Kicillof cruzó a Milei por el video del virus Ku-K 12 y pidió “no naturalizar el ataque a la convivencia democrática”

El gobernador hizo un extenso descargo con un diagnóstico de los 10 meses del Gobierno y reclamó que haya un enérgico repudio de toda la dirigencia política.

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof.

El gobernador Axel Kicillof cruzó a Javier Milei por el video difundido por el presidente en el que compara al kirchnerismo con un virus apocalíptico al que denomina Ku-K-12, reclamó “no naturalizar el ataque cotidiano a la convivencia democrática” y consignó que “más allá de las espantosas evocaciones, lo más preocupante es su conducta”, por lo que hizo además un diagnóstico de los 10 meses del Gobierno.

“No podemos permitir, y mucho menos naturalizar, el ataque frontal y cotidiano a la convivencia democrática”, sentenció. “Esta metáfora ya ha sido utilizada en más de una ocasión, y en su nombre se han cometido las peores aberraciones”, señaló al considerar que la conducta adoptada por Milei es “preocupante”.

A lo largo del video, que Milei compartió ayer en su cuenta de Instagram, aparecen los principales referentes del kirchnerismo vinculados a una estética apocalíptica, entre ruinas y zombies, realizada con Inteligencia Artificial, mientras una voz en off relata que el virus “destruyó mentes y cuerpos”.

Kicillof denunció así que “Milei está promoviendo un virus de odio, absolutamente incompatible con la democracia y la vida en común”, a la vez que invitó “a todos los legisladores bonaerenses, nacionales y provinciales, a expresar un enérgico repudio al video difundido”.

En el mismo posteo, Kicillof desarrolló doce puntos para cuestionar la gestión de Milei, porque sostuvo que “más allá de las espantosas evocaciones, lo más preocupante es su conducta”.

“Ataca todos los derechos y deteriora deliberadamente la vida cotidiana de los sectores populares, trabajadores, jubilados y jóvenes. Somete a los argentinos a sacrificios y privaciones crueles e innecesarias”, comenzó con la enumeración.

Y continuó: “Lesiona el federalismo, agrediendo a los gobernadores y desconociendo su legitimidad, tan válida como la suya. Elude los compromisos y obligaciones que tiene el Gobierno nacional con los distintos territorios que componen Argentina. Según Milei, el Gobierno nacional no tiene ninguna responsabilidad en materia de educación, salud, infraestructura o seguridad. Todo recae en los gobernadores e intendentes, a quienes simultáneamente les quita los recursos. En resumen: incumple la Constitución y fomenta la desintegración nacional”.

En el punto número tres, sigue: “Promueve el egoísmo y un individualismo extremo, intentando erosionar la solidaridad y los mejores valores de la sociedad argentina”.

Además, Kicillof consideró que Milei “ataca todas las instituciones de la democracia, llamando ‘ratas’ a los diputados -elegidos en las urnas con la misma legitimidad que él- y tildando de ‘ensobrado’ a cualquier comunicador que plantea una crítica, por mínima que sea”.

En el punto número cinco, lo acusa de hacer una “entrega de los recursos naturales del país al saqueo de multinacionales extranjeras, y pretende liquidar empresas públicas estratégicas y el capital social acumulado por generaciones”.

Mientras que también hace foco en “la desindustrialización del país, como contracara de la primarización productiva que impulsa. Así, inversiones y maquinarias instaladas quedan en desuso, se cierran empresas y se destruyen puestos de trabajo”.

Además, denuncia que “paraliza la inversión pública en infraestructura en todo el país: escuelas, centros para la infancia, agua, cloacas, vivienda, rutas, puentes, entre otros. Esto no solo sacrifica miles de empleos, sino que también deja a millones de argentinos sin las mejoras necesarias que estaban en curso”.

Kicillof consideró que Milei “abandona completamente la educación y la salud pública, incumpliendo su deber constitucional de proteger al pueblo” y que “recorta jubilaciones y medicamentos a jubilados, bajo la excusa de un perverso y falso equilibrio fiscal”.

Además, dedica un punto especial a denunciar que “reprime a quienes protestan por las injusticias cometidas, llegando al extremo de golpear a jubilados y rociar con gas pimienta a una niña de diez años. Luego, celebra en un banquete de crueldad, como si el recorte de haberes fuera un triunfo”.

Por último, considera que por “capricho ideológico o cuestiones personales, daña las relaciones de Argentina con países de la región y con nuestros principales socios comerciales, poniendo en riesgo las relaciones económicas, de amistad e incluso la seguridad nacional”.

Y por último, considera que “asfixia la cultura y el arte, desprecia a la universidad pública y da la espalda al desarrollo nacional en ciencia y tecnología, ignorando nuestra historia y comprometiendo nuestro futuro”. (DIB)

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