Por Fernando Delaiti, de agencia DIB
Alexander Haig había sido el jefe de Gabinete del ex presidente Richard Nixon durante el Watergate. Tiempo después llegó a ser secretario de Estado del Gobierno de Ronald Reagan. Fue en ese contexto que durante largas jornadas de abril de 1982 visitó Buenos Aires para mediar entre la dictadura de Leopoldo Galtieri y el Reino Unido en la Guerra de Malvinas de 1982.
Proponía la creación de un comité con integrantes estadounidenses, británicos y argentinos para administrar las islas hasta que se solucionara por vía diplomática la cuestión de la soberanía. Proyecto que, como marcó la historia, fracasó. Eran tiempos, además, donde Estados Unidos ponía una fuerte atención a las relaciones entre América Latina y la Unión Soviética, que por esas horas también tenía una representación en el país, pero por otra cuestión muy lejana a lo bélico.
Todas las miradas de los diarios y los medios nacionales estaban puestas en las islas. Y si bien el fútbol estaba en un segundo plano, la cercanía del Mundial de 1982 hacía que el seleccionado de César Menotti tuviera ruedo. Y el 14 de abril, en el Monumental, la URSS igualó 1-1 con la Argentina. El gol nacional: Ramón Díaz.
Pero tres días más tarde, en un hecho que aún hoy llama la atención de los memoriosos, la selección visitante recorrió 350 kilómetros hasta Olavarría para enfrentar al “humilde” Club Social y Deportivo Loma Negra, un equipo de pueblo chico del interior bonaerense que tuvo su “cuarto de hora” para sorprender a todos con efímeras proezas inesperadas.
El club, que recibía un importante fondo de dinero de parte de la cementera Loma Negra que presidía en aquel momento Amalita Lacroze de Fortabat, sedujo al conjunto soviético a cambio de 30 mil dólares. Para la URSS la gira era parte de su preparación para el Mundial. Por ese entonces, llevaba un invicto de dos años y seis meses sin perder un partido oficial. Su última derrota había sido en noviembre de 1979 ante Alemania Federal por 3 a 1 en Georgia. Desde ese momento, habían pasado 18 cotejos, con trece triunfos y cinco empates.
A todo o nada
El partido se jugó en la cancha de Racing de Olavarría al mediodía, porque se televisaba para Europa y la visita tenía vuelo para el otro día a la tarde. El primer tiempo fue más disputado que bien jugado. De hecho, hay testimonios de futbolistas del conjunto bonaerense que indicaron que los soviéticos se sorprendieron y hasta pidieron “levantar el pie”, ya que era un partido amistoso. Pero para Loma Negra era una especie de final del mundo.
Sabían que un éxito en esos 90 minutos le daba un poco más de vida al ambicioso proyecto deportivo. Además, trascendió, había una promesa de un viaje a ver el Mundial si ganaban el partido. Más allá de eso, ya sea por la gloria o por el premio de 1.000 dólares que cobró cada uno tras el partido, los jugadores dejaron el alma en la cancha. Todo bajo la atenta mirada desde el palco de Amalita y del coronel del Ejército Luis Prémoli, hombre de confianza y de íntima relación con la empresaria.
Faltaban nueve minutos para el final del partido cuando un centro desde la izquierda y un rebote le dejó la pelota servida al ex Boca Armando Husillos para mandarla al fondo de la red. Era el 1 a 0 que se mantuvo hasta el final, que terminó con euforia y papelitos de colores celestes y blancos otra vez sobre el castigado campo de juego. Los futbolistas habían logrado una hazaña; Amalita y Prémoli lo sabían y se abrazaban en el palco. Pero los medios nacionales casi no lo reflejaron. Al otro día, ya nadie hablaba de la caída del equipo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Malvinas seguía en las primeras planas.
La “intensa” historia
Fundado el 31 de mayo de 1929, el Club Social y Deportivo Loma Negra era el sitio de esparcimiento de los empleados de la empresa cementera y su equipo competía en la Liga de Olavarría. Pero el gran salto lo pegó con el título de 1980, venciendo en la final local al poderoso Estudiantes y clasificando al Regional que definiría un ascenso a Primera División.
Fue justamente ese año que la institución tuvo un rol solidario en las terribles inundaciones que sacudieron a Olavarría en abril y dejaron el saldo de ocho personas ahogadas, tres desaparecidas y otras 16 fallecidas por ataques cardíacos. La “Capital del Cemento” quedó bajo agua y los vecinos que vivían en el casco urbano perdieron todo. Por el desborde del arroyo Tapalqué, ubicado a cuadras de la plaza central, unas 30 mil personas debieron ser evacuadas directamente desde los techos de sus casas.
En ese contexto, el club Loma Negra abrió sus puertas a los anegados y llevó a Lacroze de Fortabat a aportar ayuda económica. Eso que primero fue para los afectados por el agua, se extendió en el tiempo para la institución, que tenía a muchos jugadores por entonces que eran obreros de la fábrica o vecinos del pueblo.
El dinero inyectado se tradujo en un plantel de estrellas. Además de Husillos, llegaron otros jugadores como Carlos Squeo (Racing), Luis Barbieri (Atlanta), Osvaldo Mazo (Colón) y Osvaldo Gutiérrez (Vélez).
El título local le permitió jugar el Regional, donde derrotó a otros históricos del interior como Olimpo de Bahía Blanca, Huracán de Tres Arroyos, Ramón Santamarina de Tandil y Douglas Haig de Pergamino. Luego dejó atrás a equipos de otras provincias para llegar a la Primera División. Allí, tras debutar a lo grande y vencer al Ferro Carril Oeste de Carlos Griguol 1 a 0, hizo una gran campaña que lo dejó tercero en su zona, pero sin clasificación.
En 1982 no pudo ingresar al Nacional, pero sí se lució ante la URSS. Con ese envión llegaron nuevos jugadores al equipo para el Regional de 1983. Félix “el Pampa” Orte, el delantero proveniente de Rosario Central, Osvaldo Rinaldi de Huracán y Claudio Cristofanelli del mítico Ferro fueron algunos de los refuerzos de lujo.
Esta vez pasó la fase de grupos y cayó en octavos de final ante Racing. Ese fue el principio del fin para el sueño de “la Dama del Cemento”, que fue cortando la ayuda económica. El club, que tiene el récord de ser el de mayor porcentaje de triunfos en el profesionalismo (54%) del país, se fue desmembrando, como también lo hizo la Unión Soviética años más tarde.
En la actualidad, con un plantel amateur, claro está, sigue siendo parte de la Liga de Olavarría. Con sueños, menos ambiciosos, siempre honrará ese pasado de gloria, donde el “capitalismo” supo derrotar 1 a 0 al “comunismo” con gol de Husillos. (DIB)