Gardey, un pequeño pueblo de unos 1.100 habitantes del partido de Tandil, ofrece una tranquila experiencia para disfrutar del paisaje campestre y de su serenidad. También es una buena opción para disfrutar de la naturaleza y pasear entre sus campos y praderas.
Este sitio, que tiene una calle principal y varias manzanas de casas bajas y calles arboladas, brinda la posibilidad de escaparse del estrés y del constante bullicio de la ciudad para descansar en calma, bajo el cielo primaveral y sus verdes paisajes.
A pocos metros de la entrada se encuentra la vieja estación de trenes inaugurada en 1885. Justo enfrente, se levanta imponente el Almacén de ramos generales que abrió Juan Gardey poco tiempo después. Actualmente brinda comidas regionales los fines de semana, rebautizado como Histórico Almacén Vulcano.
En el pueblo se puede disfrutar de distintas actividades vinculadas al turismo comunitario, visitar la Capilla San Antonio Padua, pasar el día en el Arroyo Chapaleofú, ideal para practicar pesca, travesías en kayak y en canoas, y en verano nadar en la pileta pública ubicada en la plaza central del pueblo, rodeada de una frondosa arboleda.
El pueblo cuenta con sala de primeros auxilios, el club Ferroviario que participa en la Liga Agraria y el club Racing que este año empezó a entrenar chicos y juegan algunos torneos de Tandil.
Además, Gardey ha sido escenario de producciones del cine nacional, tales como Que vivan los crotos, dirigida por Ana Poliak; El linyera, de Enrique Larreta; Los chicos de la guerra y Gardey ayer y hoy, un documental presentado en el Festival de Cine en Tandil
¿Cómo llegar?
Por su cercanía con Tandil, es recomendable utilizar la ciudad cabecera del partido bonaerense para dirigirse a Gardey. Esto sólo llevará un camino de 28 kilómetros, que atraviesa la Ruta Nacional 226 y la Avenida Julio Gregorini. (DIB)