura, la puesta en escena condiciona las diputas en el mundo libertario y es un insumo para sus satélites. Si es por la gestualidad, en La Matanza también acompañaron a Espert diputados alineados con Sebastián Pareja – el armador de Karina en suelo bonaerense- y de Joaquín De La Torre, que pese al affaire que protagonizó su hermano nunca abandonó el bloque libertario. Mauricio Macri toma nota: una falta de acuerdo en PBA tensiona la posibilidad de una unificación de PRO con LLA, en un contexto donde además se agita la posibilidad de una disputa en CABA, su bastión histórico. En Expresidente viene planteando una premisa: acuerdo en los dos distritos o en ninguno. Solo Patricia Bullrich y su sector parece no expulsada del juego que se despliega desde la Casa Rosada.
En la UCR, la discusión es previa: antes de imaginar puentes con otras fuerzas, deberán resolver aún su propia disputa, en suspenso porque no hay resultado definitivo de la elección del 8 de octubre, que está en manos de la justicia electoral. Tanto en el oficialismo que comanda Maximiliano Abad como en la oposición que orientan Martin Lousteau y Facundo Manes crece la convicción de que el juez Alejo Ramos Padilla podría optar por una solución que le evite tener que ser el quien laude. Creen –o saben- que el magistrado ordenará que haya elecciones complementarias en 5 o 6 distritos, allí donde no hubo acuerdo sobre el escrutinio y la documentación aportada por uno y otro sector es contradictoria.
Sea cual fuere el resultado final, el radicalismo quedará en una situación de difícil retorno a la unidad en la Provincia. Es un escenario que hace juego con la fractura nacional que aceleraron Lousteau y Manes, con la salida de 12 diputados de bloque que comanda Rodrigo De Loredo, disconformes con los apoyos y acercamientos del bloque que comanda cordobés a Milei. La pelea podría liberar al sector disidente para explorar un entendimiento con esa construcción “de centro” que ensayan Miguel Pichetto, Horacio Rodríguez Larreta y Emilio Monzó, que podría actuar como cuña y traccionar voto peronista ante un escenario de ruptura en esa fuerza. Es más difícil imaginar el derrotero futuro del sector de Abad.
¿Sin Quintela es mejor?
El fallido intento de mediación que ensayó Estela de Carlotto en el Teatro Argentino, confirmó lo contrario de lo que se había propuesto: no hay por ahora vuelta atrás en el quiebre de Cristina Kirchner y Axel Kicillof. “Cristina Presidenta”, cantó el camporismo y en el entorno del Gobernador, donde se describió como una “emboscada” lo que ocurrió, el enojo posterior de la fundadora de Madres de Plaza de Mayo fue interpretado casi como un triunfo. Máximo Kirchner, a quien el contexto convalida como alter ego político de su madre, puso en palabras la principal consecuencia: Kicillof ya no es el candidato natural de ese espacio para la presidencia. “Está Wado”, dijo el jefe de La Cámpora. Obvio: CFK volvió a rankerar alto para encabezar en 2025.
En La Plata creen que el elemento que detonó esa ruptura, la puja por la presidencia del PJ, se resolverá sin elecciones internas. El reclamo de 16 mil avales faltantes a la lista del riojano Ricardo Quintela es un elemento que podría ser definitorio. Lo inoportuno de una elección que en el fondo casi nadie quiere es otro. Pero la moneda está en el aire: todo podría terminar en manos de la jueza María Romilda Servini, ya que Quintela, hasta esta noche, rechazaba los intentos de mediación para que baje su lista del apoderado del partido, Juan Manuel Olmos.
Para el kicillofismo, esa resolución de unidad sin elección sería una manera de quitarse de encima presión: Cristina en campaña tiende a ocupar todo el escenario y polariza con Milei, lo que tiende a borrar del escenario al Gobernador. Impediría -o vaciaría de sentido- un pronunciamiento público a favor de la candidatura de la vice, que el episodio del Teatro Argentino demoró. A la vez, Kicillof aparece dispuesto a seguir con su construcción política: próxima parada, San Pedro, un acto donde insistirá con un mensaje de unidad anti libertario. Es similar a lo que pidió el massimo, y encierra la misma demanda a futuro. Una mesa de conducción más abierta.
Aun sin resolución, la interna parece comenzar a tener efectos: no solo dejará heridos y reproches en el peronismo, ganadores y perdedores. También parece coincidir con cierto rebote de la imagen de Milei en las encuestas, que es multicausal (la estabilización macro, un incipiente repunte del nivel salarial, más consumo en algunos sectores muy puntuales) pero tiene entre uno de sus componentes el retorno de parte del electorado prestado que migró de PRO a LLA en el balotaje. Ante la nueva centralidad de CFK, ese votante, en general anti peronista, se refugia en la opción Milei, que es quien gobierna. Ese es el contexto en el cual surgen en el peronismo acusaciones de “funcionalidad” de la pelea con los objetivos del Presidente.
Si la fractura Kicillof/Cristina se profundiza al punto de partir la oferta electoral del año que viene -hipótesis aún muy prematura pero que por supuesto se baraja en las mesas de arena partidarias- esa funcionalidad hipotética podría adquirir un status de realidad cuasi institucional. Sería, en cierto sentido, la mejor noticia posible para Espert/Milei. Solo les restaría cerrar un pacto con PRO: es que por ahora, las encuestas marcan que sin un apoyo del macrismo, la elección puede ser cuesta arriba para Milei en PBA, a pesar de su optimismo. Ese terreno, más allá del apoyo al diputado como candidato, quedará en manos de Caputo, porque una cosa es encabezar la lista y otra, muy distinta, es definir a sus integrantes. El respaldo a Espert es para lo primero, pero no se extiende a los segundo. (DIB)