Cada 17 de octubre se conmemora el Día Mundial Contra el Dolor, iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que pone el foco en lo dinámico que puede ser este concepto a través del tiempo y de acuerdo a los criterios de distintas culturas, en las enfermedades que lo causan de forma crónica y en el consumo excesivo de analgésicos.
El objetivo inicial de la OMS para esta fecha, instaurada en 2004, fue destacar la necesidad urgente de encontrar un mejor alivio para el sufrimiento físico de pacientes con enfermedades como el cáncer o el SIDA.
No obstante, veinte años después, una de cada cinco personas padece dolor crónico, de moderado a grave, y una de cada tres no puede mantener un modo de vida independiente debido a las dolencias, por lo que resulta una problemática incapacitante.
Se calcula, por ejemplo, que entre la mitad y las dos terceras partes de quienes sufren dolor no pueden hacer ejercicio ni dormir normalmente, además de que no siempre son capaces de desempeñar tareas caseras, conducir un auto, caminar, tener relaciones sexuales, ni participar en actividades sociales.
Este año, la campaña contra el dolor impulsada por la Federación Europea de la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) y la OMS busca que se reconozca el alivio del dolor como parte integral del derecho a la mejor salud física y mental posible.
Fibromialgia: la afección que suele ser sinónimo de dolor
La fibromialgia es una afección crónica que causa dolor y sensibilidad al tacto de los músculos de todo el cuerpo. También puede causar agotamiento extremo en quienes la padecen y otros síntomas.
La fibromialgia no tiene cura, pero generalmente no empeora con el paso del tiempo. En los últimos años se ha publicado más información sobre este trastorno, incluso opciones de tratamiento y formas de aliviar los síntomas.
No existe una sola prueba que permita diagnosticar la fibromialgia. Es posible que se necesite realizar distimtas consultas con especialistas de varias áreas para descartar otras afecciones con síntomas similares. Ese proceso suele llamarse “diagnóstico diferencial”.
Síntomas
• Dolor crónico en todo el cuerpo, que suele ser descripto como dolor persistente, ardiente o pulsante;
• Cansancio extremo;
• Dolor de cabeza o migraña;
• Rigidez de los músculos y las articulaciones;
• Insensibilidad o presencia de hormigueo en los brazos y las piernas;
• Sensibilidad a la luz, al ruido, a los olores, al tacto y a la temperatura;
• Otras afecciones y síntomas asociados a la fibromialgia son ansiedad, depresión y dolor en la cara o en la mandíbula.
Cualquier persona puede presentar fibromialgia, pero suele darse de forma hereditaria. Es más común en las mujeres que en los hombres y, por lo general, comienza a mediana edad.
Origen
Si bien se desconoce la causa que genera esta dolencia, las investigaciones indican que el origen se encuentra en la forma en la que el cerebro procesa el dolor del cuerpo. Otras afecciones que pueden aumentar sus posibilidades de tener fibromialgia incluyen las siguientes:
• Ciertas clases de artritis;
• Lupus;
• Dolor crónico de espalda;
• Síndrome del intestino irritable;
El tratamiento de la fibromialgia suele requerir de la atención de un equipo interdisciplinario de profesionales para abordar los aspectos físicos y psicológicos de esta afección.
Los analgésicos y los antidepresivos pueden aliviar los síntomas de fibromialgia. Se ha demostrado que algunos anticonvulsivos como la pregabalina obran sobre los mensajes de dolor que envía el cerebro. Esto puede aliviar el dolor y mejorar el sueño.
Algunas personas buscan tratamientos en el campo de la medicina complementaria, como acupuntura y masajes. Los tratamientos de salud mental, como la terapia cognitivo conductual, también pueden ayudar a las personas a hacerle frente a esta afección. (DIB) ACR