Desde el primer viaje a la luna, y hasta en cada producto alimenticio que encontramos en las góndolas, el sistema de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (HACCP por sus siglas en inglés) continúa siendo la herramienta para garantizar la inocuidad de los alimentos y sus materias primas en cada eslabón de la cadena de valor. Hoy, 55 años después, la IA está rompiendo con el viejo paradigma del control de calidad, reactivo y correctivo, y avanzando hacia un nuevo paradigma predictivo.
“Lo que lleva meses con un enfoque tradicional, aplicando herramientas de inteligencia artificial como el Chat GPT o el AI Studio de Google no toma más que unos días”, comenta el Ing. Pablo Barbuto, experto en Calidad e Inocuidad Alimentaria, Director de QCS y profesor de Gestión de Calidad en la Universidad Nacional de Luján. Y agrega que la capacidad de la IA para recopilar información relevante permite generar un sistema HACCP mucho más efectivo.
Actualmente, el tamaño del mercado de IA en alimentos y bebidas se estima en 9,68 mil millones, pero se espera que alcance los 48,99 mil millones de dólares en 2029; aunque su aplicación en Argentina sigue siendo baja, datos de Mordor Intelligence. Esto demuestra la importancia de la profesionalización y capacitación del sector en las nuevas tecnologías, en espacios como Tecno Fidta 2024 donde, del 17 al 20 de septiembre, se presentarán casos de éxito y cómo aplicarla. “Entrenar a las herramientas de IA nos obtener información en tiempo real, en cada etapa del proceso productivo para predecir la calidad del alimento y actuar en consecuencia”, explica Barbuto, disertante de Tecno Fidta donde contará su experiencia.
Avanzar en la transición hacia modelos de predicción es determinante para lograr el ahorro en recursos y el rendimiento económico potencial. Anticipar los riesgos y los puntos críticos de control con base en una red de datos mucho más amplia, puede reducir el desperdicio de alimentos, que es una problemática de gran impacto a nivel mundial, con un ahorro estimado en u$s 127 mil millones anuales para 2030, según estudios de McKinsey & Company.
Por su parte, la aplicación de sistemas de control con IA para automatizar procesos puede aumentar la productividad, reducir tiempos de espera y concentrar el talento humano en la ejecución de tareas clave. En tal sentido, las estimaciones indican que se pueden generar rendimientos por u$s 150 mil millones en la etapa de procesamiento de los alimentos, a través de un mayor crecimiento de las ventas, la productividad y la eficiencia operativa.